Steven G. Rogelberg en “Glad we met. The
art and science of 1:1 meetings”, que
estamos comentando, plantea que el lugar
donde las personas se reúnen importa ya que determinados elementos del
entorno pueden influir en las emociones y el comportamiento de forma
significativa. Como ejemplo menciona los siguientes hallazgos de distintas
investigaciones: los jugadores de ajedrez cometen más errores cuando la contaminación
interior del aire es más intensa, el desempeño decae en los exámenes PSAT para
acceder a la universidad si las salas donde se realizan tienen una temperatura
muy cálida, los pacientes ofrecen más información a los médicos si están en
habitaciones más grandes que si están en otras de tamaño más pequeño o se
generan más estrategias creativas para resolver problemas si las personas están
en habitaciones con techos altos, que si se encuentran en salas con techos más
bajos.
Hasta el color de las
paredes ha sido investigado, aunque en este sentido no existen datos
concluyentes. Si parece que el amarillo puede inducir hambre y el azul calma y
serenidad.
Por estas razones el
espacio en el que se van a celebrar las reuniones debe ser considerado al
organizar reuniones 1:1. La privacidad, la calidad del aire, la temperatura,
los niveles de ruidos, las potenciales distracciones y hasta el tiempo ( en el
caso de reuniones para caminar en exteriores9, pueden tener un impacto negativo
en nuestras reuniones.
Existen localizaciones
tradicionales y no tradicionales a la hora de elegir dónde mantener la reunión.
Basándonos en diversas investigaciones las más tradicionales como el despacho
del jefe o una sala de conferencias con acceso a ordenador, son buenas opciones.
Pero existen, también, otras posibilidades menos tradicionales como dar un
paseo, que parece ser que fomenta la creatividad y al caminar en la misma
dirección ayuda a crear un sentimiento de colaboración que es más intenso que
si estamos sentados frente a la otra persona. Si elegimos esta opción es
esencial preguntar a la otra persona si está de acuerdo y cuáles son sus
preferencias previamente y tener preparado un plan alternativo por si el tiempo
no acompaña. Otra forma no tradicional consiste, por ejemplo, en tomar un café
en un lugar fuera del trabajo, siempre considerando el posible ruido alrededor
y la garantía de la confidencialidad de los temas tratados.
Otra alternativa, que
tiene muchos seguidores, es la de mantener la reunión de forma virtual, preferida
por muchos profesionales porque permite compartir documentos con más facilidad,
no necesita desplazamiento hasta el lugar de la reunión, fundamental, por
ejemplo, en el caso del teletrabajador y facilita el que los introvertidos se
enganchen y participen. No es recomendable en el caso de que la conversación
verse sobre temas importantes que es mejor se aborden cara a cara.
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