miércoles, 22 de octubre de 2025

CÓMO EL LENGUAJE CORPORAL MOLDEA EL LIDERAZGO, LA CONFIANZA Y LA INFLUENCIA

 


Andy Harrington en SmartBrief on Leadership del pasado 17 de octubre plantea que el lenguaje corporal juega un papel muy importante en cómo somos percibidos cuando comunicamos.

Las palabras son solo parte del mensaje. Por ejemplo cuando estamos delante de una audiencia o lideramos un equipo nuestras palabras pueden transmitir información, pero nuestro cuerpo transmite convicción. La audiencia o nuestro equipo podrá olvidar lo que hemos dicho, pero rara vez olvidarán cómo les hemos hecho sentir y gran parte de ese sentimiento lo comunicamos a través de los gestos, posturas y presencia que adoptemos.

El lenguaje corporal es el lenguaje silencioso del liderazgo. Utilizado correctamente proyecta confianza, construye congruencia con nuestro mensaje e inspira creencias. Si lo usamos mal puede crear disonancia, credibilidad disminuida y generar dudas.

El autor sugiere:

1.- Utilizar la postura para asentarnos

La seguridad en nosotros mismos comienza con la postra con la que nos presentamos. Una postura erguida, con los hombros relajados, el tórax expandido, los pies firmemente plantados, por ejemplo, manda un mensaje de estabilidad. Encorvarnos, apoyarnos pesadamente sobre un lado del cuerpo o escondernos detrás de un atril comunica incertidumbre aunque nuestras palabras díganlo contrario. La audiencia va a captar todas estas señales por lo que tenemos que mostrar seguridad.

2.- Emplear gestos que ilustren y enfaticen

Los gestos deben transmitir un propósito y no ser erráticos. Movimientos con las manos abiertas transmiten transparencia y honestidad. Si queremos contrastar dos ideas podemos dar un paso hacia un lado mientras describimos la primera idea y luego movernos al lado opuesto para la segunda. De eta forma dejamos la distinción más clara y se mantiene durante más tiempo en la memoria de la audiencia.

Evitar gestos repetitivos, como los de “lavarnos las manos” o agarrarnos las manos con nerviosismo. Los gestos se deben utilizar para acentuar nuestros significados con seguridad.

2.- Contacto visual que conecte

Los ojos son, quizás, la mejor herramienta para transmitir congruencia. Un contacto visual muy escaso hace que parezcamos poco comprometidos o evasivos. Demasiado puede intimidar. Procurar barrer la sala al hablar , estableciendo contacrtos sinceros durante pocos segundos cada vez.

Cuando mantenemos el contacto visual al comunicar algo importante , todos van a sentir la convicción del momento. No se trata de mirar fijamente a la audiencia sino de que las personas se sientan vistas.

4.- Movimiento que refuerce la narrativa

El movimiento debe ser intencionado. Caminar con decisión hacia una nueva posición  para enfatizar o cambiar de tema, mantenernos quietos para transmitir un mensaje crítico. Evitar movernos inconscientemente porque diluye el impacto.

5.- Expresiones faciales que encajen con las emociones

Si nuestras palabras son entusiastas pero nuestro rostro parece tenso la audiencia experimenta esta disonancia. Por ejemplo sonreír al describir oportunidades, mostrar preocupación al discutir retos y suavizando la expresión al compartir algo personal amplifica nuestra credibilidad.

Al liderar un equipo tenemos que tener en cuenta el lenguaje corporal y su congruencia con sus palabras. Los equipos no solo escuchan lo que los líderes les dicen, están escaneando continuamente sus lenguajes corporales para encontrar las señales de congruencia, alineación y autenticidad.  Hay que tener en cuenta que:

a).- La congruencia crea confianza. Por ejemplo cuando las palabras de optimismo se acompañan de gestos abiertos y tono seguro y entusiasmo sincero la audiencia nos va a  creer.

Congruencia no consiste en fingir ,por ejemplo, positividad, sino en alinear nuestra presencia física con nuestro verdadero mensaje. Si no creemos en nosotros mismos, nuestro equipo tampoco lo va a hacer.

b).- Transmitir serenidad en la incertidumbre. En tiempos estresantes los equipos miran a su líder buscando un anclaje emocional. Movimientos rápidos, posturas defensivas o evitar el contacto visual amplifican la ansiedad. Movimientos calmados, deliberados y una postura erguida comunican seguridad, aunque las circunstancias sean inciertas.

c).- La proximidad y presencia juegan un papel. Donde nos coloquemos tienen su importancia. Sentarnos entre los miembros del equipo durante una reunión de colaboración señala igualdad e inclusión. Sentarnos a la cabecera de la mesa al hacer un anuncio importante refuerza la autoridad.

Los líderes que retroceden físicamente ( brazos cruzados, se recuestan o mantienen una distancia excesiva, se arriesgan a parecer distantes y descomprometidos.

d).- Liderar con nuestra escucha. El verdadero liderazgo implica escuchar, tanto como hablar y nuestro lenguaje corporal revela si estamos prestando verdaderamente atención. Mover la cabeza sutilmente hacia abajo, inclinarnos hacia delante o mantener una postura abierta comunican respeto y atención.

Interrumpir con gestos impacientes, mirar al teléfono o cruzar los brazos durante una conversación erosiona la seguridad psicológica. Cuando lso miembros del equipo se sientan escuchados, existen más probabilidades de que se alineen con nuestra visión.

e).- Ser un ejemplo de  lo transmitido. Los líderes con frecuencia hablan de valores, como integridad, innovación y colaboración, pero los equipos juzgan si esos valores son sinceros observando los comportamientos. El lenguaje corporal es fundamental: si por ejemplo hablamos de colaboración pero nos alejamos o nos mostramos reservados en las reuniones  estamos contradiciendo el mensaje. Si hablamos de innovación pero nuestro cuerpo se cierra cuando alguien sugiere una nueva idea se rompe la congruencia.

El autor propone seguir los siguientes pasos para alinear el cuerpo y el mensaje:

1.- Grabar una presentación o una charla de equipo y revisar para detectar  las posibles incongruencias que hayamos cometido.

2.- Anclar nuestra seguridad físicamente. Antes de hacer una presentación  o ejercer nuestro liderazgo, adoptar una “postura de poder” durante unos momentos: erguirnos, respirar profundamente y expandir el tórax.

3.- Enlentecer nuestros movimientos. La energía nerviosa con frecuencia se traduce en movimientos nerviosos y habla acelerada. Las pausas deliberadas y los gestos más lentos comunican autoridad.

4.- Alinear la intención con la expresión. Debemos preguntarnos qué es lo que quiero que mi audiencia sienta en este momento y luego dejar que nuestro cuerpo refleje esa intención.

5.- Practicar transiciones congruentes. Cuando pasemos de problemas a soluciones dejemos que nuestra postura, expresión y localización cambie, también. Esta transición física va a reforzar la mental.

 

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