Louis Efron en Gallup Workplace del pasado 27 de abril plantea que una cultura basada en las
fortalezas se puede considerar como una estrategia crucial para atraer y
retener al talento, ya que las fortalezas incrementan el compromiso de los
profesionales y su deseo de mostrar un desempeño excelente.
El arma secreta para
construir una cultura ganadora es el inquebrantable compromiso con el manejo de
las fortalezas de las personas. Las compañías ganadoras tienen una cultura
definida claramente y alinean de forma experta las fortalezas individuales y
colectivas para que florezca, manteniendo su distintiva ventaja competitiva en
el mercado.
Efron recomienda un
enfoque de tres pasos para reforzar la cultura con las fortalezas:
I.-
DEFINIR: ¿QUÉ PRINCIPIOS CULTURALES QUEREMOS MEJORAR?
Una cultura basada en
fortalezas es aquella en la que las fortalezas mejoran los principios
culturales no los definen. En ella los directivos y líderes se centran en desarrollar
el potencial individual de los profesionales y de los equipos a su cargo ( lo
que hacen mejor de forma natural) en lugar de intentar transformar las
debilidades en fortalezas ( lo que no se puede conseguir). Es un entorno en el
que el desarrollo movido por las fortalezas influye en todo lo que va a
integrar la cultura de la organización: su misión, visión, propósito y valores.
Conocer y entender la
cultura de la organización es imprescindible para dirigir las fortalezas
individuales y del equipo en el camino correcto. Es el primer paso construir
una cultura de alto desempeño basada en fortalezas. Para empezar hay que
realizar un diagnóstico cultural por medio de encuestas de compromiso o clima,
entrevistas con los grupos de interés o grupos focales, por ejemplo.
II.-
ALINEAR: ¿ESTÁN LOS PROFESIONALES HACIENDO LO QUE HACEN MEJOR CADA DÍA?
Si consideramos que el
49% de los empleados dicen que o están en alerta por si surgen nuevas
oportunidades de trabajo o buscando activamente uno nuevo asegurar que éstos y
sus equipos están posicionados para ganar diariamente es crítico. Por ejemplo,
un equipo de ventas que destaque necesita comprometerse con largas horas de
seguimiento y contacto con los clientes. Sus miembros necesitan una formación y
entrenamiento en técnicas de ventas y de conocimiento del producto, el apoyo de
un jefe con mentalidad de crecimiento y el apoyo tecnológico y de otro tipo necesario,
así como un producto excelente que vender. Pero, también, necesitan una
habilidad natural para construir y desarrollar relaciones y confianza y cerrar
acuerdos. Si los individuos y equipos no saben qué es lo que hacen mejor no se
pueden tomar medidas para hacer que puedan utilizar sus fortalezas para
convertirles en primeras series.
III.-
IMPULSAR: ¿ESTÁN LOS DIRECTIVOS Y COMPAÑEROS APROVECHANDO LAS FORTALEZAS DE LOS
DEMÁS PARA OBTENER RESULTADOS?
Cuando los jefes y
compañeros conocen y entienden las fortalezas de cada miembro del equipo se
puede procurar colocar a cada persona en
el rol correcto y asignar el trabajo a realizar con lo que cada uno hace mejor.
Asegurar que todos
conocen y entienden las fortalezas de cada miembro del equipo requiere
comprensión, discusiones y compartir.
La comprensión puede
comenzar por realizar la valoración de fortalezas de Clifton, por ejemplo, y
recibir sesiones de coaching individuales para identificar las principales
fortalezas y aprender cómo se pueden utilizar para que ayuden a la persona a
tener éxito en su rol.
Las discusiones sobre
las fortalezas colectivas del equipo y cómo utilizarlas bien en una dinámica de
grupo sirven para centrar al equipo y para trabajar para conseguir objetivos
compartidos.
Finalmente, compartir entre
los miembros del equipo cómo las
fortalezas intervienen en el trabajo y en la vida personal ofrece una
oportunidad de que los demás conozcan, aprecien y normalicen las conversaciones
sobre los que hace a los compañeros únicos y triunfadores. Conocer mejor a los
demás fortalece la confianza y las relaciones más duraderas y productivas.
Para ser un catalizador
del desarrollo cultural los esfuerzos de desarrollo de fortalezas deben ser
parte del DNA de la organización a la hora del reconocimiento, de la gestión
del desempeño y de la formación y desarrollo.
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