domingo, 23 de septiembre de 2018

LECCIONES DEL LIDERAZGO DE ABRAHAM LINCOLN




En la edición de septiembre-octubre de Harvard Business Review Doris Kearn Goodwin, historiadora y premio Pulitzer, autora de numerosas biografías sobre presidentes estadounidenses, analiza unas serie de aspectos del liderazgo de Abraham Lincoln que recoge en su último libro “Leadership in turbulent times”.

La autora considera que Abraham Lincoln se puede considerar como un ejemplo de liderazgo transformador y para estudiar sus  características utiliza las reacciones de sus más estrechos colaboradores y a los hechos que ocurrieron en  los días anteriores y posteriores a la firma de la “Proclamación de la emancipación” que acababa con la esclavitud  en el territorio dominado por las fuerzas de la Unión y que requería del apoyo de los miembros del gobierno, del ejército y de los ciudadanos.


Lincoln, según Kearn Goodwin poseía una gran inteligencia emocional, siendo capaz de mostrarse tanto misericordioso como inmisericorde, orgullosos y seguro de sí mismo y humilde, paciente y persistente, teniendo la capacidad de mediar entre las distintas facciones al tiempo que defendiendo los valores de sus conciudadanos. Demostraba una extraordinaria habilidad para captar los deseos en conflicto de unos individuos divididos y devolverles su fe inquebrantable en un futuro unido.

El 22 de julio de 1862 el  presidente Abraham Lincoln convocó una sesión especial de su gobierno para informarle del borrador preliminar de la declaración de emancipación. En la misma les comunicó que aceptaba sugerencias pero que la decisión estaba tomada y que la responsabilidad sobre la misma era suya. Consiguió convencer a su dividido gabinete, a un ejército escéptico y a sus compatriotas divididos utilizando una serie de estrategias. Entre ellas destacan:

1.- RECONOCER CUANDO LAS POLÍTICAS FALLIDAS DEMANDAN UN CAMBIO EN SU DIRECCIÓN

En la última semana de julio el ejército del Norte fue vencido por las fuerzas confederadas en una serie de brutales batallas impidiendo su avance hacia Richmond la capital de los Confederados y con el resultado de cerca de 16.000  soldados muertos capturados o heridos. La moral estaba baja cuando Lincoln reunió a su gabinete para leerles su propuesta. El alcance de la proclamación era impresionante ya que prometía la libertad a 3,5 millones de personas de color que en ese momento vivían esclavizadas. En el documento se retrasaba  6 meses la entrada en vigor de la nueva ley para dar a los estados del sur la posibilidad de terminar con la guerra y retornar a la Unión antes de liberar permanentemente a sus esclavos.

2.- ANTICIPAR LAS OPINIONES OPUESTAS

Aunque Abraham Lincoln había señalado antes de presentar la proclamación que la decisión ya estaba tomada aceptaba que sus colaboradores expresasen sus opiniones tanto a favor como en contra. Como les conocía bien  estaba preparado para contestar a sus objeciones. Deliberadamente había reunido a un equipo de hombres que representaban la mayoría de las facciones geográficas, políticas e ideológicas presentes en la  Unión y durante meses les había escuchado mientras discutían entre ellos sobre cómo podían preservar mejor la Unión.

Su proceso de toma de decisiones, nacido de su característica habilidad para contemplar una gran variedad de puntos de vista al mismo tiempo, les parecía a algunos de sus colaboradores muy laborioso pero una vez que se decidía a actuar era sólo cuestión de elegir el mejor momento.

Entre las opiniones contrarias destacaron las de Montgomery Blair que se opuso a la proclamación argumentando que la emancipación tendría como consecuencia que muchos leales defensores de la Unión en los estados fronterizos a los de la Confederación se pasasen a las filas secesionistas. También, generaría un rechazo entre los republicanos del Norte con la consecuencia de que los republicanos perderían las siguientes elecciones a celebrar en el otoño de 1862. Lincoln había considerado todas estas objeciones pero había llegado a la conclusión de que la importancia de la abolición de la esclavitud superaba cualquier política de partido.

El Secretario del Tesoro, Salmon Chase, temía que se produjese, tal como estaba planteada la emancipación, una masacre y el secretario de Estado, William Seward, mostraba una perspectiva más internacional y planteaba que si la proclamación ocasionaba una guerra racial que interrumpiese la producción de algodón las clases gobernantes en Gran Bretaña y Francia, dependientes del algodón norteamericano para alimentar su industria textil podrían intervenir a favor de la Confederación. Lincoln había tenido en consideración, también, la fuerza de este argumento pero estaba convencido que las masas en ambos países, que previamente habían presionado a sus gobiernos para prohibir la esclavitud, nunca aceptarían ser manipuladas por sus gobiernos para apoyar la Confederación una vez que la Unión se comprometiese realmente con la emancipación.

3.- SABER CUÁNDO HAY QUE ESPERAR Y CUÁNDO HAY QUE IR HACIA DELANTE

Aunque Lincoln tenía tomada la decisión supo escuchar cuando Seward planteó la pregunta de cuándo sería el momento adecuado de aprobar la propuesta y aceptó la recomendación de éste de esperar hasta que la Unión volviese a cosechar victorias en el campo de batalla. Durante dos meses esperó hasta que las tropas del general Lee se retiraron de Maryland y Pensilvania tras su derrota en la batalla de Antietam. 5 días después de la victoria volvió a reunir a su gobierno y les comunicó que la proclamación estaba lista para efectuarse.

4.- SER UN EJEMPLO

En sus interacciones diarias con su equipo Lincoln no dejaba lugar para comportamientos mezquinos ni resentimientos personales. Fomentaba los argumentos y discusiones internas pero se preocupó de informar a sus colaboradores que se sentiría muy afectado y no consentiría que se atacasen entre ellos en público. Los estándares de decoro que solicitaba se basaban en el entendimiento de que todos ellos estaban inmersos en un reto demasiado importante como para justificar conductas maliciosas. Este sentimiento de propósito común había guiado su formación del gabinete y debería ser el soporte de  su supervivencia.

5.- CONOCER Y COMPRENDER LAS NECESIDADES EMOCIONALES DEL EQUIPO
El liderazgo de Lincoln se apoyaba en la atención especial que prestaba a las múltiples necesidades de los complejos individuos que formaban su gobierno. Por ejemplo reconocía que Seward estaba dolido por haber perdido la nominación como candidato republicano a la presidencia de la nación y por tanto, dedicó muchas horas a visitarle en su casa para charlar y reír con él, desarrollando, finalmente, una gran camaradería entre ellos.

Para evitar que surgiesen comentarios y envidias sobre posibles favoritismos procuraba dedicar tiempo para estar con cada miembro de su equipo, reconociendo el trabajo de cada uno y expresando su gratitud por sus acciones.

6.- EVITAR LA INFLUENCIA DE RESENTIMIENTOS PASADOS

Lincoln nunca seleccionó a los miembros de su equipo en función de que le gustasen o disgustasen. Insistía en que no le importaba el que alguien hubiese actuado mal en el pasado, si no volvía a hacer algo incorrecto en el futuro.

7.- CONTROLAR LOS IMPULSOS VIOLENTOS

Cuando se sentía muy enfadado con un colaborador Lincoln escribía lo que él llamaba una “carta caliente” en la que liberaba toda su ira. Luego la guardaba hasta que se había tranquilizado y podía contemplar los hechos con una mirada más clara. Cuando sus escritos fueron estudiados al principio del siglo XX los historiadores descubrieron varias de esas cartas con una anotación de Lincoln debajo de ellas “nunca firmadas y nunca enviadas”.

No sólo era capaz de controlarse hasta que el enfado pasaba y aconsejaba a su equipo a hacer lo mismo sino que, estaba dispuesto a perdonar los ataques públicos sobre su persona.

8.- PROTEGER A LOS COLABORADORES DE SUS FALTAS

Abraham Lincoln declaraba una y otra vez que él y no los miembros de su gobierno eran responsables de los errores cometidos.

Al final fue su carácter: su sensibilidad, su paciencia, su prudencia y su empatía, lo que transformó a cada uno de los miembros de su equipo, pero debajo de su amabilidad y ternura era un líder ambiciosos e implacable: sus colaboradores podían tener ambiciones personales, criticarle y burlarse de él, irritarle, exasperarle y presionarle en exceso. Todo esto estaba dispuesto a tolerar siempre que trabajasen con pasión y competencia en el camino que les había marcado.

9.- MANTENER SU PALABRA

Al acercarse el 1 de enero de 1863 la opinión pública dudaba de que la proclamación comenzase a tener efecto a partir de esa fecha ya que la perspectiva de la emancipación amenazaba con fracturar la frágil coalición que mantenía unidos a los republicanos y demócratas en la  Unión, pero Lincoln se mantuvo dispuesto a mantener su palabra.

10.- CALIBRAR LOS SENTIMIENTOS

El 31 de diciembre de 1862 Lincoln reunió a su gabinete para una última lectura de la proclamación. La versión que presentó difería en un aspecto clave con la publicada en septiembre ya que permitía el reclutamiento de hombres de color para formar parte del ejército de la Unión.

Loe efectos del liderazgo transformador de Lincoln se vieron claramente en el cambio del punto de vista de los soldados en relación con la emancipación. En los primeros 18 meses de la guerra sólo 3 de cada 10 soldados reconocían estar dispuestos a arriesgar sus vidas por la emancipación, la mayoría luchaban exclusivamente por preservar la Unión. Este ratio se modificó tras la proclamación de la emancipación ya que una aplastante mayoría de soldados empezó a considerar que la restauración de la Unión y la emancipación estaban unidas inseparablemente.

11.- GENERAR CONFIANZA

La respuesta de las tropas se apoyaba en la profunda confianza y lealtad que Lincoln había generado entre los soldados de todos los rangos desde el comienzo de la guerra. Éstos le consideraban como uno de los suyos y llevaban su imagen al campo de batalla. Tenía un nivel tan alto de credibilidad que manifestaban que no sólo luchaban por la Unión sino que si Lincoln decía que algo era bueno tenía que serlo y por tanto la abolición de la esclavitud era algo por lo que se tenía que luchar.

El alistamiento de soldados de color fue un éxito, añadieron 200.000 efectivos a las fuerzas de la Unión y lucharon con gran valor venciendo la oposición de los mandos opuestos a la proclamación.

Lincoln, en definitiva, se movía buscando las circunstancias más propicias, no esperando a ser obligado por la fuerza de los hechos o perdiendo el tiempo y las posibilidades por actuar prematuramente, defendiendo la idea que siempre recalcaba: “ con el apoyo del sentimiento y opinión pública nada puede fallar, sin él nada puede triunfar”. 

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