Liz Kislik en hbr.org del
pasado 13 de septiembre plantea cómo debe ser la relación con un colaborador
que nos quiera impresionar todo el tiempo. Éste tipo de cortejo suele estar
asociado al miedo y viene de un intento equivocado de protección de la propia
imagen y del estatus laboral. Desafortunadamente mientras se obsesionan en
mantener al jefe feliz atendiendo en ocasiones a tareas poco importantes que confían
refuercen su relación con el jefe pueden estar desatendiendo el verdadero trabajo
y creando conflictos con sus compañeros.
La autora recomienda
cuatro formas de redirigir su atención de vuelta hacia su desempeño:
1.-
Evitar alimentar su necesidad de agradar, procurando no sucumbir al sesgo de la
aparente afinidad ( en muchos casos el subordinado llega a
vestir o comer aquello que piensa que le gusta al jefe para intentar crear un
sentimiento de compañerismo) para no dedicar más tiempo a estos profesionales
que al resto y mantener una actitud imparcial.
2.-
Estructurar las relaciones con los colaboradores para equilibrar la atención
especial con la objetividad. Si el jefe se reúne individualmente,
por ejemplo semanalmente, con sus colaboradores debe asegurar que todos tengan
asignado el mismo tiempo ( aunque el que quiere agradar pida más) y que todos
reciben el mismo feedback amable y riguroso.
3.-
Fomentar el que desarrollen sus propias decisiones. En
ocasiones los profesionales pueden mostrarse muy preocupados por si el jefe no se siente feliz con ellos o con su trabajo. La idea de
decepcionar al jefe puede convertirse en abrumadora par apersonas que suelen
ser muy competentes y experimentadas e impide que puedan presentar sus propuestas y juicios.
4.-
Facilitar que trabajen con otros líderes o en otros equipos de proyecto. De
esta forma disminuiremos la presión de la insana dinámica creada e incrementa
su potencial de colaborar mejor con otros. Distintas investigaciones han puesto
de manifiesto que la dependencia del jefe puede disminuir el autocontrol y que
los que la padecen ponen tanta energía en observar e interactuar con el jefe
que agotan sus capacidades de relacionarse con los demás, especialmente si se
sienten estresados o frustrados. Al dirigir explícitamente su atención lejos
del jefe éste podrá aprender si tienen
la capacidad de relacionarse mejor con sus compañeros.
No tenemos que olvidar
que es mejor para todos cuando la competencia y el desempeño es lo que hace que
un profesional obtenga el reconocimiento en lugar de un estatus especial con el
jefe. Al adoptar estos cuatro enfoques mencionados el jefe tendrá más
posibilidades de encauzar al subordinado dependiente hacia un camino más
independiente que será más beneficiosos para los profesionales y la
organización.
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