miércoles, 5 de marzo de 2025

CÓMO LIDERARNOS EN SITUACIONES INCIERTAS

 


Marlene Chism en SmartBrief on Leadership del pasado 3 de marzo plantea que durante las disrupciones los líderes deben centrarse en el crecimiento, la resiliencia y el discernimiento.

En el núcleo del gran liderazgo está el auto-liderazgo. Como dijo William Penn: “Ningún hombre puede dirigir a otros si no se puede dirigir a sí mismo”. Dirigirnos durante la disrupción  y la incertidumbre es el mayor reto al que nos enfrentamos a la hora de liderarnos a nosotros mismos y a los demás. Es fácil ceder ante la voz interior que amenaza nuestra estabilidad. El camino de menor resistencia es mostrarnos impulsivos durante los conflictos, es culpar a la situación política o mundial y a las circunstancias y ponerlas como excusas para limitar nuestros esfuerzos.

La autora recomienda como principios universales de auto-liderazgo:

1.- Gestionar nuestros impulsos

Una buena toma de decisiones es posible cuando trabajamos desde la corteza prefrontal. Cuando estamos comprometidos emocionalmente o mentalmente tomamos decisiones impulsivas. No tenemos que preocuparnos siempre que no dañemos a alguien. Debemos buscar el apoyo y el descanso que necesitemos para mantener nuestra capacidad durante tiempos difíciles.

2.- Aceptar la imperfección

Aún cuando tomemos decisiones que no sean totalmente perfectas no debemos machacarnos por ello. Debemos disfrutar de los sorprendentes beneficios del autoconocimiento y percibir los efectos y reacciones de nuestras elecciones.

Las decisiones impulsivas nos recuerdan que somos humanos y cómo las emociones afectan la toma de decisiones. Siempre que nadie quede dañado podemos tomar nuestras decisiones imperfectas como lecciones que nos da la vida para mejorar nuestro autoconocimiento y como medio para llegar a tomar mejores decisiones.

3.- Ir más allá de nuestros límites

En su libro “From conflict to courage” la autora habla de construir capacidad de conflicto que consiste en buscar la autoexpansión  e ir más allá de los límites autopercibidos. Como líderes si queremos realmente crecer debemos trabajar para superar retos internos y para ello podemos marcarnos metas y crear una nueva visión de nosotros mismos.

Tenemos que ser conscientes de que el liderazgo no se puede considerar como tal sin el autoliderazgo. Por tanto debemos constantemente desafiar a la voz interior y negarnos a dejar de crecer. El crecimiento viene siempre de ir más allá de nuestra zona de confort, sea una recuperación física o se trate de desarrollo profesional.

4.- Seleccionar bien a quién escuchamos

Si un consejo que nos den, aunque sea a través de mentoring o de coaching de liderazgo, no nos atrae instintivamente debemos prestar atención porque puede ser que algo no está bien alineado. Todas las personas tienen una opinión, pero ésta no tiene que ser siempre válida.

Para un buen liderazgo el discernimiento y el pensamiento crítico son cruciales. Debemos mantenernos fieles a nosotros mismos porque eventualmente cualquier consejo que sigamos nos va a afectar. Debemos confiar en nuestro instinto, buscar el consejo de  los expertos y evitar el ruido de las opiniones mal informadas.

5.- Controlar nuestro patrón mental y nuestro foco

El camino al éxito nunca es recto. Habrá días en las que nos de la impresión de que vamos como en una espiral hacia abajo, pero no debemos sucumbir ante la tentación de caer en un estado depresivo. No comprar la historia que nos estamos diciendo de que la situación no va a mejorar o que está durando mucho. Eliminar cualquier estresor innecesario. Alinearnos hacia nuestro resultado deseado en lugar de dejar que los demás nos distraigan con los suyos.

El liderazgo debe centrarse en la alineación.  Dónde ponemos nuestra atención va a ser dónde pongamos nuestra energía. Los líderes saben que los patrones mentales moldean los resultados, por lo que debemos centrarnos en aquello que promueva el progreso, no en aquello que los impide.

El progreso en un objetivo que merezca la pena puede parecer lento, pero al final consigue sus frutos. Cuando las cosas parece que se estancan la clave es la persistencia. No siempre vamos a ver los resultados inmediatamente, pero si nos mantenemos constantes llegarán los momentos de logros y avances.

 

 

 

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