Robyn Mc Leod en
Thoughful Leaders blog del pasado 22 de mayo plantea que los errores ocurren
pero que lo importante es lo que hacemos después de que surjan, sea nuestro
propio error o el de alguien de nuestro equipo.
Nuestra reacción puede
causar mucho daño en nuestros equipos, podemos si la gestión es incorrecta
reprimir la creatividad, acabar con la toma de riesgos, dañar la confianza y
hundir la moral de sus miembros. Por tanto, la autora propone estas
recomendaciones a seguir cuando alguien de nuestros equipos cometa un error:
1.-
Poner el error en perspectiva
¿Ha creado el error una
crisis? Seguramente no, ya que la mayor parte de las personas no se tienen que
enfrentar en su trabajo con situaciones de vida o muerte. Aunque sea un error
grave debemos pensar si realmente es tan perjudicial como creemos que es. Al
hablar con el miembro del equipo que lo cometió debemos compartir la gravedad
del error ( si las consecuencias lo son) y ponerlo en perspectiva, teniendo en
cuenta que seguramente el profesional responsable se está sintiendo mucho peor
por el error que nosotros.
2.-
Ayudar a definir un plan para solucionarlo
Pedir al responsable
que nos diga lo que propone para abordar el error. Guiarle hacia una solución
adecuada por medio de preguntas, ofreciendo input y mostrando más apoyo que
dirección.
3.-
Hacer un debriefing para entender
Una vez que ya tenemos
un plan para seguir hacia delante debemos ir para atrás con el miembro del
equipo e identificar dónde las cosas empezaron a ir mal, con el objetivo no de
culpabilizar, sino de identificar cualquier revisión de procesos o mejoras
necesarias o cualquier acción de desarrollo necesaria para el responsable del
error.
4.-
Analizar la comunicación
Muchos errores surgen
por una falta de comunicación que puede conducir a malas interpretaciones.
5.-
Mantener la calma
Si nos sentimos
enfadados o frustrados ante un error, debemos hacer una pausa antes de hablar
con el responsable del mismo. Podemos alejarnos, respirar profundamente y
centrarnos en buscar una conversación más productiva y menos dañina. Los miembros
de nuestro equipo no deben temer nuestra reacción ante posibles errores, ya que
si lo hacen harán seguramente todo lo posible para ocultarlos.
6.-
Enfatizar el aprendizaje
Existe un dicho que mantiene
que los errores son las semillas de las que los árboles del conocimiento nacen.
Mucho aprendizaje proviene de intentar, fallar, cometer errores y volver a
cometerlos. Debemos asegurarnos de extraer las lecciones del error y ayudar al
resto de miembros del equipo a que aprendan del mismo (sin culpabilizar).
7.-
Hacer que sea correcto cometer errores
El perfeccionismo es
perjudicial para el crecimiento. Si los miembros de nuestro equipo piensan que
no pueden hacer nada mal, trabajaran con mucha cautela, no tomarán riesgos y no
confiarán en sí mismos ni en los demás, con lo que no obtendremos lo mejor de
sí mismos en relación con el equipo o con los resultados.
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