Alan Barker, en la
segunda edición del libro ”Managing meetings”, que estamos comentando destaca
la importancia de preparar bien una reunión. Según el autor el 90% de una
reunión eficaz ocurre antes de que ésta se celebre.
Cualquier reunión, sobre todo aquellas en las que van a
participar más de 5 o 6 personas,
necesita una preparación previa. Barker identifica 3 roles formales, pudiendo asumir una persona dos de ellos, entre los participantes en cualquier reunión
y cada uno de ellos necesita una preparación:
1.-
Director. Es el que convoca la reunión y la dirige, teniendo
la responsabilidad de conseguir que ésta sea un éxito. Con frecuencia se asocia
con el directivo de mayor jerarquía presente y puede ser el que tome las
decisiones finales, por lo que suele ocurrir que sientan la tentación de hacer
demasiado y controlar en exceso el tráfico de ideas, tratando, aunque sea
inconscientemente, de manipular para que se acepten sus ideas.
El director más eficaz
es aquel que sienta las bases de las
conversaciones, especifica la agenda de la reunión e indica cómo se debe
comportar el grupo.
2.-
Administrador. Se ocupa de la logística de la reunión.
Es el responsable de registrar todo lo que ocurre en el desarrollo de la misma:
lo que pasa, lo que se discute, lo que se decide y las acciones que se acuerdan
realizar, pero con frecuencia asumen otras responsabilidades tales como
preparar la reunión, los cambios en su desarrollo y el seguimiento tras la
misma.
Puede contribuir en gran
medida a lograr que la reunión sea un éxito, ayudando al director y acometiendo
tareas como la síntesis de los temas a discutir y de las conclusiones a las que
se va llegando durante el desarrollo del encuentro, controlando el horario e
interviniendo para poner orden en los casos en los que sea necesario.
La clave para que pueda
ser eficaz radica en que pueda mantener una relación de trabajo cercan al
director de la reunión, lo cual en ocasiones es complicado ya que algunos
administradores trabajan para numerosos directores: algunos secretarios de
comisiones se encuentran por primera vez con el director al comienzo de la
reunión.
3.-
Participante. Cualquier persona que toma parte en una
reunión y no es ni el director ni el administrador. Es responsable de
contribuir con sus conocimientos al desarrollo de la reunión.
ROL
|
FUNCIÓN
PRINCIPAL
|
ACTIVIDADES
|
DIRECTOR
|
Dirigir
el proceso
|
Controlar
el tráfico de las comunicaciones
Gestiona
el tiempo
Supervisa
el desarrollo del grupo
Define
la estructura de la reunión
Controla
las conversaciones
Establece
las normas
Gestiona
los objetivos sociales
Sintetiza
y presenta las conclusiones
|
ADMINISTRADOR
|
Registrar
|
Registra
lo que ocurre en la reunión: prepara el acta de la misma
Ayuda
en la gestión del tiempo
Colabora
en el mantenimiento del orden en el desarrollo de la reunión
Puede
resumir las ideas presentadas en cada punto del orden del día y al final de
la reunión a petición del director
|
PARTICIPANTE
|
Propietario
de las tarea
Recurso
pensante
|
Presenta
información relevante
Informa
del estado de la tarea y de su finalización
Evalúa
el éxito de los resultados
Contribuye
con ideas o información
Ayuda
a pensar y a resolver problemas
Actúa
como consultor
|
I.-
PREPARACIÓN PARA DIRIGIR.
No debemos olvidar que
dirigir una reunión es una forma de mostrar la clase de líderes que somos. Para
preparar adecuadamente una reunión Barker recomienda seguir estos pasos:
1.-
Aclarar nuestros objetivos. Debemos comenzar por
establecer cuál es el propósito de la reunión y escribirlo. Tenemos que tener
claro qué queremos conseguir:
a).- El resultado
ideal.
b).- El resultado
realista.
c).- El resultado no
deseado.
Sin olvidar aclarar:
¿Qué decisiones se
tienen que tomar en la reunión?
¿Por qué la decisión se
tiene que tomar en la reunión?
¿Existen los recursos
necesarios y están disponibles para llevar a cabo las decisiones que
anticipamos se van a tomar en la
reunión?
¿Se va a ver afectado
alguien más por las posibles decisiones?
¿Debemos consultar a
esas personas o invitarlas a la reunión?
2.-
Preparar la agenda de la reunión. Toda reunión debe tener
un orden del día, que puede no haber sido escrito, discutido o hasta pensado,
pero existe y quien lo controla controla la reunión.
Las agendas más
eficaces son aquellas que están escritas y se hacen públicas. Si no es conocida
por los participantes en la reunión éstos pueden centrarse en sus agendas
privadas con el resultado de que se van a sentir frustrados, confusos y la
reunión va a fallar. El responsable de su elaboración es el director, ya que él
es el que convoca la reunión y debe procurar que esta sea sencilla.
Una agenda sirve para que
todos conozcan y se centren en lo que tienen que hacer antes, en el transcurso
y al finalizar la reunión. El término
procede del latín y significa cosas que hacer. Las agendas más formales
incluyen:
a).- El título de la
reunión.
b).- Fecha, horario,
lugar de celebración.
c).- Los temas que han
surgido de reuniones previas.
d).- Otros temas que van
a ser discutidos.
e).- Informes de
subcomités (si existen).
f).- Contribuciones de
expertos.
g).- Otros asuntos.
h).- Fecha, horario,
lugar de celebración de la siguiente reunión.
Se pueden incluir,
también, el tiempo aproximado que se va a dedicar a cada uno de los temas y el
nombre del “propietario” de cada uno de los asuntos a tratar. Si éstos son
rutinarios es conveniente que se traten al comienzo de la reunión y si son
complicados o de mayor interés posteriormente.
Debemos intentar evitar
que se cuelen asuntos que no estaban previstos en la agenda y para ello se
puede distribuir un borrador de la misma para que los participantes puedan
hacer contribuciones a la misma.
3.- Seleccionar a los participantes. Tenemos
que analizar cuál es la relevancia de cada uno en función de los objetivos de
la reunión y si existe algún tipo de contribución especial que queremos que
hagan como expertos o a la hora de tomar decisiones. Siempre debe existir una
buena razón, que debemos intentar que quede reflejada en la agenda, que justifique su asistencia.
También, tenemos que
enviarles, previamente toda la información que necesiten conocer.
Otros aspectos a
contemplar son si forman un grupo natural, si se conocen o no, cuáles son sus
intereses o ambiciones que puedan
propiciar la aparición de conflictos
entre ellos. Para evitar estos últimos es conveniente que busquemos aquello que
les puede unir.
II.-EL
ROL DEL ADMINISTRADOR.
Las quejas más
frecuentes que expresan los administradores de las reuniones son:
a).- Se les ha pedido
su participación en el último momento.
b).- No tienen claro
cuáles son sus responsabilidades.
c).- No entienden lo
que dicen los participantes.
Para evitar que se
produzcan el administrador debe reunirse con el director para acordar el propósito
de la reunión, quiénes van a ser los participantes, cuál va a ser el orden del
día y la duración estimada de cada punto a tratar, recibir la información
necesaria para seguir la reunión y definir sus funciones.
Tras esta reunión
deberá buscar un lugar de celebración adecuado, enviar la citación y la agenda
a cada participante, preparar la documentación y presentaciones necesarias para
la reunión.
III.-
PREPARACIÓN DEL PARTICIPANTE.
Idealmente en una
reunión debemos contar con participantes que se caractericen por ser cuidadores,
organizadores, creativos o personas de acción. Muchas reuniones fallan porque
el grupo es dominado por uno o dos roles. Esta situación se produce con frecuencia
cuando los participantes son en su mayoría especialistas técnicos que han sido
promocionados a funciones directivas. Un grupo de profesionales con ideas
pueden ser muy creativos pero pueden conseguir que nada se haga. Las personas
de acción pueden dedicar todo el tiempo de la reunión a discutir qué se puede
hacer, planteando una solución tras otra sin investigar las causas o las
distintas perspectivas de la situación. Los administradores u organizadores
pueden emplear el tiempo en analizar los puntos y las comas pero sin proponer
ninguna solución nueva y los cuidadores pueden preocuparse los unos por los
otros pero evitan abordar los temas que puedan resultar problemáticos o
conflictivos. Por tanto, lo más adecuado es buscar que exista un equilibrio en
toda reunión.
Los participantes,
antes de la reunión, deben, si son responsables de uno de los puntos del
orden del día, preparar un documento para entregar al resto de participantes
con la información que éstos deben tener. El problema es que se sientan desbordados
por un exceso de documentación de los distintos temas a tratar en la reunión.
Barker recomienda que en su elaboración se evite:
a).- El exceso de
información. Recoger todos los antecedentes de forma exhaustiva aunque no sean
relevantes.
b).- Incluir todas
nuestras reflexiones sobre el tema, vengan o no a cuento, de forma desordenada.
El informe debe recoger
exclusivamente la información necesaria para apoyar mis ideas. No todo lo que
se sobre el tema. Algunas sugerencias que plantea el autor son:
1.- Comenzar
estableciendo el propósito del informe. ¿Qué es lo que intentamos conseguir con
el mismo?¿Estamos haciendo recomendaciones u ofreciendo opciones?
2.- Pensar en la
audiencia. ¿Cómo pensamos que va a responder a nuestro informe?, ¿Qué información
necesitan?, ¿Qué información adicional necesitan tener?, ¿Qué es lo que valoran
o consideran importante?, ¿Qué les puede convencer?,…..
3.- Expresar nuestra
idea principal de forma simple, en una frase que no supere las 15 palabras, si
es posible. Colocarla de forma destacada al principio del informe y asegurarnos
de que nuestro mensaje exprese de forma clara nuestro propósito.
4.- Incluir puntos
claves para apoyar nuestro mensaje. No deben ser más de 6 y pueden servir para
diferenciar distintos apartados del informe.
5.- Incluir sólo la
información relevante. No dar más información que la que es necesaria para
apoyar nuestras ideas, evitar entrar en muchos detalles. El estilo debe ser
asertivo y proactivo.
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