domingo, 13 de noviembre de 2016

CONECTAR, CLAVE PARA LLEGAR A UNA AUDIENCIA. LOS FUNDAMENTOS DE LAS PRESENTACIONES INOLVIDABLES II


Chris Anderson director de TED Talks, en su libro “TED Talks. The oficial TED guide to public speaking”, que estamos comentando, explica los fundamentos de una presentación inolvidable. Como herramientas principales recomienda utilizar las siguientes: Conexión, narración, explicación, persuasión y revelación.

I.- CONEXIÓN

Antes de introducir una idea en la mente de alguien necesitamos su permiso. Las personas se muestran naturalmente cautas antes de abrir sus mentes a completos extraños. Tenemos que encontrar una forma de vencer esa cautela y la forma de hacerlo es haciendo visible nuestro lado más humano.
Escuchar una charla es algo completamente distinto a leer un ensayo. No son sólo las palabras las que nos van a influir, sino también la persona que las transmite. Para tener impacto tiene que existir una conexión humana. Podemos dar la charla más brillante pero si primero no conectamos con la audiencia no vamos a conseguir nada.

Las personas no somos máquinas. Somos criaturas sociales que poseemos armas para protegernos del conocimiento peligroso que contamina el mundo del que dependemos. Entre ellas destacan el escepticismo, la desconfianza, el aburrimiento o la incomprensión. Por tanto, nuestra primera tarea como oradores consistirá en encontrar una forma de neutralizar esas armas para construir un nexo de unión con la audiencia para que permitan el acceso a sus mentes durante unos minutos.

El autor propone para conseguir establecer esta conexión vital temprana:

1.- CONTACTAR VISUALMENTE DESDE EL PRINCIPIO.  Las personas nos caracterizamos por hacer juicios instantáneos sobre los demás y decidir si nos gustan o no, si son amigos o enemigos, sabios o aburridos,…Las razones que utilizamos para hacer estos juicios rápidos suelen ser sorprendentemente banales: cómo viste, camina, su expresión facial o su lenguaje corporal, por ejemplo van a influir en nuestra apreciación de los demás.

Los oradores expertos saben cómo encontrar la forma de establecer una conexión con la audiencia desde el principio que cause una buena impresión. Puede ser algo tan sencillo como caminar con seguridad por el estrado, mirar alrededor, establecer contacto visual con dos o tres personas y sonreír.
Todos podemos establecer contacto visual con los miembros de la audiencia y sonreír un poco. Hacerlo marca una gran diferencia porque los humanos hemos desarrollado una sofisticada capacidad para captar lo que piensan los demás mirándoles a los ojos. De forma inconsciente podemos detectar los más mínimos movimientos en los músculos oculares de la cara del otro y utilizar esta información para juzgar no sólo lo que está sintiendo esa persona sino, también, si podemos confiar o no en ella.

Los científicos han mostrado que  dos personas si se miran a los ojos fijamente activan las neuronas espejo que ayudan a adoptar el estado emocional de la otra persona. Si sonrío conseguiré despertar una sonrisa en el interior del otro, por ejemplo. Al mirarnos nuestras mentes se sincronizan y la profundidad con la que esto ocurre va a estar determinada, en parte, por el grado en que instintivamente confiemos en el otro.

Cuando entremos en el escenario de nuestra presentación tenemos que concentrarnos en pensar en una cosa: nuestro entusiasmo ante la posibilidad de compartir nuestra pasión con la audiencia. No debemos apresurarnos para comenzar a hablar, antes debemos seleccionar a un par de personas, mirarlas a los ojos, saludar brevemente con la cabeza y sonreír.

2.- MOSTRAR VULNERABILIDAD.

Una de las mejores formas de desarmar a una audiencia consiste en comenzar revelando nuestra vulnerabilidad. Por ejemplo si te sientes nervioso puede repercutir en tu favor Las audiencias pueden detectar instantáneamente y en lugar de despreciarnos por ello suelen sentirse más cerca de nosotros.

La vulnerabilidad es una de las herramientas más poderosas con que cuenta un orador pero debe manejarse con cuidado y se debe tener precaución con la información personal que se comparte.

3.- HACER REÍR.

El humor aleja las principales resistencias para escuchar una charla. Rápidamente vamos a gustar a las  personas que se ríen con nosotros y si les gustamos nos van a tomar más en serio ya que vamos a derribar defensas y de esta forma tenemos la oportunidad de comunicarnos realmente con nuestra audiencia.

El humor es un arte que no todos dominan, si no lo hacemos es mejor no intentarlo. Tom Rielly recomienda:

1.- Contar anécdotas relacionadas con el tema que vamos a tratar donde el humor surja de forma natural. El mejor humor se basa en la observación de las cosas que ocurren en nuestro alrededor para después mezclarlas o exagerar sobre ellas.

2.- Tener un comentario divertido preparado por si nos confundimos o metemos la pata. De esta forma la audiencia se identifica con nosotros y ganamos de forma instantánea su simpatía.

3.- Incorporar el humor en nuestras presentaciones gráficas.

4.- Utilizar la sátira diciendo lo contrario de lo que pensamos, para después revelar nuestra intención.
5.- El momento es fundamental. Si existe un tiempo para las risas debemos dejar que se asiente haciendo una pausa, sin que parezca que buscamos el aplauso de la audiencia.

6.- Es muy importante tener en cuenta y aceptar que si no somos graciosos no debemos tratar de ser graciosos. Podemos hacer pruebas con familiares o amigos y ver su respuesta.



Entre los  riesgos que nos encontramos  si utilizamos el humor destacan:

a).- El lenguaje ofensivo o los comentarios fuera de lugar. Tenemos que  recordar que no estamos en un club nocturno.

b).- Los poemas y rimas aparentemente graciosos.

c).- Los juegos de palabras.

d).- El sarcasmo.

e).- La duración excesiva.

f). El humor basado en la religión, la identidad de género, la raza o la política. Los miembros que pertenecen a esas comunidades pueden hacerlo, el resto no.

Estos riesgos bien gestionados pueden funcionar en situaciones muy concretas pero se pueden volver en nuestra contra si miembros de la audiencia se sienten ofendidos.

4.- APARCAR NUESTRO EGO.

No hay nada que dañe más una charla que un orador narcisista y lleno de sí mismo ya que no vamos a confiar en él. Salman Khan recomienda: “Se tu mismo. Las peores presentaciones son aquellas en las que alguien intenta ser lo que no es. Por ejemplo, si eres emocional muéstrate emocional, pero la única excepción se plantea en el caso de que seas arrogante y estás centrado en ti mismo. Entonces debes pretender ser otra persona”.

El ego emerge de muchas formas que pueden ser invisibles para el orador que está acostumbrado a ser el centro de atención:

a).- Referirse a si mismo y dejar caer su nombre con frecuencia.

b).- Contar historias que parecen diseñadas exclusivamente para su lucimiento.

c).- Jactarse de sus logros o los de su organización como propios.

d).- Centrar la charla en sí mismos en lugar de en una idea que otros puedan utilizar.

No tenemos que olvidar nunca lo básico que es que el propósito de una charla es regalar una idea, no la autopromoción.

5.- CONTAR UNA HISTORIA

Una de las principales funciones de narrar historias es establecer la conexión con la audiencia. Normalmente las personas adoramos las historias. Tienen la capacidad de generar instantáneamente interés, empatía, emoción e intriga. Pueden establecer el contexto de una charla y lograr que la audiencia se interese por el tema que vamos a tratar.

Las historias pueden utilizarse en cualquier momento de una charla: es una buena forma de empezar nuestra intervención, pueden ser muy ilustrativas introducidas a lo largo de la misma y en ocasiones, aunque no con tanta frecuencia, son una forma adecuada de cerrar la charla.

Las historias que suelen generar la mejor conexión son las basadas en nuestras experiencias o en las de personas cercanas a nosotros. Historias sobre  equivocaciones, torpezas, mala suerte, peligros o desastres en las que nos hayamos visto involucrados, si se cuentan con sinceridad logran que los oyentes se enganchen realmente, ya que comienzan a compartir algunas de nuestras emociones, a interesarse por nosotros y empezamos a gustarles.

Pero debemos tener cuidado ya que algunas historias pueden llegar a parecer que tienen matices de jactancia o manipulación. Si explicamos la forma sorprendente en que convertimos un problema en un éxito resonante en lugar de estar conectando es posible que estemos alejando a nuestra audiencia.
La recomendación que propone Anderson es ser auténticos y para ello un buen test consiste en imaginar si contaríamos la historia a un grupo de amigos y en caso afirmativo cómo lo haríamos. Los amigos detectan con facilidad lo que suena falso, pero también lo hacen las audiencias.

6.- GESTIONAR EL PENSAMIENTO TRIBAL

Éste es el mayor asesino de la conexión. Una de los tipos de audiencia más complicada con las que nos podemos encontrar es aquella constituida por una comunidad muy cerrada que sabemos que en principio va a rechazar las ideas que planteamos. Ocurre con frecuencia con los temas políticos o religiosos ya que determinadas creencias pueden estar tan arraigadas que si un orador parece que las está amenazando o cuestionando y lo que va a conseguir es que la audiencia en lugar de escuchar se cierre y desconecte o se “encienda”.

Si queremos llegar a personas que radicalmente están en desacuerdo con nosotros nuestra única oportunidad consiste en ponernos en su lugar lo mejor que podamos. No debemos utilizar lenguaje que pueda desencadenar respuestas tribales. Comenzar por una visión del mundo tal como ellas lo ven y utilizar todas las herramientas descritas anteriormente  para construir una conexión basada en nuestra humanidad compartida.



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