Christine Porath, en su libro “Mastering civility. A manifesto for the workplace”, expone la importancia de la urbanidad y el respeto en todos los ámbitos de nuestras vidas y especialmente en el entorno laboral.
La autora ha realizado
durante varios años encuestas, “American Civility Surveys ”, en las que los
resultados muestran , como en la del pasado año, en la que un 96% de los
encuestados pensaban que existe un problema social en relación con la educación
y el respeto.
Los comportamientos
irrespetuosos se presentan de muchas formas y grados que van desde ignorar a
los demás y no escucharles a intencionadamente desautorizar a los demás con el
fin de socavar su autoridad y autoestima. Entre los comportamientos de este
tipo más frecuentes de los líderes nos encontramos con:
a).- Mofarse y denigrar
públicamente a las personas.
b).- Recordar a los
subordinados que sus roles son de menor categoría dentro de la organización.
c).- Burlarse de sus
informes de forma que duela.
d).- Quedarse con todo
el crédito por los éxitos y señalar a otros cuando las cosas se ponen
difíciles.
Tenemos que tener en
cuenta, de todas formas, que lo que importa no es realmente si las personas
fueros tratadas de manera insensible sino si ellas se sintieron maltratadas. La
falta de respeto depende de los ojos del receptor. Depende no sólo del
individuo, sino también de la cultura, de la generación, del género, del sector
y de la organización. Lo que nosotros consideramos una falta de respeto y de
educación puede no coincidir con lo que piensa nuestro jefe sobre el tema.
Entre los factores que
están interviniendo en la percepción negativa sobre la educación y respeto que
muestran las personas en la actualidad tenemos:
1.- La globalización.
Los profesionales de una cultura pueden, por desconocimiento, actuar de forma
que los compañeros de otra cultura pueden considerar como una muestra de falta
de respeto hacia ellos.
2.- Las distintas
generaciones. Una investigación dirigida por Jean Twenge reveló que los
estudiantes en la actualidad son un 30% más narcisistas que los estudiantes de
hace 25 años, con la consecuencia de que si nos centramos excesivamente en
nosotros vamos a estar mucho menos preocupados de los efectos que nuestro comportamiento puede tener en los demás.
3.- El deterioro de las
relaciones en el ámbito laboral, en parte propiciado por el teletrabajo y otras
formas de organización del trabajo que no favorecen el contacto físico entre
los compañeros. Otras razones que fomentan este deterioro son, según un estudio
realizado por la autora entre más de 20.000 trabajadores de distintos sectores,
la sobrecarga de trabajo que sufren muchos profesionales y que dicen que impide
que tengan tiempo para ser educados y
agradables y la falta de ejemplo de sus directivos que se comportan de forma
irrespetuosa con ellos por lo que ellos actúan de la misma forma. Otra causa es
la tecnología que ocasiona que los profesionales dediquen mucho tiempo a
actividades online y poco a relacionarse entre sí.
Entre los efectos
nocivos del comportamiento irrespetuoso y grosero destaca el impacto sobre la
salud. Robert Sapolslky, autor de “Why zebras don´t get ulcers”, expone que
cuando las personas están sometidas a estresores intermitentes como la falta de
respeto durante un tiempo muy largo o con demasiada frecuencia experimentan
importantes problemas de salud ya que el sistema inmunitario se ve afectado
negativamente y pueden aparecer diversas enfermedades de tipo cardiovascular,
gástrico, etc.
…
Diversos estudios han encontrado que los factores psicosociales tales como el estrés inducido por el trabajo son las variables más importantes en la determinación de la duración de la vida. Las investigaciones muestran que trabajar en un equipo en el que la falta de respeto está presente llega a afectar a la salud mental de sus miembros. Las personas tienden a llevar el estrés producido por esta situación a su casa trasladándolo al resto de miembros de la familia.
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Diversos estudios han encontrado que los factores psicosociales tales como el estrés inducido por el trabajo son las variables más importantes en la determinación de la duración de la vida. Las investigaciones muestran que trabajar en un equipo en el que la falta de respeto está presente llega a afectar a la salud mental de sus miembros. Las personas tienden a llevar el estrés producido por esta situación a su casa trasladándolo al resto de miembros de la familia.
En una encuesta
realizada por la autora junto a Christine Pearson a 800 directivos y
profesionales de 17 organizaciones los resultados mostraron que entre los
trabajadores que habían estado expuestos a la falta de respeto un porcentaje
muy elevado disminuían su desempeño y el
tiempo dedicado al trabajo de forma intencionada, la calidad de su trabajo se
veía afectada negativamente, perdían mucho tiempo en el trabajo pensando en los
incidentes irrespetuosos y en evitar al ofensor, decrecía su compromiso con la
organización, repercutían su frustración en los clientes o se planteaban dejar
el trabajo. Si una organización pierde beneficios y profesionales debido a
estos comportamientos gran parte de esa pérdida pasa desapercibida hasta que puede
que ya no tenga remedio.
Diversos experimentos avalan
estos resultados ya que demuestran como el estar sometidos a estas situaciones
afecta negativamente a nuestros recursos cognitivos, secuestra nuestro
desempeño y creatividad y nos aparta de nuestro trabajo. Aunque queramos
trabajar dar lo mejor de nosotros no lo lograremos porque estaremos preocupados
por el maltrato que estamos experimentando.
Otro aspecto negativo
es el tiempo que tienen que dedicar los directivos a solucionar los problemas
causados por la falta de respeto. Según un estudio publicado en Fortune los ejecutivos
de las principales empresas dedicaban un
13% de su tiempo en el trabajo a tratar de arreglar las relaciones entre los
profesionales y las consecuencias del comportamiento irrespetuoso.
Un ejemplo de estos
efectos nocivos que se ha evidenciado en muchos estudios es la disminución del
desempeño en el ámbito sanitario entre cuyas cusas está el que los equipos
expuestos a la falta de educación y respeto no comparten bien la información y pueden captar incorrectamente la que tienen a su disposición, sus miembros
no solicitan ayuda de sus compañeros de equipo, se muestran poco receptivos al
feedback y a discutir los errores o problemas potenciales que pueden surgir en
el curso de sus actuaciones.
La autora plantea que
el hecho de no ser grosero no significa que nos estemos comportando
respetuosamente, sólo implica que nuestra conducta está siendo neutral y que no
hemos dañado a alguien. Ser respetuoso en su sentido pleno requiere gestos
positivos tales como la amabilidad y cortesía que consigue animar a las
personas. No solo tratar a los demás bien sino, también, que nuestros actos reflejen nuestros
deseos de mostrar respeto. No consiste en tratar bien a alguien porque
esperamos algo a cambio o porque estamos intentando servir a los intereses de
la organización sino porque es una vía de afirmar normas de mutuo respeto y honradez.
Porath propone que para
evitar todos los efectos nocivos anteriormente expuestos debemos comenzar por
preguntarnos cuál es nuestro comportamiento al respecto y que para ello realicemos
el siguiente test como autodiagnóstico sobre la forma en que tratamos a los
demás. Para hacerlo tendremos que contestar si alguna vez tenemos alguno de los
comportamientos que se relacionan en el mismo y el grado (desde nunca a casi
siempre):
1.- No decir gracias o
por favor.
2.- Utilizar la
comunicación vía e-mail cuando es necesaria la comunicación cara a cara.
3.- Robar el crédito
por el trabajo colaborativo.
4.- Durante las
reuniones contestar o mandar correos o mensajes.
5.- Hacer esperar a las
personas de forma innecesaria.
6.- Hablar de forma
condescendiente a los demás.
7.- Retrasar el acceso
a la información o a los recursos.
8.- Utilizar jergas que
excluyen a otros.
9.- Culpabilizar a
otros cuando hemos contribuido a que se cometa un error.
10.- Difundir rumores.
11.- Menospreciar a los
demás de forma no verbal.
12.- Refugiarnos en
gadgets electrónicos.
13.- Excluir a alguien
de una red o equipo.
14.- Aprovecharnos de
los demás.
15.- Prestar poca
atención o mostrar poco interés por las opiniones de los demás.
16.- No escuchar.
17.- Propiciar que
otros fracasen.
18.- Ignorar las
invitaciones.
19.- Llegar con retraso
o abandonar una reunión antes de que acabe sin ninguna explicación.
20.- Insultar a los
demás.
21.- No reconocer a los
demás ni sus esfuerzos.
22.- Despreciar los
esfuerzos de los demás.
23.- Hacer comentarios
denigrantes o desdeñosos a alguien.
24.- Dar por sentadas
las contribuciones de los demás.
25.- Seleccionar las
tareas fáciles dejando a los demás las complicadas.
26.- Olvidar incluir a
los demás.
27.- Hablar cruelmente
de los demás.
28.- Escribir e-mails
descorteses o irrespetuosos.
29.- Comportarnos con
falta de respeto cuando no estamos de acuerdo con los demás.
30.- Interrumpir a los
demás.
31.- No defender a los
demás.
32.- Juzgar a las
personas que son diferentes a nosotros.
Es un test útil para
detectar malos hábitos y analizar sus causas para poder corregirlos. Para
obtener más información podemos pedir feedback adicional a nuestros compañeros,
amigos y familiares porque pueden existir puntos ciegos que no somos capaces de
detectar. Entre ellos están el tono de voz que empleamos, la expresión facial, …
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