Myles Downey en “The enabling manager. How
to get the best out of your team”, que estamos comentando, plantea que el mando
(órdenes) y control ha sido el modelo predominante de gestión y liderazgo
durante décadas. A pesar de muchos y variados intentos de empoderar a sus
profesionales la mayor parte de los directivos revierten a lo que aprendieron
cuando estaban empezando. Alinear y facilitar es un modelo que se adapta mejor
a la realidad actual.
Existen dos tipos de
organizaciones que necesitan especialmente obtener lo mejor de las personas que
trabajan en ellas. Son las militares y
las start ups.
Un alto desempeño en el
ámbito militar es crítico en un tiempo en el que la resistencia de las personas
a la guerra está aumentando y en el mundo de las start ups donde la necesidad
de un rápido retorno a la inversión es evidente la demanda de una cultura de
alto desempeño es manifiesta. Lo que ambas clases de organizaciones entienden
es que los profesionales no pueden tener un alto desempeño, actuando con
rapidez y decisión, en un entorno excesivamente controlado y constreñido. En el
entorno militar en el que “ningún plan sobrevive al primer contacto con el
enemigo” la capacidad de respuesta en el terreno es clave. Ordenar y controlar
no es una opción cuando los combatientes pueden no estar en contacto con los
jefes y no pueden esperar a que alguien que no conozca bien lo que está
ocurriendo en el terreno tome una decisión. Igualmente una start up eficaz
necesita que los profesionales puedan experimentar, ajustar, afinar y modificar en respuesta al feedback
para crear un nuevo producto o servicio rápidamente, sin verse afectados por
una toma de decisiones burocrática.
Los dos tipos de
organizaciones tienen que resolver el problema específico de cómo empoderar a
los profesionales sin que se pierda el foco y el control.
I.-
“MISIÓN Y CONTROL”
En el mundo militar
estadounidense, por ejemplo la solución a este problema se basa en una
filosofía llamada “Misión Control”. En 2012 el ejército estadounidense publicó
un libro blanco que exploraba los seis principios de lo que llamaban: “Misión
control”. Estos son:
a).- Construir equipos
cohesionados a través de la confianza mutua.
b).- Crear un entendimiento
compartido.
c).- Facilitar claramente las intenciones y
propósitos de los mandos.
d).- Ejercitar iniciativas disciplinadas.
e).- Utilizar órdenes basadas en la misión.
f).- Aceptar riesgos
prudentes y moderados.
Estos principios
sugieren que para asegurar el éxito el conocimiento debe proceder de abajo a
arriba y no solo de arriba abajo. En otras palabras aquellos al mando van a ser
dependientes del conocimiento de sus subordinados. El rol de los que ocupan las
posiciones más altas consiste en delegar la autoridad a aquellos que poseen la
información, por lo que el papel del líder pasa a ser el de facilitador.
En este nuevo
pensamiento el trabajo del líder va a ser el de ofrecer una visión clara tanto
del estado actual de las cosas como del resultado final deseado. Basándose en
esta visión el líder emite órdenes centradas en la misión, no en el ejecución
precisa, ya que confía en las competencias y experiencias de las personas que
se encuentran sobre el terreno. Esta cultura de claridad y confianza permite a
las unidades y soldados usar responder con iniciativas disciplinadas dentro de
los límites del propósito de la misión. Todos aceptan que el riesgo es
inevitable y que aunque debe ser gestionado y minimizado, las acciones que
implican niveles razonables de riesgo son aceptables. Este entendimiento
facilita a cada unidad y soldado la libertad de actuar con decisión dentro de
los márgenes operacionales de la misión.
Facilitar este tipo de
autonomía y liberar a los equipos y a sus miembros para poder actuar con su
propia iniciativa genera flexibilidad y la capacidad de adaptarse rápidamente de una forma que las estructuras
tradicionales de mando no logran conseguir.
II.-
PATRÓN MENTAL EMPRESARIAL
Los líderes de las
start – ups de alto crecimiento también operan en entornos acelerados y
cambiantes. Dirigir una start – up es una carrera para obtener beneficios antes
de que el capital inicial se agote. Por tanto, deben confiar en la habilidad de
sus equipos para utilizar sus competencias, perspectivas y dominio técnico para
ofrecer los resultados de negocio deseados.
Estos líderes empresariales
marcan objetivos claros que comunican a todos los involucrados en su logro. Se
aseguran de que todos los miembros de sus equipos sepan la razón por la que
deben hacer su trabajo. De esta forma crean un contexto claro y marcan la
dirección para todas las actividades y si alguna no contribuye a la consecución
de dichos objetivos se considera una distracción y debe suprimirse.
Los líderes en estas
empresas reconocen que un exceso de control va a generar una serie de problemas
entre los que destacan:
a).- El líder ocasiona
cuellos de botella que van a entorpecer el progreso y por tanto van a acostar
dinero.
b).- La empresa se va a
ver constreñida por el pensamiento limitado de una persona.
c).- Los profesionales
se sienten desmotivados y poco valorados.
Los líderes empresariales
entienden que las personas que les rodean tienen capacidades, perspectivas y
dominio de sus temas que son esenciales para el éxito de sus organizaciones. Comprenden
que para liberar este potencial deben
creer en las capacidades de las personas para alcanzar los objetivos y para
facilitar esto crean un contexto en el
que los equipos y los profesionales que los integran asumen la responsabilidad
total de los resultados y actúan incansablemente hasta que logran el éxito.
Ambos tipos de
organizaciones tiene una serie de importantes similitudes en los problemas a
los que se enfrentan:
1.- Operan en entornos
rápidamente cambiantes y complejos con altos niveles de incertidumbre.
2.- Necesitan actuar
con rapidez, por lo que un enfoque de mando y control es demasiado lento e
inflexible.
3.- Deben maximizar el
desempeño de cada individuo.
No resulta sorprendente
que las soluciones a estos problemas sean similares en cuanto a sus principios:
1.- Reconocimiento y
confianza en la capacidad de cada uno de
los miembros individuales del equipo.
2.- El papel del
liderazgo para comunicar claramente la visión y metas dominantes de la
organización y para establecer el rol que cada profesional y equipo tiene en el
logro de las mismas.
3.- El rol del
liderazgo para determinar los resultados esperados.
4.- La creación de un
entorno donde los profesionales y los equipos tengan libertad para determinar
lo que tienen que hacer para alcanzar los objetivos marcados.
En estos modelos el líder
actúa menos como jefe y más como facilitador. Su rol consiste menos en ejercer
su autoridad y más en distribuirla. El éxito procede no del control de la
actividad sino de la creación de un
contexto en el que los individuos capacitados puedan utilizar libremente sus
habilidades y perspectivas para trabajar juntos para alcanzar los resultados
deseados.
Si tenemos la responsabilidad
de obtener el mejor desempeño de otras personas, entonces nuestra tarea
consiste en alinear y facilitar para que tanto los profesionales como la
organización puedan sobrevivir y prosperar.
Alinear
implica:
a).- Aclarar la razón
por la que la misión es tan importante.
b).- Clarificar el
contexto.
c).- Destacar las metas
más importantes.
d).- Alinear las metas
dominantes con las metas y proyectos de los individuos.
e).- Ayudar a que los
miembros de los equipos se alineen y encuentren un significado en la misión y
objetivos de la organización.
Facilitar
implica:
a).- Ofrecer coaching a
los miembros individuales de los equipos para que sepan claramente cómo pueden
conseguir alcanzar los objetivos.
b).- Facilitar coaching
a los miembros de los equipos para que alcancen sus objetivos en el tiempo.
c).- Asegurar que los
miembros de los equipos se responsabilizan del logro de sus objetivos.
d).- Conceder a los
miembros de los equipos la autonomía y autoridad necesarias para que puedan
realizar su trabajo.
e).- Co-crear planes de
desarrollo para el futuro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario