Adam Bryant, en la
edición de julio – agosto de Harvard Business Review, plantea que para tener
éxito como ejecutivo senior necesitamos algo más que unas competencias
especiales, necesitamos un nuevo patrón mental.
Tener éxito como alto
directivo y ser un gran líder tiene poco
que ver con el nombre de nuestro puesto de trabajo y todo con nuestro patrón
mental. El proceso del cambio mental implica identificar y comunicar nuestros
valores clave y aprender cómo enfocar la toma de decisiones en situaciones
complicadas. Requiere establecer el listón del desempeño de nuestro equipo y
aprender a compartimentar para encontrar el ritmo adecuado para nosotros
mismos. También demanda que ampliemos nuestra autoconsciencia y que prestemos
atención a las historias que nos contamos sobre nuestras experiencias, nuestros
éxitos y nuestros fracasos, nuestras épocas malas y buenas, cuando contemplemos
el conjunto de nuestras carreras y vidas.
Ser un líder significa
que debemos actuar buscando el éxito del equipo, en lugar del propio, y navegar
tratando de equilibrar todas las situaciones que hacen nuestro trabajo tan
retador. Las siguientes recomendaciones sirven para asegurarnos de que estamos
preparados:
I.-
SER Y TENER CLARO QUÉ ES LO QUE QUEREMOS REPRESENTAR
Al ir ascendiendo a
posiciones de liderazgo necesitamos tener claro quiénes somos como líderes y
qué es lo que más nos importa. Tenemos que ser predecibles en el mejor sentido
de la palabra: alguien cuyos valores son inamovibles y claros, de esta forma
como dice Sue Desmond – Hellman, ex – CEO de la Fundación Bill y Melinda
Gates, “las personas no cargarán con el
peso de pensar qué es lo que haría esa persona”.
Bryant cuando trabaja
con líderes en ascenso hace una serie de preguntas para ayudarles a desarrollar
su marca personal de liderazgo:
a).- ¿Cuáles son los
tres valores más importantes para ti como líder y compañero?
b).- ¿Cómo los has
vivido en tu carrera profesional?
c).- ¿Por qué son
importantes para el éxito?
d).- ¿Cómo describirías
tu filosofía y enfoque de liderazgo a un profesional de nueva incorporación?
e).- ¿Cómo los
describiría un miembro del equipo?
El autor recomienda
dedicar tiempo a pensar en las respuestas y que éstas sean lo más específicas
posibles. Se trata de crear una narrativa que sintamos como única, que
incorpore las perspectivas de los demás y que podamos hacerla viva a través de
historias personales.
Sea cual sea nuestra
definición de marca de liderazgo personal debemos ser consistentes y mostrarla
en cada interacción. Nuestro equipo estará buscando señales de que no
abandonamos nuestros valores para obtener ganancias personales o cuando nos
encontramos ante coacciones y situaciones complicadas.
II.-
PERFECCIONAR NUESTRA TOMA DE DECISIONES
Al ir ascendiendo a
nivel directivo los problemas con los que nos encontraremos serán más
complicados y tendremos mayor responsabilidad por nuestras decisiones. Existen
numerosos enfoques para la toma de decisiones pero el autor ha encontrado que
los más útiles son:
1.-
Obtener toda el input que podamos de
nuestro equipo
Esto implica crear un
entorno en el que el debate es fomentado y en el que las personas no teman
manifestar sus opiniones, olvidando el nombre de su puesto de trabajo, aunque
no sean expertos en el tema.
2.-
Mirar dentro del “espejo desagradable”
Uno de los problemas
graves en las organizaciones es la falta de disposición para ser brutalmente
honestos en relación con las
dificultades a las que se enfrentan y es imposible movilizar los cambios si las
personas no están alineadas con la razón por la que se necesitan. El líder debe
tener el valor de realizar una valoración severa de la realidad para conocer
cuál es el estado verdadero de la organización.
3.-
Cuestionar la “caja lógica”
Parte del rol de un líder consiste en evitar la “caja lógica” (ésta consiste en la situación en la que nos encontramos cuando pensamos que estamos realizando sólidas elecciones analíticamente entre varias opciones, pero no hemos entendido que le concepto en general está mal dirigido o tiene fallos), examinando las presunciones que subyacen a sus ideas, para estar seguros de cuál es el problema que se debe resolver. Dambisa Moyo piensa que una de las cualidades más importantes para un líder es la capacidad de utilizar diversos modelos mentales para analizar opciones, por ejemplo si una inversión parece atractiva desde un punto de vista financiero, pero puede serlo menos desde la perspectiva ambiental o geopolítica.
4.-
Escuchar cuidadosamente, pero tomar el control
Uno de los mensajes más consistentes para los
líderes en años recientes es el de que los empleados quieren ser escuchados.
Desean tener voz y en ocasiones hasta voto en las políticas de la compañía.
Pero, también esperan que sus líderes sean decididos, especialmente durante las
crisis.
5.-
Facilitar un contexto
Tan importante como
actuar con decisión es explicar nuestro pensamiento. Las personas están más
dispuestas a seguir una directriz cuando entienden las razones para ella y ven
cómo encaja en la visión más amplia de la organización.
III-
ESTABLECER EL LISTÓN DEL DESEMPEÑO DE NUESTRO EQUIPO
Si marcamos unas
expectativas muy altas las personas se pueden desmotivar y si son muy bajas no
alcanzaremos el nivel necesario de cambio. Por tanto, el líder debe determinar
el ritmo e ir ajustándolo cuando sea necesario.
IV.-
DOMINAR EL ARTE DE LA COMPARTIMENTACIÓN
No solo es nuestro
trabajo marcar el ritmo de nuestro equipo debemos marcar el nuestro propio, lo
cual es complicado cuando nos enfrentamos con fechas límites muy ajustadas,
problemas de las personas, crisis y la presión para hacer más con menos.
Dedicar tiempo para pensar puede convertirse en una rareza salvo que
compartimentemos de alguna manera. Las siguientes tácticas pueden ayudar:
1.-
Mantener el foco en lo que más importa
Cuando los problemas se
acumulan resulta tentador buscar orden en el caos haciendo un listado con todos
los asuntos que deben ser atendidos. Pero no nos va a ayudar si la lista es muy
amplia, tenemos que priorizar y, la clave para ello es preparar un documento en
el que recojamos la estrategia a seguir. Para ello Dinesh Paliwal sugiere
describir cada estrategia de negocio en una página que contenga la concisa
respuesta a 4 preguntas: ¿Cuál es tu meta y mensaje central?, ¿Cuáles son las
tres acciones principales necesarias para alcanzar esa meta?, ¿Cuáles son esos
tres retos? y ¿Cómo mediremos el éxito en un periodo de tiempo determinado?
2.-
No dejarnos llevar por los problemas de los demás
Debemos mantener una
cierta separación para pensar claramente y considerar la perspectiva global de
forma holística para tomar la mejor decisión para la organización en su
conjunto, por lo que debemos evitar encontrarnos sobrepasados por los problemas
individuales.
3.-
Delegar y pedir ayuda
Pam Fields mantiene que
una de las demostraciones más importantes de liderazgo es delegar y pedir
ayuda.
4.-
Preguntarnos siempre qué es mejor para la organización
Cuando nos enfrentamos
a decisiones complicadas, particularmente relacionadas con problemas de las
personas, es natural que queramos estudiarlas desde muchos ángulos. Pero podemos
sentirnos paralizados, por lo que preguntarnos qué es lo mejor para la
organización puede ayudarnos a aclarar nuestro pensamiento.
V.-
REFORZAR LA AUTOCONSCIENCIA
Cualquier cosa que
decimos o hacemos tiene un impacto externo. Las personas nos estudian
concienzudamente y proyectarán un significado a nuestros gestos y comentarios.
Por tanto, debemos:
1.-
Mantener el control de nuestras emociones
La autoconsciencia
implica reconocer nuestros sentimientos y operar dentro de una banda estrecha
de emociones. Queremos que las personas se centren en sus trabajos y no en
intentar descifrar nuestro estado de ánimo. No es malo reconocer que tenemos
dificultades con algo o un mal día, pero, ser auténtico no significa compartir
todos los sentimientos en tiempo real.
2.-
Conocer cuáles son nuestros desencadenantes de reacciones exageradas
Ser conscientes de
nosotros mismos implica que tenemos que identificar los momentos de estrés que
pueden desencadenar una reacción exagerada. Enfrentarnos a esos desencadenantes
de forma sincera es el primer paso para poder intentar distanciarnos
emocionalmente de ellos y controlar nuestras reacciones.
3.-
Descubrir nuestros puntos muertos
Es necesario, también,
ser conscientes de la existencia de divergencias entre cómo pensamos que estamos
liderando y cómo nuestro equipo nos
percibe. Mecanismos estructurados de feedback como la evaluación 360º pueden
ayudar. Pero debemos buscar nosotros, también, nuestros puntos ciegos,
solicitando continuamente input sobre nuestra actuaciones y agradeciendo la
información recibida.
VI.-
CREAR NUESTRA NARRATIVA PERSONAL
Todos, no solo los
líderes, en ocasiones tropezamos con las historias que nos contamos sobre
nuestras vidas. Las personas caemos en muchas trampas comunes en este sentido,
por lo que si somos conscientes de ellas estaremos mejor preparados para mentorizar
a los demás y para ser mejores líderes. Para ello debemos:
1.-
No dejar que el miedo al fracaso nos paralice
Con frecuencia nos
atascamos ante la necesidad de tomar una decisión complicada y, por ejemplo, nos mantenemos en un trabajo insatisfactorio porque nos asusta la posibilidad de
cambiar de trabajo o no buscamos una promoción o expresamos una opinión que
pueda resultar controvertida. En estas situaciones es importante que nos
preguntemos qué es lo peor que puede pasar. Para la mayor parte de las personas
la respuesta puede ser algo malo como ser despedido pero el miedo puede no
tener fundamento y aunque lo tenga puede ser que el resultado sea mejor, a largo
plazo, para nosotros.
2.-
Escoger las historias que nos contamos
Leila Janah, tras una
infancia llena de adversidades, decía que: “Nuestros antecedentes, nuestras malas
experiencias y las buenas van a ser lo que decidamos hacer de ellas cada día.” Esto
no implica que siempre debemos adoptar la visión del vaso medio lleno, sino ser
conscientes de lo que destacamos cuando vamos construyendo la narrativa sobre
nuestra vida.
3.- No ser víctimas
Otra trampa en la que
caemos las personas es la creencia de que no tenemos control sobre los hechos,
lo cual es peligroso porque nos puede llevar a sentir pena por nosotros mismos
y a cerrarnos.
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