miércoles, 26 de febrero de 2025

NO ARRUINAR NUESTRAS RELACIONES POR EL GHOSTING

 


Nadav Klein y Rachel Eva Lim en INSEADKnowledge del pasado 10 de febrero plantean que el “ghosting” o rechazo social sin ninguna explicación, que consiste, pues, en la práctica de romper una relación, con frecuencia utilizando la tecnología para interrumpir el contacto con una persona sin previo aviso.

Aunque no es un fenómeno nuevo el advenimiento de las interacciones online ha hecho que sea más visible, prevalente y sencillo, ya que basta un click de una tecla o de un botónpara finalizar una relación sin avisar.

En un artículo reciente publicado en Journal of Experimental Phychology Yejin Park y el autor, Nadav Klein, estudian si la decisión de hacer ghosting está movida por motivos egoístas o por alguna otra razón.

Los “ghosters” (los que hacen ghosting) con frecuencia son considerados negativamente porque sus acciones pueden causar realmente daño psicológico. Ser víctima de ghosting no es una experiencia placentera, por lo que los que lo sufren suelen pensar que los que lo hacen no se preocupan por ellos. Pero, los autores sugieren que puede que no estén motivados solo por razones egoístas, ya que en ocasiones hemos podido hacerlo sin ser conscientes por falta de tiempo o por olvido o hasta por pensar que el decir que estamos terminando una relación y explicar las razones puede ser más nocivo para la otra persona.

En su investigación primero realizaron una serie de estudios piloto para distinguir ghosting de otros comportamientos de rechazo como la exclusión o el ignorar a la otra persona. Posteriormente llevaron a cabo 8 experimentos para explorar las implicaciones relacionales y motivacionales del ghosting. Éstas incluyeron preguntar a los participantes que recordasen  situaciones en las que lo hicieron o fueron víctimas de este comportamiento.

Encontraron que los participantes que lo habían hecho no eran ajenos al dolor que el rechazo ocasionaba en los demás, sino que además de por razones algo egoístas como el deseo de evitar conversaciones complicadas o desagradables, estaban motivados por el deseo de no dañar los sentimientos de los demás´.

La investigación también sugiere que las víctimas subestimaban el nivel de preocupación que los ghosters sentían por ellos y que los ghosters no calculaban bien el efecto que sus acciones al cortar totalmente el contacto tenía sobre los afectados. Pero en realidad los afectados  prefieren, con frecuencia, el cierre que acompaña  a un rechazo bien explicado y conocido.

Acercar las percepciones entre los motivos de cada parte puede ayudar a disminuir los efectos negativos en el bienestar de los afectados, por lo que los autores recomiendan que la próxima vez que nos veamos afectados por esta conducta intentemos no llegar a conclusiones apresuradas sobre sus intenciones y aunque nos resulte difícil, tratar de hace runa inferencia positiva en lugar de pensar lo peor puede ser beneficioso. Si estamos en lo cierto podremos mantener la relación y si no lo estamos no perderemos mucho.

En el caso de los ghosters la recomendación es que en la siguiente ocasión en la que sientan la necesidad de hacer ghosting a alguien, aunque piensen que es para salvarles del daño de sentirse rechazados, recordar que no es lo mejor para su bienestar. Dedicar un tiempo a diseñar y enviar una respuesta puede eliminar la ambigüedad, mostrar a la otra parte que se preocupan por ella y permitir que sigan adelante con sus vidas.

Si nos encontramos, como líderes, que recurrimos al ghosting con frecuencia tendríamos que preguntarnos si estamos empleando bien nuestro tiempo y nuestras habilidades de delegación. Los buenos líderes son capaces de parcelar las tareas y responsabilidades entre su equipo eficazmente, lo que favorece el que no caigan en esta conducta al tener tiempo libre para responder de una forma que sea buena para la otra parte.

Los ghosters no son malas personas generalmente. La mayor parte de nosotros, si no todos  hemos cometido errores de juicio cuando pensamos en la forma en la que nuestras acciones pueden afectar a los demás. Con un poco más de empatía y comprensión  ambas partes pueden entender mejor las perspectivas y motivaciones de cada una , lo cual facilitará la preservación de las relaciones.

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