miércoles, 17 de octubre de 2012

OBAMA O ROMNEY ¿QUIÉN ES MEJOR LÍDER?





El boletín del Center for Creative Leadership del presente mes de octubre recoge un artículo publicado el 14 de agosto en Fortune, en el que John Ryan presidente del centro mencionado planteaba la siguiente pregunta:

¿ES OBAMA O ES ROMNEY EL MEJOR LÍDER? ¿CÓMO DECIDIR? 

A continuación hacía referencia a las 5 cualidades de liderazgo que considera son las más relevantes para ejercer como presidente de los Estados Unidos de América 

1.-  CONOCIMIENTO DE UNO MISMO.

El liderazgo eficiente comienza con el conocimiento real y la aceptación de las propias debilidades y fortalezas. Normalmente no somos buenos jueces en ambas áreas por lo que en el caso de los candidatos debemos fijarnos si se rodean de personas que les van a decir con sinceridad lo que tienen que saber sobre su desempeño o de aquellos que les van a decir lo que ellos quieren oír y si son capaces de introducir las modificaciones positivas necesarias en función de ese feedback.


John Ryan menciona el caso de George Washington que antes de ser presidente se caracterizaba por no controlar bien sus emociones y reacciones lo que le llevaba con frecuencia a hacer y decir cosas absurdas, pero supo rodearse de personas de confianza que le intentaban controlar y que le convencieron para que se esforzase en controlar y superar su problema. Al ser elegido como presidente lo había corregido casi en su totalidad.




2.- VISIÓN.

Una visión atractiva del futuro inspira, clarifica y centra el trabajo de los individuos, organizaciones y naciones. Hay que observar cuáles son las visiones de éxito de los candidatos, si tienen alguna o si sus metas son modestas y tácticas. Con el objetivo de ganar una elección los candidatos pueden pedir esfuerzos a las personas sin dar buenas razones que los justifiquen.

Franklin D. Roosevelt, es el ejemplo que pone el autor para ilustrar esta habilidad, ya que demostró que tenía una visión radical del camino por el que debía guiar a su país. En los oscuros tiempos de la Gran Depresión creyó que los Estados Unidos podían  marcar los pasos para conseguir décadas de prosperidad equilibrando los extremos entre el capitalismo industrial y el socialismo. Desarrolló el “New Deal” buscando un camino intermedio entre crecimiento y seguridad y con el objetivo de sostener a las capas más pobres de la población, reformar los mercados financieros y redinamizar una economía estadounidense herida desde el crack de 1929 por el desempleo y las quiebras en cadena. En la época previa a la segunda guerra mundial quiso que el país abandonase el aislamiento y pasase a un intervencionismo internacional, consiguiendo con su liderazgo a través de este conflicto redefinir el papel de su país en la esfera mundial.

3.- CONSTRUIR UN EQUIPO. 

Los líderes de primera categoría mundiales son conscientes de que no pueden ser excelentes en todo ni pueden conocer  todas las disciplinas en una época de evolución ininterrumpida de la información y del conocimiento. Por este motivo construyen equipos que compensen sus debilidades en los campos del conocimiento, perspectiva y experiencia. Es conveniente observar que clase de equipos han creado Obama y Romney. ¿Sus colaboradores más cercanos brindan nuevas ideas, provienen de diversos sectores y ofrecen perspectivas diversas y contradictorias al equipo?  o por el contrario ¿Piensan todos igual?

Como ejemplo el autor analiza la figura de Abraham Lincoln, que según recoge Doris Kearns en su libro “Team of Rivals” llegó a Washington en 1861sin tener muchos amigos influyentes ni mucho conocimiento sobre el funcionamiento de los círculos políticos de la capital. Decidió rodearse de un grupo de políticos de prestigio que incluían algunos de sus principales enemigos. Este equipo estaba siempre luchando por presentar un frente unido pero estaba compuesto por los políticos más experimentados y con mayor talento que existían en ese momento. Al invitar a expresar los desacuerdos libremente y así poder contemplar las situaciones desde varias perspectivas Lincoln consiguió aumentar su habilidad para tomar decisiones bien documentadas en la difícil época de la guerra civil.

4.- APRENDER DE LOS ERRORES.
 
Tomar decisiones es una de las tareas centrales del liderazgo y desarrollarla correctamente requiere que a veces se cometan equivocaciones. Todos los presidentes las han cometido en alguna ocasión. La pregunta es: ¿Obama y Romney saben aprender de los errores y con cuánta rapidez? Y todavía más importante: ¿Están dispuestos a admitir que los han cometido? 

El ejemplo que plantea para esta habilidad es el de George Washington que parece ser que no era un hombre que fuese brillante a la hora de tomar decisiones estratégicas o tácticas. Tenía tendencia  a la indecisión y cometió sorprendentes errores de juicio en los primeros años de la guerra de la independencia. Pero era muy persistente y tenía la habilidad de examinar rápidamente lo que había ido mal en el campo de batalla, aprendiendo de los errores y no repitiéndolos nunca más. Fue un hábito que siguió aplicando con grandes éxitos posteriormente en sus relaciones diplomáticas posteriores y con el Congreso estadounidense y que le hizo mejorar sus capacidades de liderazgo.  

5.- TRABAJAR CON TODOS LOS GRUPOS DE INTERÉS.
 
Los candidatos deben ser conscientes de que no sólo tienen que considerar a la población general para conseguir que las cosas se hagan. Existen otros grupos como los políticos, los medios de información, los grupos de interés y otras naciones entre otros.  En estos tiempos de incertidumbre ningún partido tiene todas las respuestas a los retos a los que se enfrenta el país, por lo que se impone la necesidad de escuchar a todas las partes y de alcanzar compromisos si fuesen necesarios y para conseguirlo los candidatos deben saber navegar por el sistema político. La pregunta que habría que hacer es: ¿Existe evidencia de que tanto Obama como Romney tienen esta capacidad?

John Ryan termina poniendo el ejemplo de Dwight Eisenhower, que de sus días desempeñando puestos claves en el ejército de los Estados Unidos que condujeron a la victoria de las fuerzas aliadas en la segunda guerra mundial obtuvo una gran experiencia para liderar grandes organizaciones. Utilizó estas habilidades en su ejercicio como presidente. Se rodeó de consejeros brillantes que ofrecían diversos puntos de vista y que los debatían mientras él escuchaba. Logró tener la reputación de que aceptaba y buscaba los puntos de vista de distintos grupos de interés, de que estaba cómodo con los desacuerdos y de que conseguía que grupos dispares de personas trabajasen juntos.

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