Rick Brinkman y Rick Kirschner continúan describiendo en su libro “Dealing with people you can´t stand” los siguientes patrones de conducta patológicos:
Este tipo de personas,
como ya hemos comentado, se suelen comprometer en exceso al tratar de vivir su
vida basándose en cumplir los deseos de los demás. En ocasiones no tienen una
idea clara de cómo hacer las cosas que han dicho que harían porque no
analizaron previamente la tarea antes de prestarse a hacerla. Con frecuencia no
son conscientes de las consecuencias negativas de decir una cosa y hacer otra.
Sólo piensan que una persona necesita algo y que no le pueden decir que no van
a ayudar. Movidos por sus deseos de encajar y llevarse bien con los demás se
suelen comprometer en exceso por sus ansias de agradar.
Al ser personas
agradables esperan que todo salga bien y cuando no lo hace se sienten mal, pero
no se sienten responsables del incumplimiento de sus promesas porque siempre ha
surgido una circunstancia que escapa a su control y que es la causante del
problema. Buscan excusas con la esperanza de que contrarresten su incapacidad
de mantener sus compromisos.
No quieren ofender a
nadie, ni siquiera a los que están enfadados con ellos y aunque puedan
disculparse y prometer actuar de forma distinta en ocasiones posteriores, no
existe ninguna garantía de que vayan a cumplir lo que han dicho.
Con frecuencia nos
pueden dejar con la sensación de haber sido saboteados y con deseos de
enfrentarnos a ellos, cuando vemos que nos han dejado en la estacada. Pero al
culparles y hacerles sentir se avergonzados lo que estamos consiguiendo es
perpetuar su comportamiento, puesto que se sentirán forzados a hacer nuevas
promesas, cada vez más irreales, para intentar aplacarnos. Si la confrontación
logra enfadarles no suelen expresar sus pensamientos defensivos en voz alta y
recurren a comportamientos pasivo – agresivos. Hay que mostrar paciencia en nuestra relación con ellos y ser
conscientes de que carecen de las habilidades para organizarse, no siendo
conscientes de ello, por lo que debemos ayudarles a desarrollar esta habilidad.
Nuestro objetivo al
tratar con ellos debe ser, pues, lograr compromisos razonables enseñándoles las
estrategias de gestión y organización de su tiempo y fortaleciendo la relación. EL PLAN DE ACCIÓN puede ser el
siguiente:
1.-
Crear un entorno en el que sea seguro ser honesto. La
comunicación con este tipo de personas tiene que ser sincera para que podamos
honestamente si las promesas que se hacen para el futuro se cumplirán. Crear un
ambiente agradable en el que cualquier sentimiento de miedo o rabia pueda
comentarse con calma y conocer sus verdaderos pensamientos y sentimientos. Si les tratamos como si fuesen compañeros de
equipo o amigos y hablando sobre el posible futuro de la relación vamos
incrementando el nivel de confort y suavemente podemos ir introduciendo el
pasado en la conversación.
2.-
Conversar abiertamente y honestamente. Dejar que expresen
libremente sus sentimientos o excusas, justificadas o no según nuestro punto de
vista. Escucharles sin contradecirles, juzgarles u ofendernos. Posteriormente,
repetir sus palabras y aclararlas. Asegurarnos de que les reconocemos su
honestidad y decirles lo mucho que apreciamos esta actitud.
3.-
Ayudar a que aprendan a planificar. Una vez que hemos
escuchado el punto de vista de este tipo de personas se ponen en evidencia las
razones por las que no podemos aceptar un "si" por respuesta. Es el
momento de crear una oportunidad de aprendizaje. Utilizando la experiencia
pasada podemos retroceder juntos y ver cómo la enfocaríamos en el futuro,
analizando qué factor motivador faltaba, lo que podríamos haber hecho de forma
diferente, cómo habríamos podido enfocar la situación desde otra perspectiva, etc.
de esta forma conseguimos que dediquen el tiempo necesario, para sin prisas,
definir las acciones y procesos
específicos que son necesarios para acometer correctamente una tarea.
No hay que olvidar
desmontar y neutralizar todas las excusas que han utilizado para justificar el
no haber cumplido sus promesas.
4.-
Asegurar su compromiso. Al finalizar la conversación
debemos agradecer a la persona
conflictiva el que haya hablado del problema con nosotros y aprovechar para
preguntarle: "¿Qué harás de forma diferente la próxima vez que me hagas
una promesa y sientas que no vas a poder cumplirla? Posteriormente tenemos que
intentar asegurarnos que se comprometen a intentar llevar a cabo lo aprendido. Con este
fin podemos utilizar una de estas estrategias.
a).- Solicitar que nos den su palabra de honor, con lo que se
genera un compromiso mayor.
b).- Pedir que resuman el compromiso. De esta
manera tienen que detallar todas las obligaciones que han adquirido y que
deberán cumplir y comprobaremos que las entienden y tienen claro qué tienen que
hacer y cuándo.
c).- Poner por escrito
sus compromisos, pidiéndoles que los redacten antes de finalizar la
conversación.
d).- Fijar plazos
sorprendentes para que no se olviden. Por ejemplo: “Quiero el informe en mi mesa
a las 19 horas y 13 minutos en punto”.
e).- Describir
concienzudamente las consecuencias negativas del incumplimiento del compromiso.
Esta descripción será más efectiva si la centramos en términos que tengan que
ver con las personas y las relaciones: “Imaginemos que el proyecto que has
acordado presentarme a las 19h 13 minutos no está finalizado a esa hora. ¿Cómo
se sentirán todos los que dependían de que lo estuviese?”.
5.-
Fortalecer el compromiso. Considerar toda interacción con
ellos como un medio para estrechar las relaciones, reconociendo las ocasiones
en las que han sido honestos con nosotros exponiendo sus dudas y
preocupaciones, destacando especialmente todos los compromisos cumplidos y
siendo cuidadosos en la forma en que abordamos las promesas rotas.
Corregir a los demás de
forma efectiva es una forma poderosa de reforzar las relaciones. Los autores
recomiendan:
a).- Exponer lo que hicieron, describiendo lo que ocurrió
de la forma más exhaustiva posible. No dar nuestra opinión, pero sí los hechos,
con sinceridad y cuidado.
b).- Señalar cómo se
han visto afectadas otras personas por los hechos.
c).- Describir cómo nos
hemos sentido: desilusionados, enfadados, frustrados,…No exagerar, pero ser
honesto.
d).- Buscar intenciones
positivas. Decirles, por ejemplo; “Tú no eres así”, aunque no sea totalmente
cierto el comentario las personas en lugar de negar proyecciones positivas van
a intentar cumplirlas.
e).- Preguntar qué es
lo que han aprendido de la experiencia o qué harían de forma diferente si tuviesen
la ocasión de repetirla. Es el llamado “momento del aprendizaje” y transforma memorias negativas en experiencias
útiles.
Esta misma estrategia
se puede emplear cuando las personas hacen las cosas bien, como medio de
reforzar estos comportamientos:
a).- Exponer lo que
hicieron bien, de la forma más específica posible. No dar nuestra opinión,
exclusivamente relatar los hechos.
b).- Destacar los
efectos beneficiosos para los demás.
c).- Describir cómo nos
hemos sentido: satisfechos, impresionados, agradecidos,…
d).- Señalar aspectos
positivos de la persona: “Esto es lo que realmente me gusta de ti, cuando haces
algo lo haces bien”, por ejemplo.
e).- Plantear que se
espera seguir teniendo estos resultados en el futuro: “Ha sido un placer
trabajar contigo en este proyecto, espero que podamos repetir la experiencia en
un futuro.
Las personas decididas
saben que toda decisión tiene una cara positiva y una negativa. Desarrollan el
hábito de tomar buenas decisiones
basándose en la información disponible y solucionando los resultados
negativos cuando aparecen. Cuando las personas se convierten en personas
“quizás” no pueden tomar una decisión
porque los aspectos negativos de cada opción les ciegan. Encuentran
numerosas razones para no buscar ayuda para tomar decisiones, desde el no
querer molestar a nadie hasta no querer ser la causa de que las cosas vayan
mal. De este modo procrastinan esperando que surja una mejor alternativa.
Desafortunadamente llega un momento en que ya es demasiado tarde para decidir y
tenemos una decisión que no controlamos.
Enfadarnos con este
tipo de personas es entendible pero completamente ineficaz. Si intentamos
forzarles a que tomen una decisión, lo único que conseguiremos será atascarles
aún más. Necesitamos paciencia, sensibilidad hacia sus sentimientos y deseo de
ayudar.
El verdadero problema
al que se enfrentan este tipo de personas es la ausencia de un método que les
ayude a elegir entre soluciones imperfectas. Nuestro objetivo al tratar con
ellas es el facilitarles una estrategia para la toma de decisiones y la
motivación para utilizarla.
El PLAN DE ACCIÓN puede ser:
1.-
Establecer y mantener una zona de confort.
Dedicar tiempo y consideración para lograr crear un
ambiente favorable a la comunicación abierta. Por ejemplo podemos decir: “Sé
que si nos has tomado aún una decisión será por una buena razón. Si estás
preocupado por mis sentimientos u opiniones, relájate, te aseguro que tu deseo
de ser honesto conmigo es lo más importante”.
2.-
Facilitar que afloren los conflictos
aclarar las opciones. Explorar, desde la
perspectiva de la persona “quizás” todas las opciones y los obstáculos que
interfieren en la toma de decisiones. Estar a alerta ante palabras que expresen
duda como “probablemente”, “eso creo” o “puede ser verdad” entre otras como
señales para profundizar más.
3.-
Utilizar una metodología para la toma de
decisiones. La mejor forma de tomar decisiones es
utilizando alguna de las técnicas existentes y enseñándosela a la persona
“quizás”. Una metodología útil es por ejemplo el método de Ben Franklin que
consiste en dividir una hoja en dos columnas y poner en una de ellas las
ventajas de la opción y en otra las desventajas e ir repitiendo el proceso para
cada opción. Una vez elaboradas las listas de las distintas posibilidades se
comparan y se puede elegir la que parezca más adecuada o la que tenga menos
efectos negativos.
4.-
Reforzar su decisión y asegurar un seguimiento. Una
vez que la decisión se ha tomado hay que apoyar a la persona “quizás” y hacerle
ver que no existen decisiones perfectas y que la que ha tomado es buena.
Debemos mantener el contacto hasta que la decisión se implemente, para
garantizar un seguimiento.
5.-
Fortalecer la relación. Los momentos de la verdad que
compartimos con este tipo de personas son una oportunidad para estrechar la
relación y favorecer que afloren los conflictos que puedan experimentar en el
futuro. Es beneficioso promover la idea
de un futuro mejor para ambas partes como resultado de su actitud honesta hacia
nosotros. Debemos estar dispuestos a dedicar un tiempo a escuchar sus
preocupaciones y dilemas y para ayudarles a aprender cómo tomar decisiones
siempre que surja la oportunidad. De esta forma intentarán no fallarnos y
llegarán a ser capaces de tomar decisiones eficaces.
Este tipo de personas
se caracterizan por no aportar nada y mirar a través de nosotros como si no
existiésemos. Si los miramos a través de la" lente del entendimiento", de la que hemos hablado en una entrada anterior, podemos empezar a comprender su comportamiento. Son personas pasivas,
pero pueden ser capaces de centrarse en la tarea o las personas, pero si su
intento de llevarse bien es amenazado o frustrado tienden a retraerse y a
volverse más pasivas y al ser personas que buscan la perfección, consideran que
nada está a la altura y que a los demás no les importar evitar los errores
tanto como a ellos y que nada de lo que digan en este sentido va a ser tenido
en cuenta por lo que se frustran y se callan, pensando: "Bien, hazlo como
quieras, pero no vengas llorando cuando fracases".
Aunque externamente
parece que evitan el conflicto, por dentro pueden estar engendrando un alto
grado de hostilidad que ocasionalmente puede surgir en forma de conductas
agresivas hacia las cosas que están a su alrededor: cerrar violentamente
cajones o puertas, arrojar o romper objetos,.. Si en ese momento les
preguntamos que les ocurren nos contestarán que nada, que todo va bien ya que aunque
estén furiosos con lo que está sucediendo son lo suficientemente considerados
como para intentar evitar que su hostilidad emocional dañe a alguien más y prefieren
descargarla en objetos inanimados.
La actitud a mantener
ante este tipo de personas cuando tenemos la urgencia de hacer algo y ellos quieren hacer las cosas con más
cautela y lentitud es intentar calmarnos e ir un poco más despacio, ya que la
impaciencia lo único que va a conseguir es que se retiren aún más a su mundo.
Tenemos que aparentar que tenemos todo el tiempo del mundo e intentar
relajarnos para intentar persuadirles para que hablen. El PLAN DE ACCIÓN que recomiendan los autores es el siguiente:
1.-
Reservar tiempo suficiente para hablar con ellos con
frecuencia.
2.-
Hacer preguntas abiertas. Hay que evitar las palabras que
pueden ser respondidas con un monosílabo. Se pueden utilizar preguntas que
comiencen con: qué, quién, dónde, cuándo y cómo porque tienden a abrir un
espacio para la discusión, con la petición de que nos faciliten información
específica sobre sus opiniones al respecto." ¿Qué es lo que piensas
sobre...?, ¿Cómo te gustaría proceder en relación con....?, ¿Qué podemos hacer
a partir de ahora?", son preguntas,
por ejemplo, que pueden tener más
éxito con este tipo de personas que si preguntamos: "Te gusta?, ¿Vamos a
tener tu información pronto? o ¿Me puedes decir?"
de todas formas lo que
es más importante es cómo lo decimos. Al hacer la pregunta debemos asegurarnos
que nuestra comunicación no verbal está también pidiendo una respuesta, para lo
que podemos poner una mirada expectante: alzar las cejas, abrir ligeramente la
boca, inclinar la cabeza a un lado y el cuerpo un poco hacia delante.
Si la persona
"nada" nos responde con "nada", podemos preguntarle:
"¿Y qué más?" o si nos contesta con "no lo sé" podemos
contraatacar con " ¡Inventa algo¡ o ¿Si lo supieses qué piensas que
sería?" acompañada de la mirada expectante.
3.-
Aligerar la situación. cuando nada funciona un poco de
humor bien utilizado puede ser útil. si planteamos causas absurdas, exageradas
o imposibles para explicar su silencio podemos conseguir que sonrían y cambiar
el clima de la reunión. Se tiene que emplear con cuidado para procurar que en
ningún momento se sienta que le estamos ridiculizando u ofendiendo.
4.-
Adivinar. Si sigue manteniendo el silencio debemos intentar
ponernos en su lugar y pensar en la secuencia de hechos tal como los
entendemos: ¿cuál era ésta y cómo la podemos interpretar para que tenga sentido
el silencio?. Cuando tengamos una idea se la podemos plantear a la persona
"nada" y ver cómo reacciona. Siempre debemos comenzar diciendo:
" No sé lo que estás sintiendo" o " Sólo estoy intentando
acertar en esto, pero,,,". Las
personas odian que se les diga que sabemos lo que están sintiendo pero les
gusta si lo acertamos correctamente. si averiguamos la razón de su silencio
podemos conseguir que cambien su actitud y comiencen a hablar.
5.-
Mostrar el futuro. De esta forma conseguimos que sean
conscientes de las posibles consecuencias de su silencio y a lo mejor cambian
de actitud y encuentran la perspectiva adecuada para abrirse. Podemos utilizar
las siguientes palabras dependiendo del tipo de persona:
a).- Para las que
quieren hacerlo bien podemos decir: "Bien, no hables. Sólo quiero que imagines
todas las cosas que pueden ir mal y cuánto tiempo vamos a perder en este
proyecto por no tener tus ideas".
b).- Para las que
quieren llevarse bien la estrategia puede ser: "De acuerdo, no tienes por
qué hablar, pero a largo plazo no veo cómo vamos a poder mantener la relación
si no empezamos a comunicarnos", o si es en el trabajo : " De acuerdo
no tenemos que hablar pero seguro que no va a ser nada divertido trabajar aquí
si cada uno de nosotros nos mantenemos en nuestros mundos privados. Esta actitud
sólo va a eliminar cualquier espíritu de equipo y conducir a malos sentimientos
y malentendidos.
Muy interesante. Muchas gracias. Un cordial saludo.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho este articulo, muy buen resumen!.
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