Rich Karlgaard y
Michael S. Malone en “Team genius. The new science of high-performing organizations”, que estamos comentando, analizan el papel que juega la
diversidad para conseguir equipos de alto rendimiento.
Las investigaciones más
recientes de los científicos sociales, sobre este tema, se están centrando en
analizar cómo las habilidades de cada miembro deben complementarse para lograr
realizar adecuadamente un grupo particular de tareas. Lo que va a venir a demostrar
algo que ya sabemos de la vida cotidiana: Los equipos de estrellas o soñados no siempre obtienen mejores
resultados que aquellos equipos formados por miembros menos “brillantes” pero
que muestran gran química en su interrelación.
Anita Woolley y sus
colaboradores de la Universidad Carnegie Mellon en sus estudios, centrados en
este enfoque, han encontrado que independientemente del número de miembros que
se vayan añadiendo a los equipos los resultados no mejorarán si las personas
incorporadas son inadecuadas para las tareas a realizar.
Un concepto que es
interesante abordar en relación con el funcionamiento de los equipos es el de
la “memoria transactiva”. Este concepto fue desarrollado, en 1985, por
el psicólogo Daniel Wegner, de la Universidad de Harvard, planteando que no
solo almacenamos datos en nuestro propio cerebro, sino que también lo hacemos
dentro de la cabeza de otras personas, especialmente si estas pertenecen a
nuestro entorno cercano. Esta memoria es utilizada por los equipos para ser
conscientes de forma colectiva de quién sabe qué dentro de los mismos y asignar
las tareas y dirigir las informaciones específicas a las personas más
indicadas. También les sirve para detectar qué conocimientos no posee el equipo. Este proceso comienza con
reuniones estratégicas colaborativas y facilitará que el equipo tenga una gran
capacidad de maniobra y no pierda el tiempo con preguntas inútiles o
determinando la persona adecuada para una tarea específica. Las investigaciones
confirman que los equipos que cuentan con una memoria transactiva obtienen un
mejor desempeño que el resto porque sus miembros son capaces de identificar de forma eficiente y de utilizar
la información relevante y alcanzar soluciones de una mejor calidad.
Un aspecto a tener en cuenta al analizar la diversidad de los equipos es
la forma en qué piensan las personas: la diversidad cognitiva. La cultura juega
un papel importante en la misma. Por ejemplo en determinadas culturas los
individuos tienden a ser ·pensadores
holísticos y en otras las personas tiende a ser más analíticas, lo cual es
importante a la hora de asignar tareas. Si se aprovecha adecuadamente esta
diversidad el equipo se fortalecerá ya que unos miembros se centrarán en los
detalles mientras otros lo harán en la visión global.
Otra forma de diversidad cognitiva es la que diferencia a las personas
cuyo pensamiento es más dependiente del contexto social y a las más independientes. Un equipo necesita ambos
tipos de personalidades pero el líder tiene que conocer la distribución de cada
tipo de pensadores en su equipo para poder gestionarlos eficazmente. Por
ejemplo, diversos estudios han mostrado que el balance óptimo de personas en
equipos radicalmente innovadores requiere que el 50% de sus miembros tengan la
siguiente distribución de tipos de personalidad:
a).- Creativos: 20-30%. Los equipos con demasiados creativos tienen
problemas con la ejecución, ya que éstos no son siempre prácticos, no se
preocupan por las normas y pueden ser fuente de conflictos.
b).- Conformistas: 10-20%. Su papel central consiste en dar apoyo a los
creativos, fomentando la colaboración y generando confianza dentro del equipo.
c).- Orientados al detalle: 10%. Pueden tender, con frecuencia, a evitar los riesgos, pero ayudan a fortalecer funciones importantes
como la del control presupuestario. Garantizan la continuidad del equipo.
Al constituir equipos es importante tener en cuenta contar un equilibrio
entre miembros en los que su hemisferio
cerebral predominante sea el izquierdo (lógicos y analíticos) o el derecho
(intuitivos y creativos). Pero los líderes tienen que hacer algo más aparte de
formar equipos con ambos tipos de dominancia cerebral, deben saber cómo manejar
adecuadamente la diversidad que encuentran en ellos. El proceso para hacerlo
con eficacia se llama de “abrasión creativa” e implica el lograr el compromiso
de todos los miembros del equipo al
procurar que los distintos enfoques de cada uno de ellos se
entremezclen unos con otros de forma
productiva. Para ello los líderes deben:
1.- Ser conscientes de sus propias preferencias, debilidades y
fortalezas y entender cómo su estilo personal puede limitar la creatividad.
2.- Ayudar a que los miembros del equipo aprendan y reconozcan cuáles
son sus preferencias y diferencias intelectuales.
3.- Mantener los proyectos centrados y reservar tiempo para el
pensamiento divergente (generar múltiples opciones) y el convergente (enfocarse
en una única opción y en su implementación).
4.- Definir directrices sobre cómo trabajar juntos antes de comenzar a
hacerlo. Por ejemplo establecer una norma
para evitar que los conflictos lleguen a hacerse personales.
La mayoría de las investigaciones sobre el funcionamiento de los equipos
avalan el hecho de que la diversidad es una clave principal del éxito de los
equipos, pero no se ponen de acuerdo en lo que constituye precisamente esa
diversidad. En dos estudios realizados en 2010 en los que se tomaron parte
cerca de 700 personas Anita Woolley y sus colaboradores examinaron a equipos
compuestos por dos a cinco miembros trabajando en diversas tareas. Identificaron un factor general relacionado
con la inteligencia en los grupos que explica su desempeño. Éste estaría
vinculado con:
a).- El equilibrio en la participación en las conversaciones.
b).- El grado de sensibilidad social que presentan sus miembros.
c).- La proporción de mujeres en los equipos.
Scott Page, profesor de sistemas complejos, ciencias políticas y
economía en la Universidad de Michigan y autor de “The difference: How thepower of diversity creates better groups, firms, schools and societies”, no está de acuerdo con estos hallazgos y
plantea que existen tres causas de diversidad creativa:
1.- La formación.
2.- La experiencia.
Defiende que la formación y la experiencia son las causas fundamentales
de la diversidad cognitiva, mientras que el factor genético tiene menos
importancia. Para Page no es la diversidad aparente (tal como la diferencia en
género, edad y raza) la que promueve un mejor desempeño en los equipos sino la
diferencia en la heurística, perspectivas, modelos predictivos e interpretaciones de sus integrantes, todas
las cuales se derivan de los antecedentes culturales, de la formación y
experiencia de los mismos, teniendo en cuenta que entendemos como:
a).- Heurísticas: las técnicas rápidas y sencillas que utilizamos para
encontrar soluciones.
b).- Perspectivas: las representaciones de una serie de posibles
soluciones que pueden simplificar los problemas.
c).- Interpretaciones: las ideas extraídas de nuestras observaciones de
los hechos y las personas.
d).- Modelos predictivos: son modelos creados a partir de una
combinación de interpretación y predicción para cada categoría fruto de una
interpretación.
Estos factores internos son distintos de lo que consideramos
tradicionalmente como diversidad. Si esta teoría fuese correcta la práctica de
contratar, por ejemplo, a graduados del
mismo conjunto de universidades en función de raza o género puede ser un
esfuerzo mal dirigido. Aunque externamente estos nuevos contratados puedan
parecer diversos su socialización, formación y educación puede hacer que sean
muy similares entre sí en términos de la
heurística, perspectiva, interpretación o modelos predictivos que van a
utilizar para resolver problemas. Por lo tanto el equipo no va a ser diverso y
los resultados del equipo van a ser subóptimos.
Las investigaciones sugieren que no tiene sentido añadir nuevos miembros
a un equipo para cumplir unas cuotas de diversidad si estos no van a mejorar la
toma de decisiones colectiva. Katherine Y. Williams y Charles A. O´Reilley de
la Escuela de Negocios de Stanford, han revisado más de 40 años de estudios
sobre diversidad realizados por psicólogos, sociólogos, economistas y analistas
del comportamiento organizacional y han encontrado que la diversidad es un arma de dos filos.
La buena noticia es que la diversidad de los integrantes de un equipo
puede mejorar sus resultados porque éstos traen consigo ideas, conocimientos y
habilidades variadas para acometer las tareas. El problema surge cuando en un
grupo diverso sus miembros pueden verse unos a otros a través de una serie de
estereotipos basados en las categorías sociales
las mismas diferencias en raza, género,…parece ser que intervienen).
Estos prejuicios invariablemente reducen las interacciones entre sus
integrantes al no sentirse estos identificados con el equipo.
Williams y O´Reilly destacan que
los miembros de los equipos mantienen su autoestima estableciendo comparaciones
entre ellos y posteriormente clasificándose utilizando esas características que
pueden ser de raza, género,… Cuando una de esas características les permite
asumir una identidad positiva consideran a aquellos que no la poseen como
personas de poca confianza y que no deberían pertenecer al equipo. El reto que
tienen los buenos líderes es conseguir juntar y mantener unidos los equipos más
diversos y heterogéneos.
Ambos investigadores sintetizan los distintos tipos de diversidad y los
retos que conllevan de la siguiente manera:
a).- Diversidad en la antigüedad.
Se asocia a baja integración social, baja comunicación y gran rotación,
procesos que pueden menoscabar el desempeño de los equipos.
b).- Diversidad funcional. Incrementa la generación de ideas creativas,
pero no necesariamente la implementación de las mismas.
c).- Diversidad de edades. Puede aumentar la rotación y la no
participación, especialmente de aquellos individuos que más diferencias
presentan con el resto del equipo.
d).- Diversidad en el género. Tiene efectos más negativos en los
hombres. Éstos se sienten menos satisfechos y comprometidos cuando se
encuentran en minoría.
e).- Diversidad étnica. Se han analizado casi exclusivamente las
dinámicas blancos-negros y los resultados no son concluyentes.
Estos datos ponen de manifiesto la necesidad de contar con una
estrategia para mitigar los costes de un incremento en la diversidad. La
evidencia científica sugiere que ésta debe seguir estos dos caminos:
1.- Una dirección efectiva. Hay que abandonar la idea de que se puede
construir el equipo más poderoso y dejarle que se dirija él mismo. Cuanto más diverso
sea el equipo más dirección y liderazgo necesita. Esto significa que se tiene
que seleccionar con cuidado al líder, que debe ser un profesional, no sólo
alguien seleccionado entre los integrantes del equipo.
2.- Mantener una actitud vigilante ante la aparición de numerosas
amenazas.
Hola a tod@s.
ResponderEliminarMe gusto el articulo y comparto que acuerdo a lo descrito la diversidad de los equipos es la forma en qué piensan las personas y esa diversidad cognitiva juega un papel importante en la misma, si se aprovecha adecuadamente esta diversidad el equipo se fortalecerá ya que unos miembros se centrarán en los detalles mientras otros lo harán en la visión global, como se menciona un equipo necesita ambos tipos de personalidades pero el líder tiene que conocer la distribución de cada tipo de pensadores en su equipo para poder gestionarlos eficazmente, el balance óptimo de personas en equipos y las personas de igual manera tienen expectativas del desempeño de su líder para seguirlo y sentir la motivación intrínseca y del líder para moverse, entre las expectativas de acuerdo a mi experiencia son: que el líder tenga la capacidad de comunicarse con su personal (expresarse claramente las ideas para que su gente escuche y entienda),Inteligencia emocional, tenga la habilidad para manejar los sentimientos y emociones propios, además de tener la capacidad de establecer metas y objetivos es decir saber a dónde llevar al grupo, ser responsable, honesto y está informado.
Por tanto la diversidad nos enriquece y el líder del equipo juego un papel muy importante pues ayuda a que se potencialicen las cualidades y características que hacen a ese equipo lograr sus objetivos y cubrir las expectativas de su gente como líder.
Saludos.
Claudia del Carmen García Ramírez