El equipo redactor de hbr.org ha seleccionado como mejores recomendaciones del año 2019 entre otras las siguientes, con el fin de:
I.- MEJORAR LAS CAPACIDADES PARA EL PENSAMIENTO
CRÍTICO
Para tomar buenas decisiones
es importante pensar de forma crítica, pero a pesar de eso muchos líderes
aceptan las primeras soluciones que se les propone y no dedican tiempo a
evaluar todas las posibilidades. Para protegernos de estos errores se pueden tomar
muchas medidas para mejorar nuestras habilidades para promover nuestro
pensamiento crítico. Entre ellas Helen Lee Bouygues sugiere primero que nos
cuestionemos nuestras creencias, segundo al evaluar los distintos argumentos
considerar si la evidencia que los apoya conduce a una conclusión clara y
sólida y tercero buscar perspectivas nuevas, saliendo de nuestra zona de
confort para pedir a personas distintas que cuestionen y desafíen nuestra
lógica.
II.- REALIZAR PRESENTACIONES PERSUASIVAS
Cuando necesitamos vender
una idea en el trabajo o a través de una presentación existen, según Carmine Gallo, cinco estratégicas retóricas que
pueden ayudar y que ya fueron identificadas por Aristóteles y siguen siendo
utilizadas por los maestros en el arte de la persuasión. Éstas son:
1. Ethos: Comenzar nuestra charla estableciendo nuestra
credibilidad y carácter. Mostrando a los demás que estamos comprometidos con el
bienestar de las personas y de esta forma ganaremos su confianza.
2. Logos: Utilizar datos, evidencias y hechos para apoyar
nuestra propuesta.
3. Pathos: Las personas se sienten movilizadas hacia la
acción dependiendo de la forma en que el orador les haga sentir, por lo que
debemos envolver nuestra gran idea en una historia que despierte una reacción
emocional.
4. Metáforas: Comparar nuestra idea con algo que sea familiar
para nuestra audiencia. Ayudará a aclarar nuestros argumentos al convertir lo
abstracto en concreto.
5. Brevedad: Explicar nuestra idea de la forma más breve
posible. Las personas tenemos un ámbito de atención muy limitado por lo que
debemos presentar nuestros puntos más fuertes primero.
III.- EVITAR OBSESIONARNOS CON LOS ERRORES COMETIDOS
Cuando cometemos un error en
el trabajo con frecuencia tendemos a recordarlo y reproducirlo en nuestras
mentes durante días o meses. Este exceso de reflexión se conoce como de rumiación y puede producir
estados de ansiedad severa. Para
evitarlo Alice Boyes propone que identifiquemos primero cuáles son las causas
que suelen desencadenarlo, como tipo de personas, proyectos o decisiones, por
ejemplo. También debemos ser capaces de detectar cuándo y por qué una situación
hace que empecemos a darle vueltas y a rememorar sin fin. Puede ser útil el que
nos distanciemos de los sentimientos negativos etiquetándolos como pensamientos
o sentimientos. Por ejemplo en lugar de decir “Soy inadecuado” decir” me siento
inadecuado”. De esta forma podemos distinguir lo que estamos experimentando en
determinado momento de lo que realmente somos como personas o profesionales.
Otra forma de interrumpir la rumiación es distraernos realizando cualquier
actividad que nos obligue a centrarnos en otra cosa durante un tiempo, interrumpiendo
el círculo vicioso de pensamientos negativos.
IV.- DEJAR DE HABLAR Y EMPEZAR A ESCUCHAR
Los directivos tienen
normalmente que hablar mucho para marcar la dirección que tienen que seguir sus
equipos, por ejemplo. Pero deben saber cuándo tienen que dejar de hablar y
evitar dominar las conversaciones para que sus profesionales puedan expresar
sus opiniones. Hjalmar Gislason sugiere que para asegurarnos de que no hablamos
demasiado:
1.- Pidamos la opinión de
los demás cuando alguien plantea una pregunta en una reunión, antes de
facilitar la nuestra.
2.- Fomentemos las reuniones individualizadas
con cada miembro del equipo para favorecer una comunicación abierta.
V.- PREPARAR ADECUADAMENTE LAS CONVERSACIONES
COMPLICADAS
Las conversaciones difíciles
nunca son apetecibles pero si nos preparamos podremos asegurarnos de que son
productivas, según Joseph Grenny, y para ello podemos comenzar por
cuestionarnos nuestros motivos, las razones por las que queremos mantener el
encuentro y lo que queremos obtener de él. Conocer nuestro objetivo nos va a
permitir mantener la conversación centrada cuando las emociones se despierten.
Luego debemos recopilar hechos y datos que avalen nuestra postura o si queremos
ofrecer un feedback duro buscar ejemplos que avalen el comportamiento y trabajo del profesional,
estando dispuestos a defender nuestro punto de vista y a explicar cómo hemos
llegado a él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario