Liz Wiseman en strategy+business del
pasado 26 de octubre plantea que para crear un equipo de alto rendimiento hay
que construir el entorno adecuado y seguir unas recomendaciones para
desarrollar a sus miembros como individuos y como equipo:
Generar un entorno de seguridad que permita
crecer. Los mejores líderes cultivan un clima que es a la vez cómodo e intenso.
Eliminan el miedo y facilitan la seguridad que permite que las personas piensen
y al tiempo establecen un entorno lleno de energía que demanda los mejores
esfuerzos de las personas. Los profesionales tienen un mejor desempeño y crecen
más cuando existe un equilibrio entre la seguridad y el reto.
Para conseguirlo la autora propone
las siguientes acciones:
1.- Definir lo que es importante
ahora (W.I.N.). Si queremos que las personas de nuestro equipo se aventuren más
allá de los límites artificiales de su trabajo y que hagan lo que es necesario
en cada momento tenemos que hacerles ver lo que es importante en cada momento.
Compartir estrategias u objetivos anuales es un buen comienzo pero estas metas
suelen variar al cambiar el entorno. Para ayudar al equipo a saber dónde
centrarse es útil definir lo que es importante en ese momento.
2.- Redefinir el liderazgo. La
innovación se está convirtiendo en un juego de equipo requiriendo diversas
perspectivas e inteligencia colectiva. Estos equipos centrados en la innovación
tienden a ser efímeros, formándose, colaborando y deshaciéndose con rapidez.
Los miembros del equipo tienen que ser capaces de incorporarse y marcharse con comodidad.
Para participar en este modelo rápido y fluido los profesionales menos asertivos
necesitarán ayuda para aceptar roles de
liderazgo que se asignarán temporalmente
mientras exista el proyecto. Para facilitar ese liderazgo fluido los directivos
deben modelar prácticas sanas como por ejemplo colaborar con otras
organizaciones o contribuir a un proyecto liderado por alguien con un puesto
inferior en la jerarquía. Deben mostrar al equipo que pueden trabajar con tanta
pasión como seguidores o como líderes y que obtener resultados excelentes como
seguidor es parte del proceso de crecimiento como líderes.
3.- Pedir a los profesionales que
terminen un trabajo antes de comenzar otro. Cuando hacemos a las personas
responsables de que finalicen su trabajo, estamos mandando el mensaje poderoso
de que su trabajo importa y de que creemos que son lo suficientemente fuertes
para abordarlo aunque las cosas se pongan difíciles.
4.- Facilitar información sobre el
desempeño a los profesionales. Las personas generalmente necesitan dos tipos de
información para lograr un alto desempeño. Primero una dirección clara: ¿Cuál
es el objetivo y por qué es importante?,
en otras palabras el W.I.N. Posteriormente deben recibir feedback sobre su
desempeño: ¿Lo estoy haciendo bien? ¿Estoy alcanzando los objetivos?. Feedback como
información crítica: datos que las personas necesitan para poder calibrar y
ajustar su enfoque, en lugar de una crítica. Cuando el feedback es solamente
sobre información muy necesaria y no
sobre juicios personales es más fácil de compartir y recibir.
5.- Reconocer lo que apreciamos. Con
frecuencia los directivos no comunican a sus profesionales qué es lo que más y
lo que menos aprecian de lo que hacen, pero si quieren que el trabajo sea más
fácil para todos deben decirlo.
Siguiendo estas recomendaciones iremos
creando una cultura que persistirá mucho
después de que los equipos se dispersen. Una cultura llena del sentido de
aventura y de una combinación productiva de iniciativa y responsabilidad. Las personas
tendrán la confianza necesaria para aprender e innovar y la agilidad para
adaptarse a objetivos cambiantes. La organización tendrá la fuerza colectiva
para abordar problemas complicados, navegar a través de situaciones ambiguas y
perseguir oportunidades.
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