Rachael Grail en
SmartBrief on Leadership del pasado 1 de junio plantea que mientras los líderes
enfatizan la importancia de una comunicación efectiva con frecuencia olvidan
que la escucha es una importante en esa ecuación, ya que ayuda a las personas a
prosperar en medio de los rápidos cambios del mundo actual. Utilizar la escucha
como aliado es una práctica de comunicación bien establecida, y puede ayudar a
los líderes a navegar a través de situaciones complicadas, a encontrar un terreno
común con los demás y a restaurar relaciones de trabajo positivas.
Este enfoque implica adoptar
la elección consciente de priorizar el entender a la otra persona, apartando
los juicios, la necesidad de tener razón y el deseo de mostrarnos escépticos,
para integrarnos en el mismo equipo que
la persona a la que estamos escuchando. Como líder esto significa estar
dispuesto a dejar a un lado conclusiones predeterminadas y tratar de descubrir
los beneficios de los pensamientos, valores, ideas y perspectivas de las
distintas personas que componen nuestro equipo.
La autora recomienda
para convertirnos en mejores oyentes:
1.-
Entender que la escucha como un aliado es una competencia a desarrollar,
ya que no es algo que surge de manera intuitiva, por lo que se necesita
practicar para adquirirla y mejorarla.
Un patrón mental de
crecimiento es indispensable. Esto puede ser especialmente complicado para los
líderes que sienten que tienen que saber todo y ser todo para los miembros de
su equipo.
Al principio puede
resultar difícil pero con cada interacción tendremos la oportunidad de mejorar.
Cuando aprendemos algo nuevo tenemos que ser muy conscientes de lo que estamos
haciendo antes de ser muy competentes. Al ir practicando cada vez es más fácil,
por lo que debemos concedernos espacio para practicar y cometer errores.
Debemos comprometernos
a escuchar mejor y llegar a un acuerdo con nuestro equipo para que la escucha
como aliada sea una expectativa y esfuerzo conjunto. Las personas
inevitablemente lo harán imperfectamente, pero el compromiso colectivo puede
producir resultados significativos y, además, al ser una actividad que
demuestre vulnerabilidades, resulta mejor cuando todos se mueven juntos.
2.-
Enseñar al equipo las habilidades prácticas para que la escucha sea una aliada.
Las técnicas empleadas para ello pueden incluir:
a).- Centrarse en la
escucha y tomar la decisión de que escuchar a los demás es nuestra tarea más
importante.
b).- Mostrar curiosidad
por lo que los demás están diciendo.
c).- Expresar interés y
preocupación por sus pensamientos y sentimientos para mostrar empatía.
d).- Repetir sus
palabras para demostrar que las hemos escuchado.
e).- Parafrasear para
mostrar que las hemos entendido.
Podemos comenzar
definiendo que la escucha es un aliado y mostrando a nuestro equipo algunas de
las habilidades involucradas, incluyendo la curiosidad, la imitación, el
parafraseas y el comprobar que se ha entendido lo que queremos decir. Luego
practicar estas habilidades en situaciones poco complicadas y ejercer de modelo
frecuentemente. Con el tiempo se habrá creado la confianza y fluidez necesarias
y se podrá utilizar la escucha como aliada en conversaciones más complicadas.
3.-
Cosechar las recompensas mientras continuamos mejorando.
Si el equipo práctica las técnicas de escucha se crea una cultura de confianza
y seguridad. Esto implica que las personas estarán más dispuestas a expresar
sus preocupaciones, compartir sus ideas y conectar con sus equipos. Con este
nivel de apertura se obtendrán mejores soluciones y mayor productividad. También
que el equipo es más resiliente por lo que cuando surjan conflictos y desafíos
se podrán superar con mayor facilidad y seguir delante de una manera más
duradera.
La escucha es una
competencia que deben dominar los líderes y deben practicarla, asumirla y ser
modelo de ella si queremos que los equipos se abran y sus miembros se escuchen
unos a otros.
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