Tony Case en worklife.news
del pasado 30 de octubre plantea que con
el desarrollo de la Inteligencia Artificial la tecnología cada vez está
pensando más, mientras la nueva generación de trabajadores lo está haciendo
menos.
Esta es la conclusión
de un estudio en el que han participado casi 400.000 profesionales de 160
países, que revela que los profesionales de la generación Z confían en sus instintos
mucho menos que cualquier generación previa. La investigación, realizada por la
empresa Marlee, muestra el declinar masivo en las generaciones de trabajadores
de su deseo de validar y defender sus propios puntos de vista. En lugar de
confiar en su instinto los trabajadores más jóvenes tienden a buscar validación
externa y puntos de referencia antes de tomar decisiones.
Por tanto, no van a
destacar naturalmente sus ideas si no tienen datos que apoyen sus opiniones. La
intuición ha descendido en un 60% en relación con generaciones anteriores.
Estos hallazgos están
firmemente enraizados en la forma en la que los nativos digitales parece que procesan
la información. Desde pequeños están acostumbrados a buscar en Google o en YouTube
cómo hacer algo.
Jaycee Schwarz opina
que no se trata de que les falte instinto, sino que valoran el alineamiento y
el enfocar las decisiones de una forma reflexiva, ya que han crecido en una
época que enfatiza la transparencia y colaboración, por lo que es natral que
busquen inputs, especialmente en complejos entornos profesionales.
Este enfoque puede, en
ocasiones, ampliar el tiempo para tomar decisiones o producir una mayor demanda
sobre los líderes para que den directrices, admite Schwarz, pero también
promueve una cultura de trabajo de esmero y colaboración, donde las personas
están dispuestas y deseosas de hacer preguntas, lo que puede conducir a una
dinámica en los equipos más comunicativa e inclusiva.
Esta propensión de la
generación Z a deliberar puede tener implicaciones en el mundo del liderazgo y
de las organizaciones. Por ejemplo, Michelle Duval , CEO de Marlee, predice que
saldrán menos emprendedores de esta generación
Para cambiar esta
dinámica Duval defiende seguir un enfoque basado en terapia de exposición en su
integración en los entornos laborales, para lo cual recomienda ofrecer a la
generación Z procedimientos muy precisos para hacer su trabajo, consecuencias
claras en lugar de metas abstractas, lenguaje concreto y directo en lugar de
ambiguo, sistemas de ayuda mutua para la validación de ideas y exposición gradual
a la toma de decisiones independiente. Destaca, también, la importancia de la
utilización de líderes millennial como puente para facilitar la integración de
los profesionales de la generación Z como miembros de los equipos, ya que si no
les ayudamos a confiar en sí mismos y a pensar por sí mismos, a aprender a
pensar de forma crítica y a tener su propio punto de vista y si no estamos
detrás de ellos y mantenemos valores
clave que consideran esenciales, podemos terminar todos enfrentándonos a una
situación muy complicada.
Schwarz mantiene que
para apoyar a los trabajadores más jóvenes los directivos deben considerar
establecer estructuras que permitan un feedback claro y ofrezcan oportunidades
de mentoría, ya que si sienten que se les apoya, es más fácil que confíen en
sus instintos y tomen decisiones con seguridad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario