Johann Hari en “Stolen focus. Why can´t you pay
attention”, plantea que existen una serie de factores científicamente probados
que reducen la habilidad de las personas para prestar atención. Existe una
fuerte evidencia de que muchos de estos factores han ido incrementándose en las
últimas décadas, en ocasiones de forma dramática.
Por ejemplo un estudio
demostró que un estudiante universitario norteamericano de media cambia de
tarea cada 65 segundos y el tiempo medio en que se centraban en un asunto era
de 19 segundos. Otro estudio realizado por Gloria Mark, de la Universidad de California,
encontró que el tiempo medio en el que un adulto , trabajando en una oficina,
se mantenía en una tarea era de 3 minutos.
Joel Nigg, uno de los
principales expertos mundiales en el campo de problemas de atención en la
infancia cree que debemos preguntarnos si no estamos desarrollando una cultura
patológica de la atención, un entorno en el que mantenernos centrados en algo
de manera profunda es muy complicado y que supone el ir contracorriente para
lograrlo.
Hari, piensa , fruto de
sus estudios, que existen 12 fuerzas profundas en el entorno laboral que están dañando nuestra capacidad de
atención y que solo podremos solucionar este problema a largo plazo si las
comprendemos y procuramos evitar que sigan teniendo efecto sobre nosotros. Éstas
son.
I.- El incremento de la
velocidad en cambiar de tema y de
filtrar información
II.- El empobrecimiento
de nuestros estados de flujo
III.- El ascenso del
agotamiento físico y mental
IV.- El colapso de la
lectura mantenida
V.- La disrupción de la
mente dispersa
VI.- El incremento de
la tecnología que puede seguirnos y
manipularnos
VII.- El ascenso del
optimismo cruel
VIII.- El incremento
del estrés
IX. y X.- El deterioro
de nuestras dietas y el aumento de la polución
XI:- El ascenso del
trastorno de atención y de hiperactividad
XII.- El confinamiento
de la infancia, tanto física como psicológicamente
I.-
EL INCREMENTO DE LA VELOCIDAD DE CAMBIAR DE TEMA Y DE FILTRAR INFORMACIÓN
Sune Lehman, profesor
del Departamento de Matemáticas Aplicadas y de Informática en la Universidad
Técnica de Dinamarca, con la colaboración de científicos de toda Europa, ha
realizado ( comenzando en 2014) uno de los mayores estudios para encontrar la
respuesta a la pregunta de si nuestro ámbito de atención colectivo se está
hundiendo o en la actualidad. Como primer paso buscaron una lista de fuentes de
información que podían analizar. La primera fue Twitter , ya que es una forma
de seguir los temas sobre los que las personas están hablando y conocer el tiempo
durante el que los discuten, para comprobar si éste había disminuido. Encontraron,
por ejemplo, que en 2013 un tema se mantenía como uno de los 50 más discutidos
durante 17,5 horas y en 2016 había descendido a 11, 9 horas. Posteriormente empezaron
a analizar otros datos como lo que las personas buscamos en Google y el tiempo
que los temas se mantenían en Reddit, entre otros. Todos los hallazgos sugerían
que cada vez nos centramos menos en cada tema individual. La única excepción
era Wikipedia donde se mantenían los niveles de atención.
Sune y sus colegas se
plantearon entender cuál era la causa que facilitaba estos cambios, por lo que
construyeron un complejo modelo matemático para intentar averiguarla. Lo que
descubrieron es que existe un mecanismo que hace que se produzca: inundar el
sistema con información. Cuanta más información introduzcamos, menos tiempo
tienen las personas para centrarse en algún punto individual. En la actualidad
estamos empapados de información como muestran los análisis realizados por
Martin Hilbert de la Universidad del Sur de California y por Priscila López de
la Universidad Oberta de Cataluña: en 1986 si recopilábamos toda la información
accesible para un ser humano diariamente ( tv, radio, prensa escrita) equivalía
a la recogida por 40 periódicos de media y en 2007 ascendía a 174 periódicos por día. El incremento en el volumen de información es
lo que nos produce la sensación de que el mundo se está acelerando.
Sune mantiene que lo
que estamos sacrificando es la profundidad en todo tipo de dimensiones.
Profundizar lleva tiempo y necesita reflexión y si tenemos que mantenernos al
día con todo y mandar emails continuamente no hay tiempo para alcanzar dicha profundidad.
La profundidad conectada con nuestras relaciones en el trabajo necesita tiempo
y consume energía, así como compromiso y atención., todas las cosas que
requieren profundidad se están viendo afectadas y están sufriendo.
El estudio de Sune es
pionero por lo que solo nos ofrece una pequeña base de evidencia, por lo que
al profundizar en el tema Hari ha encontrado dos áreas relacionadas de
investigaciones que le han ayudado a comprender mejor la situación. La primera
procede de investigaciones sobre si podemos aprender a leer con mucha
velocidad. Muchos equipos de científicos han dedicado años a averiguar si se
puede enseñar a los humanos a leer verdaderamente rápido. Han encontrado que sí
se puede , pero que tiene un coste, ya que existe un límite máximo sobre la
rapidez con que los humanos pueden absorber información y si se intenta
sobrepasar nuestra habilidad de comprensión se resiente. También se ha
descubierto que la capacidad de entender materiales complejos o difíciles se
altera y se empieza a preferir leer afirmaciones y lecturas simples.
La segunda forma en la
que los científicos han aprendido como esta aceleración está afectando nuestra
atención procede de estudiar qué pasa cuando deliberadamente nos enlentecemos. Uno
de los mayores expertos en esta área, Guy Claxton , profesor de Ciencias del Aprendizaje
en la Universidad de Winchester, ha analizado lo que ocurre con la capacidad de
centrarse de una persona cuando se dedica a actividades lentas como el yoga,
tai-chi o meditación. Ha mostrado que mejoran nuestra habilidad de prestar
atención. Mantiene que la lentitud nutre la atención, mientras que la velocidad
la destroza.
Earl Miller, uno de los
neurocientificos más reconocidos en la actualidad, plantea que nuestra mente
solo puede producir dos pensamientos en nuestra mente consciente al mismo
tiempo, por lo que tenemos una capacidad cognitiva muy limitada debido a la
estructura de nuestro cerebro y ésta no puede cambiar. Pero en lugar de
reconocer este hecho hemos inventado el mito de que podemos pensar sobre diez
cosas al tiempo y hablamos de la multitarea.
Muchos científicos
creían que era posible que las personas realizasen varias tareas complejas al
mismo tiempo, por lo que reclutaron a diversas personas y en sus laboratorios
les pedían que realizasen varias cosas a la vez para monitorizar lo bien que les
iba al hacerlo. Lo que descubrieron, de hecho, es que cuando las personas
piensan que están haciendo varias cosas simultáneamente lo que realmente hacen
es hacer malabarismos y van pasando continuamente de una cosa a otra. No son
conscientes de este hecho porque la mente lo tapa para dar una apariencia de
consciencia cuando lo que realmente está haciendo es reconfigurar la mente
momento a momento , tarea a tarea y esto tiene un coste.
Según Miller existen
tres formas en las que estos cambios constantes degradan nuestra capacidad de
centrarnos:
1.- La primera se conoce como el “efecto del coste
del cambio” por el que nuestra mente
debe reconfigurarse cuando va de una tarea a otra y debe recordar lo que estaba
haciendo previamente y lo que pensó sobre ello, lo que lleva un tiempo. Cuando
esto ocurre la evidencia muestra que nuestro desempeño baja y somos más lentos.
2.- La segunda forma en
la que los cambios constantes dañan nuestra atención es lo que podemos llamar el “efecto
pifia”: cuando vamos cambiando frecuentemente de tareas y pasando de una a
otra continuamente los errores que no se habían tenido que cometer empiezan a
aparecer. En lugar de dedicar tiempo necesario para pensar en profundidad ,
nuestros pensamientos se vuelven más superficiales porque tenemos que dedicar
mucho tiempo a corregir errores y a volver hacia atrás.
3.- El tercer coste de
la multitarea lo empezamos a percibir a medio o largo plazo y consiste en el “agotamiento
creativo”. Esto ocurre porque los nuevos pensamientos y la innovación vienen de
la capacidad del cerebro de moldear nuevas conexiones de lo que hemos visto,
oído y aprendido. Nuestra mente si cuenta con tiempo libre de distracciones
automáticamente va a pensar en todo lo que ha absorbido y comenzará a
establecer vínculos sobre ello de nuevas formas. Todo esto ocurre en un nivel
debajo de nuestra mente consciente pero es el proceso por el que las nuevas
ideas surgen y de repente dos pensamientos que pensábamos que no tenían ninguna
relación entre sí, repentinamente la tienen y una nueva idea ha surgido. Pero si
empleamos mucho tiempo de procesamiento en corregir errores y en pasar de un
tema a otro estamos dando a nuestro cerebro menos oportunidades para seguir
estas conexiones asociativas a nuevos lugares y a obtener pensamientos
verdaderamente originales y creativos.
Otra cuarta
consecuencia , basada en menos evidencia, es el “efecto de la memoria disminuida”
. Un equipo de investigadores de UCLA pidió a diversas personas que realizasen
dos tareas a la vez y las siguió para ver los efectos. Observaron que no podían
recordar lo que habían hecho tan bien como aquellos que solo hacían una cosa a
la vez. La causa parece ser que para convertir las experiencias en memorias
necesitamos espacio y energía y si estamos dedicando nuestra energía a cambiar
de tarea continuamente, aprenderemos cada vez menos.
La evidencia es clara,
no existe ninguna alternativa si queremos hacer las cosas bien: debemos hacer
una cosa al tiempo. Pero la realidad nos
muestra que actuamos de forma distinta en la actualidad: por ejemplo, Larry Rosen , profesor de psicología en la Universidad Estatal de California, ha
descubierto que el adolescente y joven adulto medio, piensan realmente que
pueden seguir 6 o 7 formas de redes al tiempo, pero no somos máquinas y no
podemos vivir siguiendo la lógica de las máquinas.
Earl Miller opina que
hemos creado en nuestra cultura una tormenta perfecta de degradación cognitiva,
como resultado de las distracciones, por lo que cree que lo que debemos hacer
es procurar librarnos todo lo que podamos de las distracciones. Para ello
tenemos que empezar a separarnos por periodos cada vez mayores de tiempo de las
fuentes de nuestra distracción.
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