domingo, 26 de enero de 2025

¿POR QUÉ NO PODEMOS PRESTAR ATENCIÓN?

 


Johann Hari en “Stolen focus. Why can´t you pay attention”, plantea que existen una serie de factores científicamente probados que reducen la habilidad de las personas para prestar atención. Existe una fuerte evidencia de que muchos de estos factores han ido incrementándose en las últimas décadas, en ocasiones de forma dramática.

Por ejemplo un estudio demostró que un estudiante universitario norteamericano de media cambia de tarea cada 65 segundos y el tiempo medio en que se centraban en un asunto era de 19 segundos. Otro estudio realizado por Gloria Mark, de la Universidad de California, encontró que el tiempo medio en el que un adulto , trabajando en una oficina, se mantenía en una tarea era de 3 minutos.

Joel Nigg, uno de los principales expertos mundiales en el campo de problemas de atención en la infancia cree que debemos preguntarnos si no estamos desarrollando una cultura patológica de la atención, un entorno en el que mantenernos centrados en algo de manera profunda es muy complicado y que supone el ir contracorriente para lograrlo.

Hari, piensa , fruto de sus estudios, que existen 12 fuerzas profundas en el entorno laboral  que están dañando nuestra capacidad de atención y que solo podremos solucionar este problema a largo plazo si las comprendemos y procuramos evitar que sigan teniendo efecto sobre nosotros. Éstas son.

I.- El incremento de la velocidad en cambiar de tema y  de filtrar información

II.- El empobrecimiento de nuestros estados de flujo

III.- El ascenso del agotamiento físico y mental

IV.- El colapso de la lectura mantenida

V.- La disrupción de la mente dispersa

VI.- El incremento de la tecnología que puede seguirnos  y manipularnos

VII.- El ascenso del optimismo cruel

VIII.- El incremento del estrés

IX. y X.- El deterioro de nuestras dietas y el aumento de la polución

XI:- El ascenso del trastorno de  atención y de hiperactividad

XII.- El confinamiento de la infancia, tanto física como psicológicamente

I.- EL INCREMENTO DE LA VELOCIDAD DE CAMBIAR DE TEMA Y  DE FILTRAR INFORMACIÓN

Sune Lehman, profesor del Departamento de Matemáticas Aplicadas y de Informática en la Universidad Técnica de Dinamarca, con la colaboración de científicos de toda Europa, ha realizado ( comenzando en 2014) uno de los mayores estudios para encontrar la respuesta a la pregunta de si nuestro ámbito de atención colectivo se está hundiendo o en la actualidad. Como primer paso buscaron una lista de fuentes de información que podían analizar. La primera fue Twitter , ya que es una forma de seguir los temas sobre los que las personas están hablando y conocer el tiempo durante el que los discuten, para comprobar si éste había disminuido. Encontraron, por ejemplo, que en 2013 un tema se mantenía como uno de los 50 más discutidos durante 17,5 horas y en 2016 había descendido a 11, 9 horas. Posteriormente empezaron a analizar otros datos como lo que las personas buscamos en Google y el tiempo que los temas se mantenían en Reddit, entre otros. Todos los hallazgos sugerían que cada vez nos centramos menos en cada tema individual. La única excepción era Wikipedia donde se mantenían los niveles de atención.

Sune y sus colegas se plantearon entender cuál era la causa que facilitaba estos cambios, por lo que construyeron un complejo modelo matemático para intentar averiguarla. Lo que descubrieron es que existe un mecanismo que hace que se produzca: inundar el sistema con información. Cuanta más información introduzcamos, menos tiempo tienen las personas para centrarse en algún punto individual. En la actualidad estamos empapados de información como muestran los análisis realizados por Martin Hilbert de la Universidad del Sur de California y por Priscila López de la Universidad Oberta de Cataluña: en 1986 si recopilábamos toda la información accesible para un ser humano diariamente ( tv, radio, prensa escrita) equivalía a la recogida por 40 periódicos de media y en 2007 ascendía a  174 periódicos por día.  El incremento en el volumen de información es lo que nos produce la sensación de que el mundo se está acelerando.

Sune mantiene que lo que estamos sacrificando es la profundidad en todo tipo de dimensiones. Profundizar lleva tiempo y necesita reflexión y si tenemos que mantenernos al día con todo y mandar emails continuamente no hay tiempo para alcanzar dicha profundidad. La profundidad conectada con nuestras relaciones en el trabajo necesita tiempo y consume energía, así como compromiso y atención., todas las cosas que requieren profundidad se están viendo afectadas y están sufriendo.

El estudio de Sune es pionero por lo que solo nos ofrece una pequeña base de evidencia, por lo que al profundizar en el tema Hari ha encontrado dos áreas relacionadas de investigaciones que le han ayudado a comprender mejor la situación. La primera procede de investigaciones sobre si podemos aprender a leer con mucha velocidad. Muchos equipos de científicos han dedicado años a averiguar si se puede enseñar a los humanos a leer verdaderamente rápido. Han encontrado que sí se puede , pero que tiene un coste, ya que existe un límite máximo sobre la rapidez con que los humanos pueden absorber información y si se intenta sobrepasar nuestra habilidad de comprensión se resiente. También se ha descubierto que la capacidad de entender materiales complejos o difíciles se altera y se empieza a preferir leer afirmaciones y lecturas simples.

La segunda forma en la que los científicos han aprendido como esta aceleración está afectando nuestra atención procede de estudiar qué pasa cuando deliberadamente nos enlentecemos. Uno de los mayores expertos en esta área, Guy Claxton , profesor de Ciencias del Aprendizaje en la Universidad de Winchester, ha analizado lo que ocurre con la capacidad de centrarse de una persona cuando se dedica a actividades lentas como el yoga, tai-chi o meditación. Ha mostrado que mejoran nuestra habilidad de prestar atención. Mantiene que la lentitud nutre la atención, mientras que la velocidad la destroza.

Earl Miller, uno de los neurocientificos más reconocidos en la actualidad, plantea que nuestra mente solo puede producir dos pensamientos en nuestra mente consciente al mismo tiempo, por lo que tenemos una capacidad cognitiva muy limitada debido a la estructura de nuestro cerebro y ésta no puede cambiar. Pero en lugar de reconocer este hecho hemos inventado el mito de que podemos pensar sobre diez cosas al tiempo y hablamos de la multitarea.

Muchos científicos creían que era posible que las personas realizasen varias tareas complejas al mismo tiempo, por lo que reclutaron a diversas personas y en sus laboratorios les pedían que realizasen varias cosas a la vez para monitorizar lo bien que les iba al hacerlo. Lo que descubrieron, de hecho, es que cuando las personas piensan que están haciendo varias cosas simultáneamente lo que realmente hacen es hacer malabarismos y van pasando continuamente de una cosa a otra. No son conscientes de este hecho porque la mente lo tapa para dar una apariencia de consciencia cuando lo que realmente está haciendo es reconfigurar la mente momento a momento , tarea a tarea y esto tiene un coste.

Según Miller existen tres formas en las que estos cambios constantes degradan nuestra capacidad de centrarnos:

1.-  La primera se conoce como el “efecto del coste del cambio”  por el que nuestra mente debe reconfigurarse cuando va de una tarea a otra y debe recordar lo que estaba haciendo previamente y lo que pensó sobre ello, lo que lleva un tiempo. Cuando esto ocurre la evidencia muestra que nuestro desempeño baja y somos más lentos.

2.- La segunda forma en la que los cambios constantes dañan nuestra  atención es lo que podemos llamar el “efecto pifia”:  cuando vamos cambiando  frecuentemente de tareas y pasando de una a otra continuamente los errores que no se habían tenido que cometer empiezan a aparecer. En lugar de dedicar tiempo necesario para pensar en profundidad , nuestros pensamientos se vuelven más superficiales porque tenemos que dedicar mucho tiempo a corregir errores y a volver hacia atrás.

3.- El tercer coste de la multitarea lo empezamos a percibir a medio o largo plazo y consiste en el “agotamiento creativo”. Esto ocurre porque los nuevos pensamientos y la innovación vienen de la capacidad del cerebro de moldear nuevas conexiones de lo que hemos visto, oído y aprendido. Nuestra mente si cuenta con tiempo libre de distracciones automáticamente va a pensar en todo lo que ha absorbido y comenzará a establecer vínculos sobre ello de nuevas formas. Todo esto ocurre en un nivel debajo de nuestra mente consciente pero es el proceso por el que las nuevas ideas surgen y de repente dos pensamientos que pensábamos que no tenían ninguna relación entre sí, repentinamente la tienen y una nueva idea ha surgido. Pero si empleamos mucho tiempo de procesamiento en corregir errores y en pasar de un tema a otro estamos dando a nuestro cerebro menos oportunidades para seguir estas conexiones asociativas a nuevos lugares y a obtener pensamientos verdaderamente originales y creativos.

Otra cuarta consecuencia , basada en menos evidencia, es el “efecto de la memoria disminuida” . Un equipo de investigadores de UCLA pidió a diversas personas que realizasen dos tareas a la vez y las siguió para ver los efectos. Observaron que no podían recordar lo que habían hecho tan bien como aquellos que solo hacían una cosa a la vez. La causa parece ser que para convertir las experiencias en memorias necesitamos espacio y energía y si estamos dedicando nuestra energía a cambiar de tarea continuamente, aprenderemos cada vez menos.

La evidencia es clara, no existe ninguna alternativa si queremos hacer las cosas bien: debemos hacer una cosa al tiempo.  Pero la realidad nos muestra que actuamos de forma distinta en la actualidad: por ejemplo, Larry Rosen , profesor de psicología en la Universidad Estatal de California, ha descubierto que el adolescente y joven adulto medio, piensan realmente que pueden seguir 6 o 7 formas de redes al tiempo, pero no somos máquinas y no podemos vivir siguiendo la lógica de las máquinas.

Earl Miller opina que hemos creado en nuestra cultura una tormenta perfecta de degradación cognitiva, como resultado de las distracciones, por lo que cree que lo que debemos hacer es procurar librarnos todo lo que podamos de las distracciones. Para ello tenemos que empezar a separarnos por periodos cada vez mayores de tiempo de las fuentes de nuestra distracción.

 

 

 

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