En la entrada del domingo 24 de mayo comenzamos a mostrar las recomendaciones que sugiere John C.Maxwell, en su libro “Good leaders ask great questions”, para conseguir trabajar con líderes deficientes o claramente malos. Continuando con éstas el autor plantea las siguientes propuestas:
IV.-
¿CÓMO TRABAJAR CON UN LÍDER INDECISO E INCONSISTENTE?
Los líderes que no son
capaces de tomar decisiones son como decía Orison Swett Marden, como langostas: “Una langosta cuando se encuentra
encima de una roca no tiene el sentido de volver al mar, sino que espera que el
mar vaya a ella. Si no viene se queda quieta y muere aunque un mínimo esfuerzo
habría bastado para que alcanzase el agua. El mundo está lleno de langostas
humanas, personas atrapadas en las rocas de la indecisión y de la
procrastinación, que en lugar de utilizar sus energías están aguardando que un
golpe de buena suerte les mantenga a flote”.
Si el profesional es
capaz de ver soluciones accesibles pero su líder evita que las implemente se
sentirá continuamente frustrado. Maxwell propone para evitarlo:
1.-
Pedir permiso para tomar decisiones. La
mayoría de las decisiones deben tomarse al nivel más bajo ya que los
profesionales de primera línea son los que suelen conocer los problemas y las
soluciones mejor y al estar más cerca de éstos pueden actuar más rápidamente.
Por lo que si tenemos claro cuáles son las decisiones que debemos tomar tenemos
que preguntar al líder si nos deja que las tomemos. Si se muestra inseguro
proponer comenzar por pequeñas medidas para ir ganando credibilidad ante él.
2.-
Ofrecer al líder ayuda para procesar las decisiones. Recabar
información y presentársela, definir cada problema de forma muy específica,
sugerir una gran variedad de soluciones destacando sus valores y metas,
explicar las implicaciones de cada una de ellas
tal como las vemos y pedir que tome una decisión.
Si el líder no está
dispuesto a llegar a una conclusión debemos pedir feedback e intentar averiguar
qué soluciones prefiere y cuáles rechaza directamente. De esta forma podemos
saber cómo piensan y afinar las opciones. Si a pesar de todo no toman una
decisión procurar que acepten comprometerse con una fecha límite y volver a
repetir el proceso más tarde.
3.-
Preguntar al líder qué es lo que tenemos que hacer cuando se tiene que tomar
una decisión. Si tenemos líderes que no nos dejan
tomar una decisión ni que les ayudemos a tomarla tenemos que ser muy directos
con ellos y preguntarles, en privado, qué es lo que espera que hagamos cuando
se tiene que tomar una decisión y él no lo está haciendo. Del mismo modo si
trabajamos con un líder inconsistente les debemos plantear una pregunta similar
cuando cambien de idea: “Anteriormente decidiste esto…., ¿Qué es lo que quieres
que haga ahora que has decidido esto otro….?
Al hacer estas
preguntas le estamos pasando la pelota al líder, que es el que tiene que
decidir, ya que es el responsable de ello. Pero si no asume su responsabilidad
al menos tendremos una línea de acción a seguir de lo que nos han pedido que
hagamos en esa situación y si vuelven a cambiar de idea podremos decir: “La
última vez que hablamos sobre este tema me pediste que hiciese esto y esto es
lo que he hecho”.
V.-
¿CÓMO TRABAJAR CON UN LÍDER CON UN CARÁCTER PROBLEMÁTICO?
Uno de los problemas de
trabajar con líderes que tienen problemas de carácter y de actitud es que
continuamente intentan arrastrarte a su nivel. Las malas actitudes son
contagiosas. Es difícil seguir siendo positivo cuando todas las personas que te
rodean son negativas. Las personas que hacen trampas pretenderán que hagamos lo
mismo y no aceptarán un no por respuesta cuando rechacemos compartir sus
métodos.
Los líderes que actúan
así son como cangrejos en un cubo. Dos cangrejos en un cubo nunca lograrán salir
porque estarán tan entretenidos en intentar que el otro no pueda escapar que no
piensan en salir del cubo ellos mismos. Esta es la forma en la que nos podemos
sentir en ese ambiente tóxico, tendremos que estar luchando constantemente para
mantener la actitud positiva y nuestros valores.
Si estamos decididos a
mantenernos en este entorno lo mejor que podemos hacer es intentar elevar el
nivel de las personas que nos rodean y para ello Maxwell propone:
1.-
Elevar el nivel de nuestros valores. No debemos dejar que
los demás nos influencien y logren comprometer nuestros valores. Pero sólo esto
no es suficiente, como líder y como persona una de nuestras metas debe ser el
ser una influencia positiva para lograr influir en los demás en áreas críticas
relacionadas con la actitud y el carácter. Si nuestros líderes no son fuertes
en estas áreas debemos procurar ayudarles, así como a nuestros compañeros y
subordinados.
La forma de comenzar a
hacerlo es mantenernos en unos estándares lo más elevados posibles. Tenemos que ser ejemplo si
queremos influir en los demás y les estaremos mostrando el camino para hacer
las cosas de una mejor manera.
2.-
Separarnos de las influencias negativas todo lo que podamos. Si vemos que a pesar de
nuestros esfuerzos para ayudar a los demás a ser positivos y honestos no lo
conseguimos y vemos que nos están empezando a influir negativamente en relación
a nuestra actitud y valores debemos intentar distanciarnos lo más posible,
llegando incluso a valorar la posibilidad de abandonar el puesto. Ningún
trabajo merece que comprometamos nuestra integridad.
3.-
Guardar una copia escrita siempre que sea posible. Necesitamos,
en ocasiones, protegernos de las personas que no tienen honestidad. Si no
podemos cambiar de trabajo debemos intentar recibir por escrito todas las demandas poco éticas
que nos soliciten.
6.-
¿CÓMO TRABAJAR CON UN LÍDER DIFÍCIL QUE ACTÚA COMO UN “BULLY”?
Una encuesta realizada
por “The Workplace Bullying Institute”
en 2010 mostraba que aproximadamente un 35% de la fuerza laboral en
estados Unidos había experimentado maltrato continuo en el trabajo, en un 72%
por parte de sus jefes.
El autor sugiere que si
no tenemos más remedio que trabajar con un directivo que actúa como un “bully”
:
1.-
Mantener nuestra autoestima y la confianza en nuestra valía. Todas
las personas tienen talentos y habilidades que pueden añadir valor a otros y
tienen recursos y oportunidades que son únicos. Los demás pueden decidir si les
gustamos o no sin ninguna razón legítima y esto es algo que no podemos
controlar. Tenemos que procurar que esta situación no nos afecte y mantener
nuestra autoestima.
2.-
No aceptar que nos culpen por algo que no hemos hecho. Los
“bullies” siempre están buscando a alguien a quien culpabilizar por sus
errores, por lo que no debemos consentir que nos culpen por errores de los que
no somos responsables. Si hemos cometido un fallo debemos reconocerlo y si no
lo hemos hecho no lo hagamos.
3.-
No ser una víctima. Una de las razones por las que las
personas aceptan el maltrato es que sienten que no tienen poder para impedirlo
y piensan que son víctimas. No podemos evitar, en ocasiones, que los demás nos traten mal pero si podemos
decidir cuál va a ser nuestra respuesta.
VII.-
¿CÓMO TRABAJAR CON UN LÍDER COMPLICADO QUE SIEMPRE QUIERE SENTIRSE SEGURO?
Muchas personas temen
el cambio, el riesgo o fallar. No quieren dejar ir lo conocido por miedo a lo
desconocido. Si nuestros líderes son así podemos intentar ayudarles y para ello
debemos:
1.-
Ponernos en su lugar. Para ello debemos hacernos las
siguientes preguntas:
a).- ¿Dónde han estado?
Esta pregunta se relaciona con sus vivencias. ¿Cuál es su experiencia? ¿Cuáles
son sus antecedentes? ¿Qué cosas les han ocurrido en el pasado que hacen que se
sientan atemorizados ante los cambios?
b).- ¿Qué sienten? En
este caso nos acercamos a las emociones. La mayoría de las personas que no
quieren arriesgarse es porque experimentan
miedo. Debemos intentar averiguar son sólo cómo se sienten, sino
también, como procesan sus emociones y manejan, por ejemplo, el estrés.
c).- ¿Qué es lo que
quieren? Se relaciona con las expectativas. ¿Qué es lo que verdaderamente les
importa en la vida? ¿Cuáles son sus sueños y esperanzas?
2.-
Reconocer sus sentimientos. Los líderes que evitan
los riesgos no suelen tener la confianza necesaria para creer en sus
posibilidades de éxito. No hay que
desechar esos sentimientos de miedo y de inadecuación, por el contrario debemos
reconocerlos y dentro de nuestras posibilidades ayudarles a que vayan
consiguiendo pequeños triunfos para que vaya aumentando su autoestima.
3.-
Ayudarles a actuar. Podemos intentar que vean las ganancias
y pérdidas potenciales de actuar o de no hacerlo.
VIII.-
¿CÓMO TRABAJAR CON UN LÍDER QUE NO TIENE LAS COMPETENCIAS NECESARIAS PARA
EJERCER EL LIDERAZGO?
Con frecuencia las
personas que trabajan con jefes que no tienen el nivel de competencias
adecuadas para ejercer el liderazgo tratan de luchar contra esta situación.
Pero el enfoque que propone Maxwell es el de intentar que los jefes tengan
éxito porque si queremos triunfar nosotros debemos ayudar a que los demás lo
hagan también. No podemos intentar desprestigiar al líder y pretender que
nuestro equipo tenga éxito.
El autor sugiere que
los pasos a seguir ante estas situaciones sean:
1.-
Entender a nuestro líder. Para conseguirlo debemos saber qué
es lo que les preocupa y para ello podemos preguntarles:
a).- ¿Qué es lo que te
importa realmente? Dentro de nuestros medios debemos intentar facilitárselo.
b).- ¿Cuáles son tus
esperanzas? Estas son las cosas que los líderes quieren hacer y siempre que
estén alineadas con nuestros valores podemos intentar que salgan adelante.
c).- ¿Qué te hace daño?
Estas son las cosas que los líderes intentarán evitar. Siempre que sea posible
debemos protegerles de ellas.
d).- ¿Cómo puedo
ayudar? Existen muchas cosas que los líderes quieren hacer pero no pueden
hacerlo solos. Nuestra labor es unirnos con ellos para conseguir que se lleven
a cabo.
Al ir conociendo a
nuestros líderes para intentar ayudarles empezaremos a verlos como personas
primero y como líderes después y nuestra relación con ellos puede mejorar.
2.-
Comprender cuál es nuestro rol. Aunque nuestras dotes
de liderazgo sean superiores a las del jefe debemos aceptar que el papel para
el que nos han contratado es el de apoyo y es en el que tenemos que ser
excelentes.
3.-
Florecer allí donde nos planten. El verdadero valor de
una persona no está en lo que dice sino en lo que hace.
4.-
Destacar sobre los demás con una actitud correcta. Es
complicado para las personas que trabajan con líderes débiles mantener una
buena actitud. Si logramos ser positivos y colaboradores mientras todos los que
nos rodean son negativos y se quejan constantemente destacaremos sobre los
demás y las personas empezarán a sentirse atraídas por nosotros.
5.-
Tener éxito en los términos que nos marquen. Nosotros no
podemos definir lo que se considera un triunfo. No podemos elegir las reglas del juego. La ruta para el éxito
la decide el líder y tenemos que adaptarnos a ella, aunque nos produzca frustración.
La reflexión final que
plantea Maxwell es que lo único que podemos hacer es liderar nuestra vida
porque si no lo hacemos otros estarán determinando lo que pase con nosotros.
Las grandes recompensas de nuestra vida proceden de nuestro interior, de las
decisiones que tomamos y de cómo decidimos vivir en las diversas situaciones en
las que nos vamos a encontrar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario