En el boletín de “The School of life” del pasado 2 de febrero, aprovechando la cercanía a San Valentín, analizan las diferencias que existen entre dos tipos de personalidades: la romántica y la clásica.
Todos tenemos rasgos que nos identifican más con una de estas dos
personalidades. Estas categorías ayudan a definirnos: cómo nos relacionamos con
la naturaleza, lo que nos hace reír, nuestras actitudes ante el amor y la
amistad, nuestro enfoque político,…. No estamos acostumbrados a pensar sobre
nosotros en estos términos pero las etiquetas romántica o clásica nos ayudan a
centrar aspectos básicos de nuestra personalidad y a conocer mejor la
estructura que subyace a nuestros entusiasmos y preocupaciones.
Algunas de las características contrapuestas de ambas personalidades son:
1.- Intuición vs.
Análisis:
Los románticos disfrutan con las cosas que parece que desafían aunque sea
ligeramente las explicaciones racionales. Se muestran entusiastas con todo lo
que tiene que ver con los sentimientos y desconfían del intelecto como guía de
su vida. Creen que no hay que pensar mucho y que hay que dejar vía libre al
instinto.
Los clásicos, por el contrario se muestran escépticos ante la intuición.
Han aprendido a través de la dura experiencia cómo los sentimientos propios en
ocasiones están muy equivocados y por tanto tienen una visión bastante caústica de los mismos.
2.- Espontaneidad vs.
Educación
Los románticos con frecuencia se muestran recelosos de la enseñanza reglada.
Piensan que las actividades importantes deben surgir de forma espontánea en
lugar de ser enseñadas. La idea de que las personas necesiten pensar de forma
racional y exhaustiva sobre qué carrera elegir o con quién casarse, por
ejemplo, les parece una intromisión en hechos
y aspectos de la vida que deben tener un abordaje más espontáneo y
natural (les gusta la idea del flechazo, por ejemplo).
Los clásicos, puede que piensen que el sistema educativo no es el más
adecuado pero la idea abstracta de la necesidad
de una educación les resulta muy atractiva. Creen que el aprendizaje es vital
si queremos evitar cometer muchos errores en la vida profesional y emocional.
3.- Honestidad vs.
Buenas maneras
La persona romántica siente devoción por decir lo que piensa o siente.
Sienten alergia a la idea de ser falsos o de tener secretos. La autenticidad es
vital para ellos e imaginan que la buena educación es una losa que reprime la
expresión de lo que realmente importa.
La persona clásica siente reverencia por la buena educación en sus
relaciones con los demás. No es que sientan temor ante la posibilidad de
molestar a alguien sino que dudan de que
hacerlo sea constructivo y no están interesados en victorias simbólicas.
4.- Idealismo vs.
Realismo.
El romántico está emocionado pensando en cómo pueden ser las cosas desde un
punto de vista ideal y juzga lo que realmente existe en relación con el estándar de una mejor alternativa imaginaria.
La mayor parte del tiempo la realidad le produce una desilusión profunda y enfado
cuando consideran las injusticias, prevaricaciones y compromisos de los
poderosos. Se muestran, con frecuencia, furiosos con los gobiernos y
sorprendidos e indignados con la evidencia de conducta venial e interesada de
los miembros de la sociedad.
Por su parte la persona clásica presta atención especial a aquello que
puede ir mal. Son conscientes de que existe la posibilidad de que las cosas
puedan ir mucho peor. Antes de condenar
a un gobierno consideran cuál ha sido el estándar a lo largo de la historia y
pueden comprender que determinados acuerdos o enfoques pueden ser adecuados en
circunstancias especiales. Su visión de las personas es fundamentalmente
oscura. Sienten que los humanos tienen impulsos peligrosos. Los ideales
elevados les ponen nerviosos.
5.- Seriedad vs. Ironía.
Los románticos no aceptan la realidad. Su atención está puesta en cómo les
gustaría que ésta sea. No les gusta, por tanto, el humor irónico pues piensan
que es derrotista.
Los clásicos tienen la convicción de que aunque el mundo no es un lugar
alegre tener buen humor es un buen punto de partida para sobrevivir en una
realidad insatisfactoria e imperfecta. El humor irónico es un recurso que
utilizan pues surge de la colisión constante entre cómo nos gustaría que fuesen
las cosas y cómo parece que son realmente.
6.- Lo original vs. lo
cotidiano.
El romántico se rebela ante lo común. Le encanta lo raro y exótico. Les
gustan aquellas cosas que son desconocidas para la mayoría de la población. No
les gustan las cosas que son populares ni la rutina, especialmente en su vida
personal. Les atrae el heroísmo, las emociones y todo aquello que consideren
que no es aburrido.
El clásico da la bienvenida a la rutina como defensa contra el caos. Le
gustaría que las cosas buenas fuesen populares. Se sienten lo suficientemente
familiarizados con los extremos como para recibir bien a las cosas que pueden
resultar un poco aburridas. Pueden encontrar el encanto de realizar
determinadas tareas rutinarias.
7.- Pureza vs.
Ambivalencia.
El romántico se siente inclinado a la implicación total o el rechazo total.
Idealmente un partido político debe ser siempre admirable, por ejemplo. Le
atraen las causas perdidas y les importa más pensar que tienen razón que ganar.
El clásico piensa que pocas cosas o personas son totalmente buenas o malas.
Asumen que pueden existir aspectos valiosos en ideas opuestas y que siempre hay
algo que aprender de cada parte. Una persona decente puede en muchas áreas
pensar de forma que no nos guste.
Desde 1750 las actitudes románticas han dominado en la imaginación
occidental. El enfoque predominante en relación con la infancia, las
relaciones, la política y la cultura se ha visto coloreado más por el espíritu
romántico que por el clásico.
Ambas orientaciones necesitan equilibrarse y ninguna persona es totalmente
de una forma u otra, pero los autores sugieren que en este momento histórico
puede ser la actitud clásica con su sabiduría a la que debemos escuchar con
mayor atención.
Por el modo en que están planteadas estas definiciones, creo que han sido escritas por un "clásico" .... Me llama mucho la atención la valoración positiva del "humor irónico". Conozco algunas personas con esta "cualidad" y son sumamente hirientes.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarDe hecho, no considero que haya gente sólo romántica o clásica, ambos puntos de vista me parecen válidos y quizás no tan recomendables dependiendo de la situación a la que afecten. La vida y la naturaleza es orden pero también es caos, me parece un pensamiento utópico que el ser humano crea que la razón pueda detener un huracán, a mi eso también me parece "idealista"
EliminarConsidero que todos tenemos algo de los dos rasgos, solo si se es objetivo puede lograrse el equilibrio que se requiere para prestar la debida atención a cada situación particular sin caer en los extremos, que nunca fueron buenos
ResponderEliminarSupongo que en cada situación que se nos presenten siempre vamos ah tener que utilizar o el romanticismo o lo clásico en lo cotidiano de nuestro día a día
ResponderEliminarBendita maldicion ser tan romantico
ResponderEliminarSer romantico tan bien tiene su lado negativo
No tanto
EliminarNo existe una persona puramente romántica o más " cerebral". La vida enseña. Creo que siempre deberíamos usar el sentido común para decidir algo y éste se basaría en la experiencia. La ironía no está buena, se puede herir innecesatiamente a alguien. Somos seres emocionales, pero debemos decidir con racionalidad.
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