Rich Karlgaard, editor de la revista Forbes y Michael S. Malone, reconocido a nivel mundial como uno de los mejores autores sobre tecnología, en su libro “Team genius. The new science of high-performing organizations”, revelan, a través de las últimas investigaciones científicas, las claves que logran crear grandes equipos.
Los equipos competentes
son el núcleo de las grandes organizaciones. Gran parte de nuestra vida, tanto
privada como profesional, la pasamos integrados en grupos. Dependemos de ellos
para nuestro éxito y felicidad, pero la mayoría de ellos se han creado por el
azar o circunstancias que nada tienen que ver con un diseño previo.
Pensar que vamos a
triunfar a través de la serendipia es arriesgado si se trata de determinados
aspectos de nuestras vidas no muy importantes como nuestra participación en un
equipo de futbol amateur o en un comité para organizar una fiesta, pero puede
ser muy peligroso en el caso de organizaciones.
Los líderes actuales
deben ser conscientes de que:
1.- Los equipos deben
estar preparados y ser capaces de sobrevivir cualquier imprevisto externo
derivado de la variable y a veces dura situación económica global, con
frecuencia con poco apoyo de la alta dirección. Deberán asumir los riesgos y
tomar decisiones complicadas con rapidez.
2.- Los equipos deben
estar diseñados para trabajar de acuerdo con la estructura mental de sus
miembros, no contra ella. Los humanos estamos geneticamente programados para
trabajar en equipo, como demuestran las últimas investigaciones de la
neurociencia.
3.- Los equipos deben
recibir todo el apoyo que necesiten para poder alcanzar su máximo potencial, en
lugar de confiar en exceso en profesionales individuales dentro de la
organización.
4.- El tamaño y la
composición de los equipos tiene una gran importancia cuando se están
definiendo objetivos estratégicos.
Los autores plantean
una serie de “ nuevas verdades” en relación con los equipos:
I.-
EL CAMBIO MATA SI NO SE CUENTA CON LOS EQUIPOS ADECUADOS.
Los seres humanos
tenemos un “reloj innovador” que va más lento que nuestras invenciones. En el
mundo real son las personas, no la tecnología, lo que determina lo bien o mal
que una organización se adapta al cambio. Por tanto, la diferencia en nuestro
mundo actual, en aceleración constante, entre una empresa que tiene éxito y
otra disfuncional se encuentra en los profesionales que trabajan en ellas y más
aún en como esas personas se relacionan entre sí mientras van formando equipos.
Lo que ocasiona que, aunque las organizaciones crezcan y se extiendan por todo
el mundo, paradójicamente se han tenido que volver más pequeñas y centradas en
su ejecución ya que van a depender de una red de pequeños equipos bien
interconectados. Éstos van a jugar un papel vital.
En la economía global
en la que estamos inmersos en la actualidad es fundamental tener capacidad de maniobra. Ésta es la facilidad
para cambiar nuestra dirección y hasta retroceder, rápidamente y de forma
competente, para poder afrontar cualquier nuevo cambio (tecnológico,
oportunidades de mercado o competencia, por ejemplo) que haya entrado en escena
y de hacerlo sin perder la cohesión interna.
La historia está llena
de historias de equipos que han sabido maniobrar y sobrevivir en situaciones
increíblemente peligrosas, como por ejemplo los viajes de Cook, Magallanes,
Marco Polo o Livingstone o las odiseas de Hernán Cortés, Pizarro o Shackleton.
La forma de contar con maniobrabilidad se
encuentra en la estructura. El tamaño y la composición de los equipos que
tienen más éxito coinciden con arquetipos que son tan antiguos como la
humanidad.
La estabilidad va a
favorecer que estos equipos se muevan con un propósito común aunque la
situación demande que el equipo adopte un camino en distinta dirección de
aquella para la que fue creado. Por ejemplo, los fundadores de Netscape
pensaban dedicarse a los juegos de ordenador o Amazon comenzó vendiendo libros
para evolucionar posteriormente a ofrecer servicios en la nube a las
organizaciones.
Cualquier empresa puede
maniobrar de forma efectiva, no sólo las modernas o pequeñas, aunque se suelen
encontrar con mayores dificultades para hacerlo. Si son muy grandes necesitan
que en los niveles superiores de las mismas se encuentre un equipo pequeño y
cohesionado que cuente con el poder para ejecutar sus decisiones a lo largo de
toda la organización y con la confianza
de todos los profesionales en la periferia.
Uno de los ejemplos más
conocidos de la capacidad de maniobrar de una gran organización es el de Apple
Inc. En septiembre de 2002 su futuro era muy sombrío. El valor de sus acciones
era testimonial, pero 10 años después se convertiría en la empresa más rica del
mundo. La razón de este cambio se encuentra en que fue capaz de lanzar
productos y servicios innovadores: iPod, iTunes, The Apple Store, iPhone e
iPad. Para entender cómo lo pudo lograr hay que apreciar la contribución de
Steve Jobs, que trabajó fuera de la compañía durante una serie de años para
luego regresar a la misma y tomar el mando, por segunda vez en 1997. Aunque
seguía siendo la misma persona impetuosa, peligrosa e impredecible que había
sido expulsado de Apple en 1985 había aprendido dos lecciones importantes.
a).- La necesidad de
crear un entorno en el que se recompensase el riesgo y no se penalizase.
b).- La importancia de
no olvidar que todas las organizaciones que triunfan, independientemente de lo grandes y poderosas que sean, son una
agregación de equipos, grandes y pequeños, leales o no, estables o anarquicos,
que tienen que trabajar, desde el nivel más bajo del organigrama al más alto,
en armonía para lograr el éxito de las mismas.
Estos equipos fueron
los que mantuvieron a Apple en los tiempos difíciles y florecieron
consiguiendo su resurrección en una
segunda etapa. La respuesta a la pregunta de por qué estos
equipos, con frecuencia formados por las mismas personas, en unos
momentos de la historia de Apple fueron tan eficaces y en otras ocasiones, en
cambio fueron totalmente ineficaces, según los autores tiene tres razones:
1.- Tecnología. La
flexibilidad y la adaptabilidad de los equipos venía facilitada por la
tecnología.
2.-Las personas. Como
otras compañías como Google, Facebook y Twitter , Apple en su etapa inicial y
en la más reciente ha disfrutado de un prestigio que ha hecho que
los mejores y más jóvenes talentos
hayan querido trabajar en ella. En sus primeros años fue capaz de crear
una cultura tan poderosa que consiguió retener a un número muy elevado de
talentos cuando la situación se deterioró y éstos se encontraban allí cuando
Jobs regresó.
3.- Riesgo. La mayor
contribución de Jobs en su retorno fue el restaurar la cultura de riesgo que
había desaparecido en los 15 años en los que había estado ausente. Los profesionales pronto aprendieron que no
podía presentar a Jobs un plan muy detallado o un diseño conservador.
Rapidez, personas y una
cultura que estimula los riesgos fueron sólo los ingredientes. Lo que hizo que
funcionasen fue su expresión a través del ejército de equipos leales y bien
diseñados con los que contaba la organización. Estos equipos se sintieron
liberados para perseguir sus destinos y para mostrar su compromiso con la
certeza de que sus esfuerzos serían apoyados por el mismo Steven Jobs. Juntos
permitieron a Apple maniobrar como no lo había hecho antes ninguna compañía
gigante. Por esta oportunidad estaban dispuestos a trabajar casi en el
anonimato y dejar que Jobs se llevase la mayor parte de los créditos por los
éxitos obtenidos.
El resultado es de
sobra conocido pero desgraciadamente la realidad de cómo se alcanzó se ha
visto, en gran parte ocultada, por el mito irresistible que presenta a Jobs
como un solitario que ejecutaba milagro tras milagro, luchando el solo contra
el status quo. No es posible ignorar los miles de profesionales que ofrecieron
sus ideas a Jobs ( el tuvo pocas ideas originales) y que una vez obtenían su
apoyo las convertían en realidades. Tampoco se puede olvidar el hecho de que
casi nunca trabajaba solo, siempre solía tener algún colaborador, a veces
famoso y conocido y otras veces casi invisibles, que utilizaba para ejecutar
sus ideas, como protectores o para arreglar el caos que con frecuencia dejaba.
Una de las grandes
fortalezas de Jobs era su habilidad para aprender sobre él mismo y sus
debilidades. Como muestra su última elección de socio se puede considerar la mejor:
Tim Cook que completaba y complementaba sus habilidades y en el que confiaba
totalmente.
En una entrevista en 60
Minutes reconocía que: “Mi modelo de negocio es el de los Beatles: cuatro
chicos que mantenían a raya entre sí sus tendencias negativas y se equilibraban
unos a otros. El total era superior a la suma de las partes. Las grandes cosas
en el mundo de los negocios nunca las consigue una persona aislada, las logran
un equipo de personas”.
Hay líderes que inspiran y otros que manipulna. Vale la pena conocer cada una de las formas. https://www.youtube.com/watch?v=OH5fycClhUc
ResponderEliminarToda organización necesita un visionario y éstos escasean desgraciadamente en las estructuras de poder
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