domingo, 23 de abril de 2017

FUNDAMENTOS DEL RESPETO


Christine Porath, en su libro “Mastering civility. A manifesto for the workplace”, que estamos comentando, expone la importancia de la cordialidad y el respeto en todos los ámbitos de nuestras vidas y especialmente en el entorno laboral.

Si queremos entender por qué pequeños gestos de cortesía tienen mucha importancia tenemos que considerar que en todo el mundo expertos han analizado más de 200 rasgos de comportamiento y han encontrado que dos particularmente son los que más peso tienen en las impresiones que hacemos: calidez y competencia. Estas dos cualidades suponen más del 90 % de las impresiones positivas o negativas que nos formamos sobre las personas. Si éstas nos ven como cálidas y competentes se sentirán más inclinadas a confiar y a relacionarse con  nosotros y a apoyarnos.

El problema se presenta porque en ocasiones la fortaleza en una de ellas va acompañada por la debilidad en la otra. Con frecuencia escuchamos comentarios del tipo: “Es muy listo pero nadie quiere trabajar con él”. La forma que tenemos de garantizar la presencia de estas dos cualidades es ser educado y mostrar respeto.

Si deseamos conectar con nuestro equipo debemos liderar con calidez ya que allana el camino para la influencia, facilita la confianza y compartir ideas. Pequeños gestos no verbales como una sonrisa o asentir con la cabeza invitan a la otra parte a sentirse incluida al mostrar que estamos atentos a sus palabras y a sus necesidades. La actitud cálida y amable es importante porque los humanos entre nuestras necesidades básicas tenemos la de la sensación de pertenencia e inclusión, lo que los científicos llaman afiliación. Ésta es una de las tres necesidades más importantes junto a la de autonomía y competencia. La neurocientífica Naomí Eisenberger y sus colaboradores sugieren que la necesidad de afiliación es tan fuerte que cuando nos sentimos excluidos y aislados se activan en nuestro cerebro las mismas zonas que cuando sentimos dolor físico.

La autora propone emplear los tres fundamentos principales de la cortesía  y cordialidad para conectar con los demás y satisfacer su necesidad de afiliación. Éstos son:

I.- SONREIR

El acto de sonreír eleva nuestro ánimo, incrementa nuestro sistema inmunitario, reduce nuestros niveles de estrés y disminuye nuestra presión arterial. Sin que digamos una sola palabra conseguimos a través de una sonrisa lograr que los que nos rodean se sientan cómodos, establecer una conexión e inspirar. Investigaciones suecas han evidenciado que simplemente mirando a una cara feliz puede hacer que sonriamos como respuesta. Por esta razón expertos en liderazgo recomiendan a los líderes que sonrían mientras hablan por teléfono porque sus voces así van a sonar más positivas y amistosas.

Cuando sonreímos no sólo transmitimos una imagen más cordial y agradable sino que somos percibidos como más competentes. Distintas investigaciones han mostrado que la sonrisa tiene el poder de hacer que las personas que nos rodean sean más eficaces. En un estudio de la marina estadounidense los investigadores evaluaron a los líderes de loe escuadrones más eficientes, seguros y mejor preparados. Estas unidades eran las más positivas, emocionalmente expresivas y sociables. Sus líderes eran los más amables y los que más sonreían.

La autora propone que para conseguir sonreír más utilicemos un enfoque de “dentro-afuera” que implica el proponernos percibir emociones positivas internamente, pensando en  aquellas cosas que nos hacen felices para luego expresarlas con una sonrisa natural.

La alternativa que consiste en tratar de cambiar conscientemente nuestro comportamiento no verbal desde el exterior no funciona bien, ya que resulta duro fingir una sonrisa.

II.- CONSTRUIR RELACIONES CON LOS SUBORDINADOS

Las relaciones que establecemos con aquellos que desempeñan un puesto de nivel inferior en nuestra organización importan. En un estudio realizado por el Centro de Liderazgo Creativo encontraron que el factor más importante para el éxito para los ejecutivos que ocupan los tres puestos más importantes en una organización era la relación con sus subordinados. Otra investigación realizada por Towers Watson a nivel mundial mostró que el principal factor que interviene para conseguir el compromiso de los profesionales  era el que éstos sintiesen que sus jefes estuviesen verdaderamente interesados en el bienestar de sus colaboradores.

Si queremos relacionarnos bien con nuestros subordinados primero deberemos reconocerlos. Si no lo hacemos se sentirán pequeños, menospreciados y su autoestima se resentirá. Porath recomienda que siempre que nos encontremos con alguno de ellos si estamos un poco distantes establecer contacto visual y sonreír y si estamos más cerca también saludar. Evidentemente, para ello , es conveniente saber quién es esa persona.

III.- ESCUCHAR ACTIVAMENTE

Saber escuchar bien es esencial para crear, mantener y profundizar en nuestras relaciones. Muestra que nos preocupamos y que conectamos con la otra persona y nos proporciona información vital. Si los profesionales piensan que sus jefes no les escuchan van a ofrecer menos ideas y sugerencias útiles, se van a sentir más agotados emocionalmente y en cuanto puedan abandonarán el puesto de trabajo.

Escuchar es complicado ya que requiere energía y concentración. Si queremos hacerlo debemos centrarnos en estar completamente atentos a las palabras de la otra persona, intentando que nuestra mente se encuentre libre de cualquier distracción. Debemos efectuar contacto visual e intentar que nuestras expresiones respondan adecuadamente a las emociones del orador. En lugar de juzgarle tenemos que concentrarnos en la emoción que expresa tanto como en el contenido, también debemos ser capaces de detectar lo que no está diciendo, ser pacientes, parafrasear lo que escuchamos para mostrar que estamos entendiendo lo que nos quiere transmitir pero sin interrumpir con nuevos puntos, utilizar pausas para reflexionar o para extraer nueva información y hacer preguntas que sirvan para aclarar y para mejorar el resultado de la conversación.

Julian Treasure, experto en comunicación consciente, recomienda que tengamos en mente el siguiente acrónimo: RASA.

a).- Receive (recibir). Mostrar atención a la persona.

b).- Appreciate (apreciar). Realizar pequeños sonidos o gestos de reconocimiento tales como “Oh”.

c).- Summarize ( sintetizar). Resumir  lo que la otra persona ha querido decir.

d).- Ask (preguntar). Efectuar preguntas una vez que la persona ha terminado de hablar.




Otro aspecto fundamental además de los tres mencionados anteriormente es el de NO JUZGAR. Todos nosotros tenemos prejuicios inconscientes que intervienen en nuestros pensamientos e interacciones con los demás. Debemos conocerlos y analizar cómo pueden afectar nuestras interrelaciones con los demás, para saber cómo pueden perjudicarlas.

Nuestras mentes son bombardeadas constantemente por información  once millones de bits de información por segundo), pero nuestras mentes conscientes sólo son capaces de procesar 40 bits por segundo, por lo que la mayor parte de la información es procesada de forma inconsciente. Para hacer frente a esta situación nuestra mente con frecuencia se apoya en estereotipos  como una forma de filtrar lo que considera que no es importante. Aunque éstos nos ayudan a tomar decisiones rápidas con información limitada también pueden producir que nos equivoquemos al tratar a los demás con prejuicios. Si no se controlan estos prejuicios inconscientes pueden conducir a situaciones injustas en el trabajo y a bajo desempeño. Como directivos podemos perder la ocasión de elegir a los profesionales más adecuados para nuestros equipos o podemos evaluar y dar feedback de formas que pueden dañar en lugar de ayudar.

El primer paso para superar estos prejuicios ocultos es esforzarnos por que afloren, preguntándonos que prejuicios tenemos y a quién pueden afectar, así como cuáles pueden ser las consecuencias de mantenerlos.

Una vez que hemos reflexionado sobre todos estos aspectos fundamentales veremos que es importante dar y que existen unas formas de hacerlo que van a ser las más eficaces si queremos construir una atmósfera de amabilidad y respeto. Éstas son:

1.- COMPARTIR LOS RECURSOS

Implica el poner a disposición de los demás nuestro conocimiento, habilidades, contactos y tiempo. Adam Grant en su libro “Give and Take” describe como el hecho de ser generoso y dar en el mundo de las organizaciones redunda en beneficios para el profesional que da ya que va a construir relaciones más profundas que se van a mantener intactas en el tiempo y facilita a los generosos un propósito que les va a hacer sentir que sus contribuciones tienen un sentido e importan. Investigaciones realizadas por la autora han revelado beneficios similares: los profesionales con mayor desempeño compartían mucho más sus recursos con sus compañeros que los que obtenían peores resultados.

Grant, junto con Reb Rebele y Rob Cross destacan, también, la importancia de distinguir entre los tres tipos de recursos colaborativos que los profesionales comparten para generar valor. Éstos son:

a).- Informativos.

b).- Sociales

c).- Personales.

2.- COMPARTIR EL RECONOCIMIENTO

Tenemos que buscar formas para reconocer el trabajo de todos los que han colaborado con nosotros para obtener algún tipo de crédito, aunque merezcamos la parte del león. Warren Bennis plantea que los buenos líderes brillan bajo los focos pero los grandes líderes ayudan a que otros brillen.

Este tipo de humildad obtiene resultados positivos  tal como muestran los estudios de Bradley Owens, Michael Johnson y Terence Mitchell que han demostrado que la humildad, que incluye la apreciación de las fortalezas y contribuciones de los demás, es un buen predictor del desempeño individual. Los líderes humildes promovían  equipos más centrados en el aprendizaje y sus miembros se mostraban más comprometidos y más satisfechos con sus trabajos.

Distintas investigaciones han hallado, también, que los pequeños éxitos pueden estimular mucho la motivación y el desempeño por lo que los líderes deben asegurarse de procurar celebrarlos en el momento en que se producen.


3.- COMPARTIR GRATITUD

Una simple nota manuscrita de agradecimiento puede marcar la diferencia. Dar las gracias hace que destaquemos. La mayor parte de las personas sólo se molestan en agradecer algo a sus compañeros una vez al año. Francesca Gino y Adam Grant han encontrado que si un supervisor da las gracias a un profesional aumenta la autoestima de éste último, su confianza en sí mismo y le genera un mayor deseo de ayudar a los demás.

Sentirse genuinamente apreciado nos anima, pero tenemos que tener en cuenta que cada persona tienen sus formas preferidas de recibir gratitud por su comportamiento positivo. Algunos quieren un reconocimiento público, mientras otros prefieren que sea privado, o un regalo mejor que un agradecimiento verbal, por ejemplo.

4.- COMPARTIR FEEDBACK

El líder debe compartir con sus colaboradores cuál es la situación de la organización y el estado de los proyectos en marcha para que éstos se sientan partícipes de la situación, sin olvidar el feedback de carácter individual del desempeño de cada profesional.

Éste feedback debe incluir aspectos positivos destacando las fortalezas y para que sea más útil se debe realizar en el momento en el que las personas hacen las cosas correctamente. Hay que procurar unir aspectos positivos y negativos pensando en lo que queremos que cada miembro de nuestro equipo comience a hacer, deje de hacer y continúe haciendo, diseñando, posteriormente, las acciones a realizar y compartirlas con los interesados.

Tenemos que seguir los siguientes pasos si queremos que sea un regalo y que resulte productivo:

a).- Intentar identificarnos con la persona que va a recibir el feedback y procurar entender las emociones que está sintiendo.

b).- Explicar las razones del feedback procurando ser honesto.

c).- Centrarnos en el futuro y en lo que el profesional tienen que hacer para alcanzar sus objetivos.

d).- Mantener nuestra expresión verbal acorde con el mensaje que estamos transmitiendo.

5.- COMPARTIR UN PROPÓSITO

Pensar que nuestro trabajo tiene un sentido incrementa nuestro crecimiento personal, nuestro compromiso y nuestra sensación de bienestar. Tenemos que intentar que los demás descubran cómo su trabajo afecta positivamente a los demás.


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