Manfred F.R. Kets de Vries
en INSEAD Knowledge del pasado 3 de junio plantea que no saber es duro. Estamos programados
para perseguir la certidumbre. Queremos arreglar los problemas y que nos vean
haciéndolo. Hasta en el caso de sesiones de coaching o de terapia , donde el
objetivo es explorar, los coaches y terapeutas con frecuencia se encuentran
preparando misiones de rescate. Desean ofrecer respuestas, sabiduría o cierres
o clausuras. Pero la realidad es que decir a las personas qué tienen que hacer
rara vez funciona. Las perspectivas que tienen éxito son aquellas a las que las
personas llegan por sí mismas.
Si podemos superar la
incomodidad de no saber, se nos abrirá un espacio para la reflexión y transformación.
Si resistimos la urgencia de solucionar el lio demasiado deprisa, en ocasiones
podemos ver que en ese caos podremos encontrar la respuesta.
Para el poeta John Keats y para otros pensadores después
de él, lo que él llamaba “capacidad
negativa” es una forma de ver el mundo por el que somos capaces de apartar el
impulso de controlar y arreglar y mantenernos en la ambigüedad el tiempo
suficiente para que surja algo más profundo.
Los maestros zen
utilizan anécdotas paradójicas o acertijos sin soluciones ( köans) para evitar
a la mente analítica, con el objetivo de inquietar y confundir, para forzar a
nuestros patrones de pensamiento a balbucear y fallar. En este sentido las
técnicas zen se adelantaron siglos al coaching o terapias modernas, todas
prácticas que invitan a las personas a que luchen con sus propias mentes.
Erich Fromm en una
ocasión asimiló la iluminación o revelación con pasar de una cueva llena de
sombras a la luz de la realidad. En terapia se conoce como “trabajar a través”
para reconocer antiguos patrones, luchar con ellos y cambiar lentamente. Los
köans actúan de la misma manera: el objetivo no está en averiguar el acertijo,
está en dejar que nos transforme.
Un köan clásico puede
ser: dos monjes discuten. Uno dice: La bandera se está moviendo”, el otro dice:
“No el viento se está moviendo” y un tercero aparece y dice: “Ni la bandera, ni
el viento, la mente se está moviendo”. La clave está en que los köans no son la
respuesta. Lo que se espera de ellos es que nos inquieten y nos fuercen a
cuestionarnos todo.
La práctica espiritual,
el coaching y la terapia con frecuencia parecen similares porque nos requieren
que soportemos la ambigüedad y nos piden que abandonemos la fantasía de la
certeza final. Todos implican el complicado proceso de desaprender tanto como
de aprender.
El liderazgo no
consiste en tener todas las respuestas, sino en crear las condiciones en las
que las mejores preguntas pueden aflorar. No saber puede resultarnos incómodo ,
pero también puede suponer el comienzo de algo interesante.
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