Kara Glassman en
SmartBrief on Leadership del pasado 29 de mayo plantea que liderar mostrando
vulnerabilidad no implica la perfección, sino demostrar coraje claridad y
preocupación por el cuidado de los demás.
En el entorno de
trabajo actual es frecuente escuchar que los profesionales desean tener líderes
que sean abiertos, transparentes y vulnerables. Pero la idea de la
vulnerabilidad en relación con el liderazgo es relativamente nueva. En el
pasado el liderazgo ha estado asociado al estoicismo: los líderes se suponía
que tenían que ser duros, emocionalmente distantes y siempre manteniendo el
control. Las emociones no se permitían en los niveles directivos altos.
Aunque este enfoque ha
podido funcionar en determinados contextos, no resuena con la fuerza laboral
actual. Las personas no buscan líderes que tengan todas las respuestas o que
mantengan fachadas impenetrables. En lugar de esto desean líderes humanos que
reconozcan la complejidad de las decisiones difíciles, que admitan cuando las
cosas no van como se habían planificado y que estén dispuestos a ser vistos
como son auténticamente. La vulnerabilidad, lejos de ser considerada como una
debilidad, se ha convertido en la base para generar confianza.
Cuando los trabajadores
están expresando un deseo de que los líderes se manifiesten vulnerables no
están pidiendo que éstos compartan en exceso o la ruptura de todas las barreras
profesionales. Lo que buscan realmente es autenticidad, líderes que sean
responsables y asentados en la honestidad emocional.
Brené Brown conocida
por su trabajo en torno a la vulnerabilidad y el liderazgo describe el concepto
de “engancharse a la vulnerabilidad” que incluye la incomodidad que acompaña al
ser visto. Destaca la vergüenza y temor que con frecuencia impide que nos
mostremos en nuestra totalidad, especialmente en entornos profesionales donde
la vulnerabilidad ha sido estigmatizada durante mucho tiempo.
La vulnerabilidad
ofrece un espacio para la confianza, innovación y seguridad psicológica, donde
las personas e pueden sentir empoderadas para poder compartir ideas, asumir
riesgos y mostrarse como realmente son.
Ser un líder vulnerable
no implica revelar todo. Significa escoger los momentos adecuados para ser
honestos: reconociendo la incertidumbre, aceptando sus equivocaciones, celebrando
las perspectivas de los demás y liderando con empatía en lugar de con el ego, y
al hacerlo permitir que los demás se muestren reales, también.
Aunque los profesionales
reclamen vulnerabilidad en sus líderes esto no significa que éstos deban
revelar cualquier pensamiento o emoción en todo
momento. Una de las ideas más
importantes del concepto de vulnerabilidad, según Brown, es el de los límites,
ya que sin ellos no puede existir. Lo que los profesionales desean es honestidad
y que sus líderes sean reflexivos en relación con lo que comparten y cómo lo
hacen. Quieren conocer a la persona que está detrás del puesto, alguien cuyos
valores están alineados tanto con su estilo de liderazgo personal y con la
misión más amplia de la organización. También desean sentir que sus líderes son
humanos, que cometen errores, sienten emociones y siguen creciendo.
Ser cuidadoso con lo
que compartimos es una señal de empatía e inteligencia emocional. Pero mantener
el equilibrio entre vulnerabilidad y lo que compartimos es complicado. Sin
cuidado la vulnerabilidad se puede convertir en un exceso emocional y caer en
el cotilleo, lo que mina la confianza en lugar de potenciarla. La confianza no
se crea a través de un solo momento de actitudes abiertas, es cultivada por
medio de actos consistentes y reflexionados en el tiempo.
La autora recomienda
que para comenzar a liderar con vulnerabilidad comencemos con acciones pequeñas
e intencionadas, como:
1.- Compartir
historias. Especialmente que se alineen con lo que los profesionales o el equipo estén experimentando
en ese momento.
2.- Reconocer los
errores. Al hacerlo estamos asumiendo nuestra responsabilidad y mostrando
humildad que fomenta un patrón mental de crecimiento.
3.- Mantener la
curiosidad. Abrazar un patrón mental de aprendizaje que invite al feedback, fomente
la reflexión y modele el desarrollo continuo.
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