domingo, 8 de junio de 2025

COMO ELEGIR UNA RESPUESTA CUANDO ERES LA PERSONA DAÑADA

 


Kim Scott en “Radical respect. How to work together better”, que estamos comentando, plantea que cuando somos dañados tenemos derecho a “elegir nuestras batallas”. Viktor Frankl escribió que al ser humano pueden quitarle todo , salvo una cosa: la última de las libertades humanas, que consiste en la elección de nuestra actitud ante un determinado conjunto de circunstancias:  de elegir nuestro camino.

En ocasiones podemos decidir escoger una respuesta proactiva (existe una gran diferencia entre elegir mantenernos en silencio y ser silenciados). Otras veces podemos decidir que merece la pena responder y, en esos momentos, puede que no sepamos qué decir. Si somos la persona dañada no es nuestra responsabilidad educar a la persona que nos ha dañado, pero podemos elegir hacerlo porque esa persona nos importa o queremos que no le hagan lo mismo a otros.

La autora propone una serie de sugerencias sobre cómo actuar dependiendo del tipo de situación a la que nos enfrentemos, entre las que destacan.

I.- SESGOS

Si somos las víctimas de algún sesgo podemos elegir ayudar a la persona a que sea consciente de su error o podemos elegir no hacerlo. Es nuestra prerrogativa. Si decidimos desmontar el sesgo tenemos que recordar que   estamos invitando a la otra persona a que comprenda nuestra perspectiva, no intentando afirmar nuestra autoridad moral o avergonzarle. Evidentemente, aunque procuremos ser lo más amables posible, no es nuestro trabajo y en ocasiones puede no ser posible evitar que la otra persona se ponga a la defensiva.

Aunque no sepamos exactamente que decir, en estos casos, debemos empezar con una afirmación “yo”. Por ejemplo: “Yo no creo que quieras decir realmente lo que has dicho”.

Una afirmación de este tipo es una respuesta generosa a los sesgos inconscientes de los demás. El objetivo está en señalar un error para evitar que la persona lo repita, evitando que se sienta avergonzada. Avergonzar a alguien ataca a sus atributos de personalidad, que no puede cambiar, en lugar de a su comportamiento que sí puede modificar.

Si consideramos los beneficios de responder ante los sesgos que otras personas pueden tener con respecto a nosotros tenemos que:

a).- Al responder nos estamos afirmando. Si no lo hacemos cada vez nos vamos a sentir más indefensos.

b).- Al afirmar que el sesgo es un error y no la verdad puede evitar que se interiorice el sesgo.

c).- Al ayudar a alguien a que sea consciente y cambie sus sesgos  podemos mejorar las cosas no solo para nosotros, sino para otros.

d).- Al comentar los sesgos, es posible que otras personas se sientan dispuestas a hacer lo mismo y que, hasta nos señalen los nuestros. Si los ignoramos permitimos que se repitan y se refuercen. Cuando los corregimos, en cuanto surgen, vamos creando un ciclo  que nos ayuda a crecer juntos.

e).- Nuestra relación con nuestro compañero puede mejorar porque puede apreciar que nos hemos arriesgado a ayudarle y, además, es más fácil llevarse bien con alguien que no esté haciendo continuamente comentarios sesgados que nos molesten.

Finalmente los resultados del equipo pueden mejorar porque los sesgos complican la colaboración y un equipo que no colabora bien no puede obtener buenos resultados.

II.- PREJUICIOS

Es complicado responder ante los prejuicios, sobre todo cuando alguien hace algún comentario que refleja un estereotipo injusto dirigido a destacar que somos inferiores o incapaces, como por ejemplo en referencia al sexo, género, raza, etc,…

La razón por la que hay que enfrentarse a los prejuicios es que hay que trazar una línea clara entre el derecho que tiene una persona a  creer lo que quiera y el derecho que tienen los demás de que esa creencia no se les imponga.

En el caso de los prejuicios las personas no van a disculparse por sus creencias cargadas de prejuicios solo porque se señalen éstos, ya que saben lo que piensan y están convencidos, por lo que no van a discutir sobre ello.

La utilización de afirmaciones que comiencen por “esto es o es ” puede ser una forma adecuada de marcar los límites. Por ejemplo: “Es una falta de respeto/cruel/ ridículo el decir ……”El objetivo es protegernos de la intrusión de la otra persona y aunque no consigamos acercar posturas, ni cambiar sus creencias, al menos puede servir para prevenir conflictos innecesarios.

III.- BULLYING

Cuando alguien nos está sometiendo a bullying su meta es molestarnos o dejarnos fuera de juego. Utilizar una afirmación “Yo” como por ejemplo: “me siento X cuando tu haces o dices Y” simplemente les informa de que han tenido éxito. Ignorarles tampoco funciona porque aunque no reaccionemos con frecuencia obtienen algún placer de su comportamiento. La única forma de detenerlo es crear consecuencias negativas.

Una forma de reaccionar es la confrontación con una afirmación “tú” o con una pregunta, como, por ejemplo: “¿Qué es lo que sacas tú de todo esto?” o “¿ Tu tienes que dejar de hablarme así”. Es efectivo porque el bully está tratando de ponernos es un rol sumiso, pero al responder con una afirmación “tu” estamos adoptando un rol más activo, pidiéndoles que respondan a preguntas, que puede que no les dejen en buen lugar.

Evidentemente si tenemos un desacuerdo o mantenemos un conflicto sano no necesitamos una afirmación “tu”, ya que queremos llegar a un acuerdo no alejar a la persona.

PACER (National Bullying Prevention Center),  organización sin ánimo de lucro para la  prevención de bullying , establece la siguiente distinción entre conflicto y bullying:

CONFLICTO

BULLYING

 

Desacuerdo en el que ambas partes expresan sus opiniones

 

 

Una persona intenta dañar o humillar a otra

 

No existe diferencia de estatus entre los implicados

 

 

El bully suele tener mayor estatus dentro del grupo

 

La persona que puede estar ocasionando daño generalmente deja de hacerlo y cambia su comportamiento cuando se da cuenta de que está dañando a  alguien

 

 

La persona que causa el daño continua haciéndolo cuando se da cuenta de está dañando a otra persona

 

Cuando estemos siendo dañados por los sesgos, prejuicios o bullying o no sabemos qué está pasando pero sentimos que algo no va bien, debemos recordar la necesidad de:

1).- Resistir la tentación de considerar el silencio como la única opción

Si decidimos no responder puede ser porque el riesgo de hacerlo supera a las posibles ventajas. En este caso no quiere decir que no tengamos valor o confianza sino que actuamos racionalmente, ya que puede ser que deseemos guardar nuestra energía o que ya hayamos estado intentando desmontar sesgos varias veces en el día y queramos dedicarnos a hacer otras cosas. También puede ser que estemos seguros de que existe el riesgo de represalias. Pero la razón por la que elegimos el silencio siempre debe ser nuestra, no debe ser la decisión de otras personas, ya que, con frecuencia existen presiones externas para que nos mantengamos en silencio, pero debemos reconocerlas y resistirnos. 

Entre las excusas que utilizamos para permanecer en silencio tenemos: el deseo de ser amables, la consideración de que el que nos está dañando es buena persona y realmente no nos quiere perjudicar, no querer estropear una relación, pensar que solo empeorará las cosas si respondemos, el miedo a las posibles represalias o el creer que nuestra reputación se va  a ver afectada negativamente si hablamos.

2).- Romper el silencio el  ciclo de la ira.

Cuando optamos por el silencio ante los sesgos, prejuicios o bullying  dirigidos contra nosotros podemos caer en un ciclo de ira y en un silencio viciosos. Alguien hace o dice algo ofensivo y me callo. Al no responder me siento indefenso y como no he respondido la otra persona seguramente volverá a ir repitiendo la ofensa y cada vez me sentiré más enfadado. Pero cada vez seguiré en silencio y más enfadado e indefenso, cayendo en un ciclo vicioso.

3).- Buscar y cultivar defensores

Es más útil dedicar nuestro tiempo y atención a nuestros amigos y no a nuestros enemigos. Scott sugiere las siguientes recomendaciones para intentar tener más defensores y menos personas intentando causarnos daños en nuestra carrera profesional:

a).- Buscar personas que nos apoyen. También debemos conocer quiénes son nuestros detractores, pero sin emplear mucha  energía en ellos. Debemos utilizar nuestra energía para construir solidaridad con las personas que pueden ayudarnos, personas que nos vayan a defender si es necesario.

b).- Pedir feedback. Debemos centrarnos en hacer bien nuestro trabajo, siendo fieles a nosotros mismos y creando relaciones verdaderas y sólidas. Si lo hacemos tendremos buena reputación y, para lograrlo, el feedback es esencial. Debemos pedir que sea crítico y no evitarlo porque en el pasado hayamos recibido muchas opiniones sesgadas o prejuiciosas o bullying  disfrazadas de feedback.

c).- Permitir la curiosidad torpe. Cuando confiamos en los demás,, nuestra buena fe suele verse recompensada, por lo que debemos atribuir buenas intenciones y curiosidad sana en lugar de hostilidad ante algunos comentarios desafortunados.

d).- Utilizar el humor. Éste puede ser un gran valor para generar solidaridad y obtener defensores. Siempre debemos recordar que el humor debe  tratar de hacer las cosas mejor y no peor.

e).- Imitar el comportamiento ofensivo no es jugar limpio. La mejor forma de luchar contra los sesgos, prejuicios y bullying es enfrentarnos a ellos, no imitarlos. Es tentador luchar contra los sesgos con sesgos, contra los prejuicios con prejuicios y contra el bullying con bullying. En el momento nos puede parecer que es un comportamiento justo, pero el problema es que no es eficaz., ya que solo refuerza y refleja las actitudes  y comportamientos de los que nos queremos librar.

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