Carol Kinsey, consultora experta en liderazgo y autora de varios libros,
entre ellos "The Silent Language of Leaders: How Body LanguageCan Help—or Hurt How You Lead", en el
boletín del 1 de noviembre de la American Management Association destaca la
importancia de la comunicación no verbal para identificar el compromiso o no de
los profesionales.
Los
comportamientos, gestos y actitudes asociados al compromiso indican interés, receptividad y
acuerdo o conformidad, mientras que los comportamientos ligados a la falta de
compromiso señalan que el profesional está aburrido, enfadado o en actitud
defensiva.
La
ausencia de compromiso y el desacuerdo se manifiestan :
1.-
OJOS: disminuye o desaparece el contacto visual, ya que
tendemos a mirar de lejos o no mirar a las cosas que nos angustian y de las
personas que nos desagradan. El aburrimiento o la falta de atención se muestran
también al no mirar a la cara, desenfocar la mirada o con miradas de refilón y
al horizonte. Los ojos tienden a empequeñecerse y cerrarse cuando se experimentan
recelos o desconfianza.
2.- BOCA: la
disconformidad se manifiesta con labios cerrados o comprimidos, mandíbulas
tensas o la cabeza vuelta ligeramente para que el contacto visual se produzca
de refilón.
3.- TORSO: cuando
las personas alejan sus hombros y torso del interlocutor probablemente
significa que han perdido interés por lo que transmite éste. Al alejarnos del
otro estamos expresando nuestra distancia y falta de compromiso,
independientemente de las palabras que se estén utilizando. A veces se pueden
emplear objetos como bolsos , carteras,..., para proteger el torso cuando se
adopta una actitud defensiva.
4.- PIERNAS: cuando
nos sentamos con las piernas extendidas hacia delante y los tobillos cruzados
probablemente estamos mostrando sentimientos positivos hacia el interlocutor. Por
el contrario cuando los pies se ocultan tras las piernas o se enredan con las
piernas de una silla estamos distanciándonos.
La autora
propone una serie de acciones para intentar remediar estas situaciones:
a).- Pensar
en el contexto en el que se ha producido la situación de distanciamiento o
pérdida de interés: ¿Previamente habíamos modificado nuestro lenguaje corporal?
¿Hicimos alguna pregunta o planteamos algún tema que se ha podido considerar
como especialmente conflictivo? ¿Entró alguien nuevo en la habitación o se
incorporó a la conversación?
b).- Comprobar
la propia postura corporal: estamos mostrando algún comportamiento de
desinterés que pueda estar imitando nuestro interlocutor o reaccionando ante
él?
c).- Cambiar
nuestra postura corporal para mostrar interés y compromiso: acercarnos,
sonreir, poner las manos obre la mesa con las palmas hacia arriba. Comprobar si
la parte contraria hace lo mismo.
d).- Forzar un cambio de postura del interlocutor. Por
ejemplo si sus manos y piernas están cruzadas y en tensión, acercarnos y
entragarles algo, un informe, un café,...para conseguir que se muevan y modifiquen
su postura.
e).- Cambiar de estrategia. Aceptar
que nuestras propuestas no están siendo bien recibidas y cambiar de plan.
f).-
Llamar la atención sobre el comportamiento desinteresado del interlocutor
proponiendo al mismo tiempo otra fecha para reunirse (por ejemplo: ¿Parece que
este es un mal momento para hablar, posponemos la reunión hasta mañana?)
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