miércoles, 30 de enero de 2013

¿CÓMO CORREGIR EL "SÍNDROME DEL FIN DE SEMANA"?



 

Ron Ashkenas , socio director de Schaffer Consulting y coautor de “The GE Work-Out”y de “The Boundaryless Organization” y autor de  “Simply Effective: How to Cut Through Complexity in Your Organization and Get Things Done” plantea en la guía de Harvard Business Review sobre e lmanejo del stress que una de las obligaciones de los directivos debe ser conseguir que para los profesionales que trabajan en su organización “el fin de semana" dure toda la semana.

 


El problema que se presenta en muchas organizaciones es que los que en ellas trabajan sienten que su semana, durante su vida laboral,  se divide en dos partes muy diferenciadas: los días de trabajo, en los que dedican su tiempo a hacer lo que tienen la obligación de hacer y los fines de semana en los que emplean su tiempo en aquello que realmente les gusta y con lo que disfrutan. Esto puede ocasionar que los domingos por la noche, al pensar en la semana que se avecina comencemos a sentir ansiedad.

 


Ashkenas señala que el trabajo es, por lo tanto, lo que hacemos para poder mantenernos, pero que las actividades que tienen sentido para nosotros y las que nos divierten las realizamos fuera del ambiente laboral. Sugiere tres  causas que producen estos sentimientos y las oportunidades que ofrecen a los directivos para intentar corregir este “síndrome del fin de semana” y lograr que sus profesionales se sientan más satisfechos y felices, y por lo tanto más productivos en el trabajo:

 


1ª CAUSA: FALTA DE SENTIDO. 

 


Muchos profesionales pueden sentir que su trabajo no tiene un propósito trascendente. El encontrar que nuestro trabajo aporta algún beneficio a la sociedad es uno de los factores motivadores más importantes, como lo demuestra el hecho del gran número de personas que dedican su tiempo libre a trabajar de forma gratuita y voluntaria en diferentes organizaciones sin ánimo de lucro. El autor sugiere que imaginemos el grado de compromiso y energía que esos profesionales demostrarían en el ámbito laboral si sintiesen que su trabajo marcaba algún tipo de diferencia. La paradoja se encuentra en que normalmente las organizaciones ofrecen productos y servicios cuya finalidad es ayudar a aumentar la calidad de vida de las personas, pero en la rutina del trabajo diario no somos capaces de ver esas conexiones.

 


Oportunidad: recordar continuamente a los colaboradores cuál es el propósito de su trabajo y cómo tanto sus actividades individuales o dentro de sus equipos marcan una diferencia positiva.

 


2ª CAUSA: TAREAS BANALES.

 


Una segunda razón por la que los profesionales menosprecian su trabajo es que con frecuencia se les pide que dediquen parte de su tiempo a realizar tareas estúpidas o sin importancia. La mayoría son capaces de identificar cuándo están empleando su tiempo en acometer tareas o actividades que no añaden ningún valor: procesos innecesarios, trámites burocráticos sin sentido, reuniones improductivas, etc. Si el horario laboral está lleno de este tipo de responsabilidades el profesional se aburre, se frustra, se torna cínico y busca su realización personal fuera del trabajo.

 


Oportunidad: comprometer a los trabajadores en la búsqueda y eliminación de estas actividades alienantes. Muchas organizaciones como IBM o General Electric lo hacen de forma continua y sin desfallecer.

 


3ª CAUSA. AUSENCIA DEL FACTOR DIVERSIÓN.




La tercera causa posible, según Ron Ashkenas del “síndrome del fin de semana” es sencillamente que el trabajo no resulta divertido ni estimulante. Se convierte en una rutina en la que diariamente realizamos las mismas tareas, hablamos con las mismas personas y producimos los mismos servicios o productos. No existe ningún reto, ni incentivo, por lo que los profesionales buscan esos factores que pueden despertar su pasión fuera del trabajo.



Oportunidad: buscar fórmulas creativas para fomentar la innovación y la diversión en el trabajo: trabajos retadores, premios a la innovación, etc.



Las grandes organizaciones son aquellas en las que los profesionales acuden a trabajar con ilusión porque saben que su trabajo tienen un sentido al aportar valor a la sociedad y al mismo tiempo pueden disfrutar realizando sus tareas.





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