Dawna Markova y Angie Mc Arthur, en su libro “Collaborative intelligence. Thinking with people who think differently”, plantean que los directivos que sepan apreciar la diversidad intelectual serán capaces de conducir a sus equipos hacia la innovación. Los profesionales que lo entiendan se desarrollarán puesto que podrán potenciar sus fortalezas y el equipo en su totalidad que lo comprenda se unirá para realizar el mejor trabajo en una sinfonía de colaboración, con sus fortalezas individuales trabajando en armonía como ocurre en una orquesta.
El regalo más
significativo que la especie humana aporta al mundo es nuestra capacidad de
pensar. El mayor peligro que ofrecemos
es nuestra incapacidad de pensar con aquellos que piensan de formar diferente a
la nuestra.
Si queremos ser
competitivos en una economía global debemos aprender a penar de forma
innovadora y colaborativa. Con frecuencia malinterpretamos las palabras de los
demás y fallamos en nuestra comunicación con ellos. Culpamos y nos
menospreciamos unos a otros porque no hemos sido entrenados a ser consciente
del efecto que tenemos sobre los demás o a saber cómo adaptar las formas en que
nos comunicamos para acomodarnos a las de los demás. Lo que entorpece una comunicación efectiva es
que la mayoría de las personas no sabemos cómo pensar con los que piensan de
forma diferente a nosotros.
En la última década los
neurocientíficos han descubierto aspectos sorprendentes sobre el funcionamiento
de la mente humana que pueden incrementar directamente nuestra capacidad de
relacionarnos con los demás. El cociente de inteligencia colaborativa: “CQ” es
la medida de nuestra habilidad de pensar con los demás. Para poder acceder a
esta inteligencia debemos aprender a analizar las diferencias en nuestra forma
de pensar y a utilizarlas para abordar complejos retos. Sabemos que existen
múltiples inteligencias, como ha demostrado el psicólogo Howard Gardner, pero
este conocimiento nos resulta de poca utilidad porque no nos han enseñado a
valorar y utilizar todas estas capacidades diversas. Peter Senge, autor de “La quinta disciplina”,
estima que el cociente intelectual de un grupo puede descender hasta en un 30%
en comparación con el de los individuos que lo forman.
Estamos entrando, en la
actualidad, en un mundo en que compartir es necesario. La riqueza se crea y se
mantiene por las ideas y las relaciones. Si las cosas tienen valor si tengo una
y la doy la pierdo, pero si las ideas aportan valor y se intercambian, al final
tenemos distintas nuevas ideas y cuanto más compartimos más tenemos. Nuestra
capacidad de generar y compartir ideas se convierte en algo muy valioso.
Un mundo en el que se
comparten ideas necesita que aprendamos a influir sobre los demás no a tener
poder sobre ellos. Esto es especialmente crucial en la actualidad porque en la
era de los “equipos Velcro” que se forman rápidamente y en los que personas de
distintos continentes trabajan juntos a distancia durante cortos periodos de
tiempo, la influencia y no el poder es lo que se necesita para lograr realizar
un trabajo de calidad e innovador.
La inteligencia
colaborativa (CQ) es un componente crítico para compartir ideas porque nos
permite reconocer la experiencia que existe y la que falta. Alan S. Cohen,
experto en redes y que ha lanzado diversas start-ups dice que: “En Silicon
Valley la colaboración se define como algo que haces con otro compañero o compañía para alcanzar la grandeza”.
Las autoras proponen el
siguiente cuestionario para valorar nuestro CQ:
Instrucciones:
a).- Identificar las 5
personas con las que estamos más tiempo en el trabajo.
c).- Estimar el
porcentaje aproximado de tiempo semanal que dedicamos a esa persona y escribir
su nombre debajo.
d).- Valorar la
colaboración con esa persona en una escala del 1 al 5 considerando las cuatro
cualidades que se recogen en la columna de la izquierda ( 1 el nivel más bajo
de colaboración y 5 el más alto).
e).- Sumar y analizar los resultados.
CUALIDAD
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NOMBRE
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NOMBRE
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NOMBRE
|
NOMBRE
|
NOMBRE
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RESPETO
Grado
de admiración y de valoración que existe entre los dos
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|||||
EMPATÍA
Grado
de vitalidad y energía que existe entre los dos
|
|||||
ENTENDIMIENTO
Grado
de seguridad que experimentamos al comunicarle nuestros miedos, necesidades,
ideas y entusiasmo
|
|||||
CRECIMIENTO
Grado
en que se potencia mutuamente la capacidad de explorar nuevas capacidades e
ideas
|
|||||
TOTAL
|
Las cualidades que se
encuentran en la columna de la izquierda enriquecen nuestro pensamiento colaborativo.
Las autoras las adaptaron de sus investigaciones y de las de Jean Baker MillerTraining Institute, que muestran que las personas pueden incrementar y mejorar
sus relaciones a lo largo de toda su vida.
Un resultado de 10 o
inferior a esta cifre en cada persona indican la necesidad de aprender y de
buscar nuevos enfoques en nuestras relaciones. Si es de 15 o superior las
relaciones son gratificantes y colaborativas.
Cada una de las
personas que figuran tabla influye en la forme en la que crecen o no nuestras
mentes. Por ejemplo, sabemos que si estamos mucho tiempo con una persona que
siempre está excitada, terminaremos sintiendo ansiedad, pero que si nuestro
acompañante es serenos y calmado nos sentiremos nosotros de esta forma.
CQ es el flujo de
energía e información que intercambiamos. Las autoras proponen cumplimentar el
siguiente cuestionario para reflexionar sobre nuestro grado de efectividad en
relación con la CQ ( 0 es el mínimo y 10 es la puntuación máxima):
Puntuación
|
|
Tengo
facilidad para contribuir con ideas en las reuniones
|
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Frecuentemente
comparto mis recursos y talentos con otros miembros del equipo
|
|
Frecuentemente
otros miembros del equipo ofrecen sus talentos y recursos a mí y a los otros
miembros del equipo
|
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Defiendo
que en las reuniones de equipo se deben considerar y aceptar las opiniones de
la minoría
|
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Soy
capaz de pensar con frecuencia a nivel global
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Propongo
en las reuniones diferentes estilos de participación: visual, auditiva,
kinestésica,…
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Conozco
los talentos y recursos que cada persona aporta al equipo y sé cómo
aprovecharlos plenamente
|
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Soy
eficaz en el trato con clientes y compañeros complicados
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Tengo
habilidades para lograr que las personas actúen juntas
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|
Tengo
capacidad para lograr que las personas piensen juntas de forma eficaz
|
Markova y Mc Arthur han
definido las que consideran son las cuatro estrategias básicas de la CQ y que
consisten en la utilización de:
1.-
MAPAS MENTALES. Nuestro mapa mental representa la forma
exclusiva en la que procesamos y respondemos a la información.
2.-
TALENTOS PARA PENSAR. Corresponden a las formas
específicas de abordar los retos que estimulan y llevan energía a nuestras
mentes y que surgen de forma espontánea. La identificación de estos talentos y
de nuestros puntos ciegos, así como los de nuestros colaboradores, es clave
para una colaboración más eficaz.
3.-
INDAGACIÓN. Consiste en la forma en que
individualmente enmarcamos las preguntas y consideramos posibilidades. Al
identificar nuestras preferencias y los estilos de los que nos rodean ampliamos
nuestra perspectiva y nos convertimos en mejores colaboradores.
4.-.
COMPARTIR NUESTRA MENTE. Supone la actitud necesaria para
generar alineación en la atención, intención y acción dentro de un equipo.
El aprendizaje de las
cosas más complicadas por parte de nuestro cerebro, como por ejemplo andar y
hablar, implica que nos distingamos el aprendizaje que tiene lugar a nivel
corporal del mental. Al ir creciendo vemos que el aprendizaje también incluye
la memorización de hechos y la comprensión de teorías abstractas. Aprendemos a
recitar datos que hemos acumulado pero no nos enseñan a hacer las cosas de
forma diferente, especialmente ante situaciones conflictivas de la vida real en
la que tenemos que actuar en medio de la complejidad y la incertidumbre. Si
somos capaces de experimentar físicamente una estrategia y la practicamos de
forma deliberada acabará estando a nuestra disposición de forma inmediata
cuando más las necesitemos.
Las autoras plantean
que con frecuencia caemos en la “trampa del mono”, que hace referencia a la
historia en la que el brazo de un mono queda atrapado entre los barrotes de una
jaula al intentar coger un plátano colocado dentro de ésta y es incapaz de
soltar el plátano y liberarse. Muchos de
nosotros actuamos como el mono y nos aferramos a algo que nos atrae y aunque
posteriormente nos demos cuenta que para ser libre debemos soltarnos, seguimos
agarrados. Una de las cosas que con mayor frecuencia nos atrapa es el patrón
habitual de nuestro pensamiento: las historias limitantes que nos contamos
sobre quiénes somos y cuáles son nuestras capacidades.
Interesante........camino hacia la excelencia...
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