miércoles, 20 de enero de 2016

CÓMO ACTUAR ANTE UN COLABORADOR PASIVO-AGRESIVO


Amy Gallo, en hbr.org del pasado 11 de enero de 2016, plantea cómo podemos actuar si tenemos un colaborador pasivo agresivo.

Con frecuencia nos encontramos en el ámbito laboral con compañeros que, por ejemplo, defienden una idea en una reunión y hacen después lo contrario, que se cruzan con nosotros y no nos saludan o que no nos dejan hablar y nos interrumpen cuando hablamos y que cuando pretendemos hablar con ellos sobre su comportamiento nos dicen que todo va bien y que el problema se encuentra exclusivamente en nuestra cabeza. Resulta muy frustrante trabajar con alguien que actúa de forma pasiva-agresiva.

Gallo recomienda que si nos encontramos con este tipo de conducta:

1.- No caer en sus redes. Cuando un compañero pretende que no pasa nada o nos acusa de reaccionar de forma exagerada es complicado no enfadarse o ponerse a la defensiva, pero estas son situaciones en las que no es conveniente responder al fuego con fuego, sino que debemos mantenernos calmados ya que la otra parte está buscando desequilibrarnos para como forma de liberar parte de su ansiedad. Responder de forma emocional puede hacer que parezcamos y nos sintamos ridículos.

2.- Considerar qué es lo que está motivando su comportamiento. Las personas que actúan de forma pasivo- agresiva de forma rutinaria no siempre son estúpidos, ya que puede ser que su conducta venga motivada por no saber cómo comunicar o por tener miedo a los conflictos. Con frecuencia se pueden estos comportamientos  manifestar por la presunción de que los demás deben saber lo que está sintiendo y que sus necesidades y preferencias son más importantes que las de los que le rodean.

3.- Reconocer nuestras posibles responsabilidades. Normalmente no se puede decir que no somos en parte responsables de la situación. Tenemos que preguntarnos si algo de lo que hacemos está contribuyendo a la dinámica u ocasionando el que la otra persona sea pasiva agresiva. Debemos procurar, también ser capaces de detectar cuando intentamos ganar tiempo o evitar algo y dejamos fluir emociones que pueden dañar a los demás.

4.- Centrarnos en el contenido. Hay que tratar de ver las situaciones desde la perspectiva de la otra persona para descubrir qué es lo que está intentando transmitir con los comentarios fuera de tono. Si somos capaces de concentrarnos en el tema de fondo y no en la forma en que lo expresa podremos avanzar hacia el reconocimiento del verdadero problema.

5.- Verbalizar el asunto a tratar, sin hacer referencia a la forma de expresión. No escuchar ni conceder ninguna importancia a la parte tóxica  la conversación.

6.- Cuidar nuestro lenguaje. Nunca acusemos a la otra persona de ser pasiva agresiva, ya que puede perjudicar nuestros intereses. Si es posible intentar mostrar cómo ese comportamiento está actuando en contra de algo que le puede interesar y de sus intereses, por lo que no debe mantener esta conducta.

7.- Buscar aliados.  De esta forma confirmaremos que nuestras percepciones no son erróneas, siempre intentando que no se interprete como un cotilleo o la pretensión de hablar mal de un compañero.

8.- Marcar directrices para todos. De acuerdo con el resto del equipo definir unas normas que permitan alcanzar soluciones y ejercer presión para evitar comportamientos inadecuados.

9.- Buscar ayuda en situaciones extremas. Cuando un colega trata de forma persistente entorpecer nuestro trabajo o intentar evitar que lo hagamos y observadores externos confirman nuestra impresión podemos intentar recabar la ayuda  de nuestro superior inmediato.

10.- Protegernos. Si existe una interdependencia en el trabajo debemos asegurarnos que nosotros cumplimos nuestros objetivos. No tenemos que dejar que nos represente o hable por nosotros en reuniones y después de las mismas recoger los acuerdos  y pasos a seguir documentalmente.  Si tenemos que trabajar juntos procurar hacerlo con otras personas, para que tenga que comportarse mejor. Podremos no conseguir cambiar los hábitos del otro pero podemos intentar controlar nuestra reacción ante los mismos.

PRINCIPIOS PARA RECORDAR:

Hacer:

      Procurar entender la razón, puede ser que consideren que no se están viendo satisfechas sus necesidades.

b     Centrarnos en el mensaje, aunque la forma de transmitirlo sea errónea.

        Asegurarnos de que no estamos contribuyendo a la situación con nuestra conducta.

No hacer :

a     Perder los nervios. Reaccionar de forma serena.

        Acusar a la otra persona de actuar de forma pasivo agresiva, ya que contribuirá a que se enfurezca aún más con nosotros.


        Pensar que podemos cambiar su conducta.

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