Jesse Sostrin, autor de “The manager´s Dilemma”, en Strategy + Business del pasado 17 de octubre plantea que para ser un líder eficaz debemos estar continuamente evolucionando y cuestionando nuestras creencias para evitar los puntos ciegos. Debemos ampliar nuestro pensamiento para incrementar nuestra agilidad e invertir en nuestros colaboradores para ayudarles a desarrollar su pleno potencial. Pero en muchas ocasiones existe un desafío específico que impide el progreso de los líderes. Lo más sorprendente es que seguramente sabemos cuál es el nuestro. Si en alguna ocasión hemos dicho las siguientes palabras: “ He recibido este feedback antes”, seguramente estemos jugando con fuego y minando nuestras posibilidades de éxito al no reconocer esta situación.
Sostrin llama a estos
ejemplos personales de “legado de feedback” como “gigantes durmientes” porque
están ocultos a plena vista y suponen un potencial enorme si despiertan si no
actuamos para controlarlos. El problema es que tendemos a ignorarlos utilizando
una de estas tácticas que probablemente actúan entorpeciendo nuestro desarrollo
en el ámbito laboral:
Táctica
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Definición
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Causas
por las que se adopta
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Ruta
de escape
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Decidir
una línea de actuación con una ruta de
salida obvia para evitar un seguimiento
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Representa
lo mejor de dos mundos: planificamos hacerlo y luego no tenemos que hacerlo
todo al mismo tiempo
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El
círculo sin fin
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Un
ciclo interminable de decisión pero nunca comprometiéndonos con la decisión
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Nunca
tenemos que comprometernos y así evitamos el sentimiento de culpa por no
hacerlo
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La
estantería elevada
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Buscamos
una estantería mental en la que colocamos todas las posibles alternativas
para así justificarnos porque todas se encuentran en un lugar excesivamente inaccesible
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Permite
contemplar nuestras opciones desde la distancia, separándonos de las
presiones y compromisos
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Las
orejeras
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Elegimos
no decidir siendo plenamente conscientes de lo que está en juego
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Supone
adoptar un tipo de modo de supervivencia que nos parece que justifica el que
evitemos cualquier decisión
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Como ejemplos de estas
tácticas el autor propone:
1.- Ruta de escape: hemos
recibido feedback sobre nuestra
incapacidad para mantener conversaciones difíciles pero necesarias con
colaboradores por lo que nos decimos a nosotros mismos que al día siguiente por
la tarde vamos a hablar con uno de ellos sobre un proyecto que tienen atascado
salvo que otros clientes nos mantengan ocupados todo el día, ya que entonces
tendremos que buscar otro momento. Si estamos previamente seguros de que el
cliente nos va a mantener ocupados ya hemos buscado una ruta de escape para
evitar la conversación complicada.
2.- El círculo sin fin: hemos escuchado
continuamente que tenemos que lograr un mayor impacto en las reuniones por lo
que decidimos intervenir en ellas para hacernos oír, pero reunión tras reunión
nos agarramos a la intención sin un plan específico de acción. Este enfoque
parcial, sin acción concreta, puede ayudarnos a que sintamos que nos estamos
moviendo hacia la meta pero sin ir realmente a ninguna parte.
3.- La estantería elevada: tanto nuestro jefe como
nosotros estamos convencidos de que ya estoy preparado para asumir nuevos retos
profesionales, pero tenemos claro que no los podemos alcanzar en
nuestro puesto actual, pero no buscamos activamente oportunidades para cambios
dentro de la organización al magnificar los riesgos de una búsqueda de un nuevo
trabajo hasta que conseguimos que nos parezca imposible. Nos sentimos infelices
pero los pasos que tenemos que dar para colocarnos en una mejor situación
parecen que están fuera de nuestro alcance por lo que no hacemos nada.
4.- Las orejeras: nos han
dicho repetidamente que debemos hacer un mejor seguimiento de nuestros clientes
y equipo para responder a sus expectativas y generar una mayor confianza.
Siempre hemos sabido que las tareas administrativas no son nuestro fuerte por lo que ignoramos
las pequeñas mejoras que podemos acometer para mejorar nuestra eficacia operativa
y ciegamente esperamos que nuestras fortalezas resulten suficientes para
compensar.
Una vez que hemos
identificado la naturaleza de nuestra evitación podemos tomar las medidas que
sabemos tenemos que adoptar. Si dejamos que nuestras justificaciones nos
enlentezcan corremos el riesgo de estancar nuestro desarrollo al ignorar el
feedback.
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