Matt Plummer y Jo Wilson en hbr.org del pasado 5 de junio plantean que en la actualidad consumimos una cantidad cinco veces mayor de información diariamente que la que recibíamos en 1986, el equivalente a 174 periódicos, por día. Estas cifras incluyen seguramente cantidad de posts en Instagram, pero no sólo se refieren a redes sociales. El aprendizaje vía e-learning en las organizaciones se ha incrementado el equivalente a 9 veces en los últimos 16 años y casi el 80% de las empresas estadounidenses ofrecen formación on-line a sus profesionales.
Podríamos suponer que
estos hechos se tradujesen en un incremento del conocimiento, pero
desafortunadamente este no parece ser el caso. Estamos consumiendo más
información pero no aprendemos más por lo que estamos siendo unos aprendices
improductivos.
Los autores proponen para
ser más productivos las siguientes recomendaciones:
1.-
Centrar la mayor parte del consumo de información en un único tema durante
meses. Elegir un tema y dedicar nuestras lecturas y visualizaciones
de vídeos o películas en él mismo. Además del beneficio obvio de hacer posible
que información nueva se incorpore a la previamente consumida y refuerce los
conocimientos, existe otra ventaja importante que se fundamenta en la forma en la
que trabaja nuestra mente, ya que según expone Adam Gazzely en su libro “The distracted mind” el mayor grado de desempeño en el dominio de la memoria viene
condicionado por su capacidad para filtrar toda la información
irrelevante.
Si procesamos la información que nos rodea que es irrelevante para nuestras metas va a crear interferencias. Nuestro éxito a la hora de filtrar es crítico para nuestra habilidad de percibir información, para recordarla y para tomar decisiones sobre la misma.
Si procesamos la información que nos rodea que es irrelevante para nuestras metas va a crear interferencias. Nuestro éxito a la hora de filtrar es crítico para nuestra habilidad de percibir información, para recordarla y para tomar decisiones sobre la misma.
2.-
Enmarcar lo que estamos aprendiendo. Los marcos teóricos
actúan como la arquitectura interna de nuestras mentes, creando “salas” para la
información que recibimos. Su valor para el aprendizaje se remonta a Jean
Piaget que fue el primero que utilizó el término “shemas” para describir el
proceso de categorizar la información en patrones consistentes. Los Shemas nos
ayudan a retener la información al asociarla en una forma estructurada y
reproducible con lo que ya sabemos.
Para construir un marco para ser un aprendiz más productivo los autores recomiendan estas estrategias:
Para construir un marco para ser un aprendiz más productivo los autores recomiendan estas estrategias:
a).- Sintetizar
regularmente lo que hemos aprendido, entendiendo sintetizar como poner partes
juntas para construir un todo, con énfasis en crear un nuevo significado o
estructura.
Sintetizar es un proceso
retador porque implica conseguir que la nueva información tenga sentido a la
luz de todo lo que ya sabemos. Difiere de resumir en que introduce nuestra
opinión para seleccionar lo que es importante mientras que resumir es
simplemente una breve regurgitación de información. Una forma sencilla de practicar esta habilidad
consiste en preguntarnos: ¿Cuáles son
las enseñanzas claves que saco de este artículo?
b).- Compatibilizar fases
de consumo excesivo de información con otras de ayuno. Es importante que
existan temporadas en las que limitemos nuestro consumo de información para
centrarnos en repasar, considerar y aplicar lo que ya hemos consumido. La app
Duolingo sugiere que cuando estemos a punto de olvidar lo ya aprendido nos
dediquemos a recordarlo, en lugar de intentar adquirir nuevos conocimientos.
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