Laura Hills, en American Association forPhysician Leadership News del pasado 30 de octubre, plantea que sabemos
reconocer y apreciar un comportamiento profesional cuando lo vemos pero lo
difícil es definirlo. La verdadera profesionalidad en el caso del personal
médico no vendría descrita por el número de diplomas o certificados académicos
ni por los ingresos sino por un comportamiento y actitud determinada. La
formación y la experiencia facilitan una buena base pero sin la conducta y
patrón mental apropiados no logramos tener buenos profesionales.
Para medir el grado de profesionalidad Hills
recomienda fijarnos en los siguientes rasgos de personalidad que muestran que mantiene:
1,. Una
orientación hacia el interés público y de la comunidad. El profesional hace lo
que sea necesario para servir y proteger al paciente y a su familia.
2.- Un alto nivel de autocontrol y estándares
éticos. El profesional rara vez pierde la calma.
3.- Un fuerte énfasis hacia la excelencia y el
trabajo bien hecho. Se esfuerza por hacer lo mejor que puede siempre.
4.-
Un compromiso profundo con la honestidad e integridad. Hace lo correcto aunque le suponga un gran desafío
o suponga un alto coste personal.
5.- Una honda satisfacción interna por el trabajo
bien hecho. El profesional no está motivado primero por la retribución
económica.
6.- Un compromiso permanente con la mejora de sus
capacidades y con la actualización de las mismas. El profesional busca el
aprendizaje continuo y se muestra siempre curiosos y dispuesto a encontrar
formas para hacer mejor su trabajo.
7.- Un papel activo en el desarrollo de estándares
de trabajo para su equipo. El profesional actúa como un líder entre sus
compañeros para promover el bienestar de éstos y la organización.
8.- Una habilidad excelente para comunicarse
eficazmente. El profesional se preocupa de formarse para adquirir la
competencia en caso de no tenerla.
9.- Un rechazo evidente hacia los rumores y las
críticas indiscriminadas y no informadas. El profesional nunca propaga un rumor
o ataca a sus compañeros.
10.- Un papel como modelo y ejemplo. Las personas
que entran en contacto con el facultativo tienen un buen concepto de la
profesión médica por su comportamiento.
11.- Un cuidado especial para proyectar una
imagen profesional tanto en la apariencia como en el comportamiento. El
profesional utiliza el tono apropiado al hablar, evita el lenguaje malsonante y
presta atención a su vestimenta y apariencia personal.
12.- Una profunda dedicación a su trabajo. El profesional no
abusa de las bajas o se ausenta de su trabajo con frecuencia. Es puntual y si
es necesario, en ocasiones, excede su horario laboral para asegurarse de que el
trabajo se realiza bien.
13.- La disposición a aceptar la responsabilidad
por su trabajo y a aceptar críticas. El profesional no busca a otros para
atribuirles sus errores.
14.- Un profundo respeto por la privacidad y
confidencialidad. El profesional no rompe la confidencialidad nunca.
15.- Una actitud proactiva. El profesional evita
la parálisis por el análisis o la visión tipo túnel al abordar la toma de
decisiones. Valora las opciones, toma una decisión y sigue adelante.
Si el líder enfatiza la importancia de la
profesionalidad el nivel de atención y cuidado que reciben los pacientes
mejorará.
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