Scott Berinato en hbr.org
del pasado 23 de marzo comenta que el seguimiento de la crisis actual desde laperspectiva de HBR es gratis y accesible a todos los lectores y para ello hay
que inscribirse en Daily Alert.
Plantea que es importante
dar un nombre para así reconocer lo que estamos sintiendo en la actualidad ante
la crisis del COVID – 19 y que, como muchos de sus compañeros piensan, se puede
definir como una sensación de aflicción, pena y dolor.
Si lo podemos nombrar
Berinato señala que quizás podemos gestionarlo y para ello recurre a David Kessler, el mayor experto sobre el tema y coautor con Elizabeth Kubler – Ross de
“On grief and grieving: finding the meaning of grief through the five stages of loss” y cuyo último libro “Finding meaning: the sixth stage o grief” añade un
paso más en el proceso. Es además el fundador de www.grief.com que recibe más de 5 millones de visitas anualmente procedentes de 167 países.
En su artículo Scott Berinato
recoge las ideas clave surgidas de una conversación con Kessler sobre el tema a
través de una serie de preguntas. Éstas son:
PREGUNTA. Las personas estamos experimentando muchos
sentimientos en el momento actual. ¿Es adecuado considerar que uno de esos
sentimientos es el de aflicción?
RESPUESTA: Sí y estamos sintiendo distintos tipos de
aflicción. Sentimos que el mundo ha cambiado y es verdad. Sabemos que es una
situación temporal pero no lo sentimos así y somos conscientes de que las cosas
serán diferentes. Estamos sufriendo la pérdida de la normalidad, el miedo de
las consecuencias económicas, la pérdida de conexión con otras personas, etc.
Todo esto nos afecta y sentimos dolor de forma colectiva.
PREGUNTA: ¿Estamos sintiendo más de un tipo de aflicción?
RESPUESTA: Si. Estamos padeciendo un tipo de aflicción
anticipatoria, que consiste en los sentimientos que tenemos al sentir una gran
incertidumbre sobre lo que el futuro nos puede deparar. Normalmente se centra
en la muerte. En el caso del coronavirus nuestra mente primitiva sabe que algo
malo está pasando pero no podemos verlo con lo que nuestra sensación de
seguridad se rompe y sentimos la pérdida de la misma y esta sensación, a nivel colectivo, es nueva. Estamos sufriendo a nivel micro y
macro.
PREGUNTA: ¿Qué podemos hacer los individuos para gestionar
este sentimiento?
RESPUESTA: La comprensión de las distintas fases de la
aflicción o del duelo es un comienzo. Pero hay que recordar que éstas no son
lineales y no tienen por qué ir en ese orden. Normalmente empezamos con la
negación: “Este virus no nos va a afectar”. Luego sentimos ira: “Está haciendo que
me quede en casa y que tenga que abandonar todas mis actividades”. Pasamos
posteriormente a buscar acuerdos: “ De acuerdo, si me quedo en casa dos semanas
todo estará mejor, ¿no?”, después sentimos tristeza: “No sé cuándo va a acabar esto?
Y finalmente aceptación: “Esto está pasando, tengo que ver cómo puedo actuar”.
En esta última fase de
aceptación es la más poderosa porque es en la que encontramos el control: “Puedo
lavar mis manos correctamente”, “Puedo mantener una distancia de seguridad” o “Puedo
aprender a trabajar de forma virtual”, por ejemplo.
PREGUNTA: ¿Cuándo experimentamos aflicción sentimos también
un dolor físico y cómo nuestra mente corre sin cesar. ¿Existen técnicas para
mitigar estas sensaciones?
RESPUESTA: La aflicción anticipatoria es realmente ansiedad
y éste es el sentimiento que padecemos. Nuestra mente comienza a mostrarnos
imágenes negativas y nos ponemos en los peores escenarios posibles. Esta es una
forma en que nuestras mentes intentan protegerse. Nuestro objetivo no tiene que
ser el ignorar esas imágenes o procurar que se vayan, ya que nuestra mente no nos
va a dejar hacerlo y el intento puede ser doloroso, sino el encontrar un
equilibrio en lo que estamos pensando. Si vemos que lo peor está tomando forma
debemos obligarnos a pensar en lo mejor, como por ejemplo “todos nos ponemos un
poco malos y el mundo continúa” o “No todas las personas a las que quiero
tienen que morir, quizás ninguno lo va a hacer porque estamos adoptando las
medidas correctas”. No se debe ignorar ningún escenario pero no debe dominar
uno sobre otro.
Este tipo de aflicción es
nuestra mente yendo al futuro e imaginando lo peor. Para calmarnos debemos
volver al presente y para ello podemos nombrar cinco cosas en la habitación en
la que estemos, como por ejemplo: un ordenador, una silla, un perro, un cuadro
y una taza. Luego debemos respirar y ser conscientes de que nada de lo que
hemos anticipado ha ocurrido y en el momento actual no estamos enfermos,
tenemos comida, etc y debemos utilizar nuestros sentidos para experimentar, por
ejemplo, que la mesa es dura, que la manta es blanda, que el aire penetra a
través de nuestras fosas nasales, …. De esta forma podremos
mitigar parte de la angustia.
Otra técnica consiste en pensar
en cómo podemos dejar de pensar en aquello que no podemos controlar. Por
ejemplo lo que hace nuestro vecino está fuera de nuestro control, lo que si
podemos hacer nosotros es mantener la distancia de seguridad con ellos y
lavarnos las manos. Nos debemos centrar en lo que sí podemos hacer.
Finalmente, este es un buen
momento para actuar compasivamente. Todos estamos sintiendo diferentes formas
de aflicción y miedo y se manifiesta de diferentes formas, por lo que debemos
tener paciencia y pensar en cómo es la persona realmente y no tener en cuenta
comportamientos que nos pueden doler y que pueden ser fruto de su situación actual.
PREGUNTA: ¿Un aspecto especialmente preocupante de la
pandemia es su carácter extenso y desconocido?
RESPUESTA: Es una situación temporal. Las precauciones que
estamos tomando son las correctas y podremos superarla. La historia así nos lo
dice. Es una época para sobreprotegernos pero no para exageradamente.
Y, finalmente creo que
podremos encontrar el significado de todo lo que estamos pasando. Ahora mismo
las personas están descubriendo que pueden conectarse a través de la tecnología
y que se pueden utilizar los teléfonos para mantener largas conversaciones.
Están apreciando el valor que tiene el poder pasear ( sea por donde sea) y
estoy convencido que continuaremos encontrando significados ahora y cuando todo
haya pasado.
PREGUNTA: ¿Qué decir a alguien que después de leer todas tus
recomendaciones se sigue sintiendo superado por la aflicción?
RESPUESTA: Seguir intentándolo. Es muy importante reconocer
nuestros sentimientos ya que nos ayuda a conocer lo que está pasando dentro de
nosotros. Por ejemplo muchas personas me están diciendo : “ Estoy comentando a
mis compañeros que lo estoy pasando mal”
o “ anoche lloré”. Al decirlo dejamos que las emociones se muevan. Un efecto
secundario del movimiento de auto-ayuda es que somos la primera generación en
tener sentimientos sobre nuestros sentimientos. Nos decimos cosas como: “me
siento triste pero no debería sentirme así porque hay personas que están peor
que yo”. Debemos interrumpir este pensamiento con el primer sentimiento: “Estoy
triste” y concedernos unos cinco minutos para experimentar tristeza. Nuestro
trabajo consiste en sentir nuestra tristeza, ira o miedo independientemente de
lo que los demás puedan estar sintiendo. Luchar contra ello no funciona porque
nuestro organismo está produciendo el sentimiento. Si permitimos que los sentimientos
afloren lo podrán hacer de forma ordenada y de esta forma no seremos sus
víctimas.
RECOMENDACIÓN FINAL: Debemos permitirnos sentir aflicción, miedo,
dolor y seguir avanzando.
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