Nick Morgan, en el
libro "Running meetings" ya mencionado en la entrada de la semana pasada en la que se abordaba la fase de preparación de una reunión, plantea las
siguientes directrices para dirigir de forma eficaz una reunión:
I.-
ABRIR LA REUNIÓN CON AUTORIDAD.
Implica:
1.- Comenzar la reunión
en el tiempo establecido previamente. Los asistentes que se retrasen podrán
observar que no han actuado correctamente e intentarán ser puntuales en
convocatorias posteriores. En el momento en que se incorporen no hay que volver
hacia atrás e informarles sobre lo hablado hasta el momento porque esto
significaría que se está premiando a los impuntuales.
2.- Presentar a los participantes incluyendo el nombre,
procedencia laboral y rol en la reunión.
2.- Introducir los
temas a tratar. De esta forma nos aseguramos de que el grupo tiene clara la
agenda , los objetivos y los resultados de la reunión. Es el momento de hacer
ajustes si son necesarios y de lograr la aprobación de los miembros del grupo del orden del día.
3.- Establecer o
revisar las normas generales, lo que significa acordar los principios y
comportamientos que van a contribuir a
que la reunión sea constructiva. Entre estas normas destacan:
a).- Compromiso sobre
la duración de la reunión.
b).- Decisión sobre
quién va a participar, exponiendo los temas.
c).- Acuerdo sobre cómo
se van a tomar las decisiones.
d).- Fijación de un tiempo límite para la discusión y toma de
decisiones sobre cada tema que se va a tratar. Si se sobrepasa debe contar con
la aprobación del grupo.
e).- Exposición de las restricciones,
presupuestarias, normativas,.... que existen para cada tema, con el fin de
aclarar los límites en la toma de decisiones.
f).- Identificación del
responsable final de la toma de decisiones en cada uno de los temas a tratar.
g).- Petición de
participación activa de todos los asistentes y de aportación de ideas
innovadoras.
h).- Acuerdo sobre la
forma de participación y límites de la misma así como sobre las interrupciones.
i).- Determinación de
la forma de recoger los temas que pueden surgir que son importantes pero ajenos
al motivo de la reunión.
II.-
DIRIGIR LA REUNIÓN CON HABILIDAD.
Las directrices básicas
para conseguirlo son:
1.-
Seguir y respetar la agenda. Es un aspecto
fundamental si permitimos que se introduzcan temas nuevos o la desviación sobre
lo acordado se pierde el foco y se gana la indignación de los asistentes.
Es recomendable
comenzar por un tema sencillo que implique una decisión a tomar que no plantee
complicaciones. De esta forma se va creando un ambiente agradable y de
colaboración que puede facilitar el desarrollo de la reunión cuando se plantean
temas más difíciles. Procurar estar alerta para respetar el tiempo asignado y
en el momento que el grupo llegue a un acuerdo pasar al siguiente tema sin
permitir distracciones.
2.-
Facilitar la exposición de todos los puntos de vista.
Como responsable de una reunión nos interesa conocer todas las perspectivas y
que nadie se sienta excluido y para lograrlo podemos:
a).- Hacer una pregunta
general del tipo. ¿Se nos ha olvidado algo? ¿Hemos contemplado todas las
posibilidades?
b).- Preguntar
directamente la opinión de los profesionales más tímidos o callados si vemos
que no han intervenido.
c).-Dividir el grupo en
subgrupos compuestos de por dos o tres personas, si el grupo es superior a diez
personas, para pedir que discutan el tema entre ellos y que un representante de
cada grupo exponga posteriormente sus conclusiones.
d).- Dejar tiempo para la reflexión, no precipitar la toma de
decisiones.
e).- Designar a un
participante para que actúe como "abogado del diablo" para garantizar
la presentación de distintos puntos de vista.
3.-
Mantener la reunión enfocada y centrada en los temas recogidos en el orden del día . Para conseguirlo es
útil procurar revisar y hacer síntesis frecuentes de lo avanzado, así como
hacer pausas periódicas para recordar al grupo lo que queda por abordar.
4.-
Actuar como líder. Implica ser consciente de la
responsabilidad adquirida y del rol de facilitador que se tiene que asumir.
Para ello no hay que olvidar los siguientes aspectos:
a).- Controlar el
propio nivel de participación para no dominar la reunión.
b).- Adoptar una
actitud positiva y de estímulo ante las intervenciones de los participantes.
c).- Reconocer las
aportaciones de los asistentes.
d).- Controlar las
interrupciones y a los profesionales que pretendan dominar la reunión.
e).- Intervenir si un
participante critica o ataca las ideas y contribuciones de otro de forma
inadecuada.
f).- Ser consciente de
que el silencio no significa que una persona no está participando. Respetar las
necesidades de escuchar de los demás.
g).- Destacar los
puntos en los que se ha llegado a un acuerdo para reforzar los aspectos que el
grupo comparte.
h).- Vigilar el
lenguaje no verbal de los asistentes para interpretar lo que están comunicando.
5.-
Gestionar y solucionar los conflictos que puedan surgir.
6.-
Modificar la estructura del grupo, para conseguir
realizar tareas e involucrar a los miembros del grupo. Como ejemplo se puede
dividir al grupo en subgrupos y repartir
el trabajo, con una puesta en común posterior de los resultados
obtenidos.
III.-
CERRAR LA REUNIÓN.
En esta fase debemos.
1.-
Resumir la reunión. Esta tarea la puede asumir tanto el
líder como un participante. En ella se deben resaltar los las decisiones y
puntos clave a los que se ha llegado, así como los pasos siguientes a acometer
y quién va a ser responsable de cada tarea. Este proceso sirve para atar cabos
sueltos y para aclarar posibles dudas y confusiones. Se puede aprovechar para
incluir algún mensaje motivador.
2.-
Pedir feedback sobre cómo se ha desarrollado la
reunión y sobre cómo ha funcionado el grupo, si se considera recomendable.
3.-
Preguntar si existen cuestiones o comentarios que se deseen
expresar y contestarlas o recomendar a otro profesional que pueda hacerlo.
4.-
Agradecer a los participantes sus contribuciones.
5.-
Fijar la fecha y la logística de una reunión
posterior, si se considera necesaria.
6.-
Finalizar la redacción del acta de la
reunión. En el desarrollo de la misma un profesional ha
debido tener la misión de recoger todos los aspectos importantes que se han
tratado, los acuerdos alcanzados y las responsabilidades asignadas.
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