Roi Ben- Yehuda y Tania Luna en hbr.org del pasado 3 de octubre plantean que, aunque, en la mayor parte
de los textos sobre negociación la sorpresa es considerada como una mala
decisión ( por ejemplo añadir nuevos partners, retirar una promesa u ofrecer un
ultimátum), ésta puede ser utilizada de forma más positiva para mostrar
colaboración, generar creatividad, desestabilizar patrones negativos y
conseguir una reputación positiva.
Para poder utilizar la
sorpresa de forma constructiva primero debemos comenzar por entender qué es. En
su libro “Surprise” Tania Luna junto a LeeAnn Renninger destacan que la
sorpresa no es un único estado sino que es un conjunto de estados que llaman la
“Secuencia de la Sorpresa”: parálisis, búsqueda, cambio, compartir.
Cuando nos ocurre algo
inesperado nos bloqueamos, luego nuestras mentes intentan encontrar una
explicación. Una vez que hemos llegado a una conclusión experimentamos un cambio
cognitivo y emocional, así como de nuestra perspectiva ( solía pensar que era X
y ahora creo que es Y). Wolfram Schultz, neurocientífico, opina que la sorpresa
produce un 400% de intensificación de nuestras emociones. Finalmente, para dar
un sentido a la sorpresa y reducir su carga cognitiva la compartimos con otros.
Teniendo en cuenta los
efectos desestabilizadores de la sorpresa tenemos que estar preparados en una
negociación. Aunque la preparación previa de la misma es muy valiosa es
imposible estar listo para cualquier eventualidad. Pero esperar lo inesperado
puede reducir el efecto desorientador de la sorpresa y hasta permitirnos
detectar oportunidades para emplearlo de forma positiva.
Las autoras recomiendan
emplear estas sugerencias para aprovechar el poder de las sorpresas positivas:
1.- Adoptar una actitud
inquisitiva y hacer preguntas en lugar de pasar directamente a una conclusión,
suspendiendo todo juicio. Investigaciones realizadas por Huthwaite Group han
encontrado que los negociadores expertos hacen el doble de preguntas de media
que el negociador normal. Dedican aproximadamente un 21,3% de su tiempo utilizado
en la comunicación en hacer las
preguntas adecuadas y en hacer más si la incertidumbre aumenta.
Durante todo el proceso
de la negociación y después del mismo debemos mantener un estado de curiosidad
y preguntarnos qué es lo que llevó a la otra parte a pensar como lo hacen.
2.- Decir “si, si….” En
una negociación competitiva utilizar las palabras “ si y ….” No suele ser
realista pero en cambio “si, si….” Puede crear una escenario ganar- ganar. Por
ejemplo:
a).- “Quiero pagar
menos por esta casa”. “Si, si excluimos todo el mobiliario”.
b).- “Necesito un
aumento del 10%”. Si, si puedes reducir los costes en un 10%”.
c).- “Me gustaría
trabajar desde otra ciudad”: “Si, si estás dispuesto a aceptar un salario más
bajo” o “Si, si encuentras un cliente de esa ciudad”.
Al emplear estas
palabras los negociadores se ven obligados a generar más ideas y a buscar
soluciones nuevas en lugar de atascarse en una improductiva guerra entre dos
posiciones fijas.
3.- Diseñar sorpresas.
Al tiempo que gestionamos las sorpresas podemos aprovecharlas para fomentar la
cooperación y creatividad. Por e en lugar de un comienzo convencional a una
negociación podemos empezar por decir: “ Mira, la verdad es que me siento un
poco nervioso pero quiero que el resultado sea bueno para los dos. ¿Podemos
acordar que no finalizaremos la negociación hasta que los dos nos sintamos
felices con el resultado?.
Las autoras ofrecen la
siguiente relación de “sorpresas” para desencadenar un círculo virtuoso de
mayor confianza, colaboración y solución de problemas de forma más creativa:
a).- Decir un cumplido
o pedir disculpas.
b).- Plantear más
opciones.
c).- Utilizar los
pronombres “yo” y “Nosotros”.
d).- Sentarse en el
mismo lado.
e).- Alabar
públicamente.
f).- Mostrar vulnerabilidad.
g).- Utilizar un humor
autocrítico.
Estas otras “sorpresas”,
por el contrario, favorecen la desconfianza y la llegada a un punto muerto en
las negociaciones:
a).- Insultar.
b).- Ser crítico con la
otra parte.
c).- Reducir las opciones
de negociación.
d).- Utilizar los
pronombres “tu” o “vosotros”.
e).- Utilizar un lugar
poco confortable para las reuniones.
f).- Llegar tarde.
g).- Culpar
públicamente.
h).- Mostrar una
actitud sarcástica.
Lo inesperado siempre
debe ser esperado en una negociación. Los mejores negociadores saben cómo
reducir su impacto negativo y cómo amplificar el positivo.
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