Jacob Morgan en “The future leader. 9
skills and mindsets to succeed in the next decade”, que estamos comentando,
plantea que los líderes siempre se han tenido que enfrentar a desafíos y que esto
no va a cambiar, pero que los más cruciales en el futuro cercano, según los
CEO,s entrevistados por el autor son los siguientes:
1.- Pensar a corto plazo
versus pensar a largo plazo.
2.- Liderar equipos
caracterizados por su diversidad.
3.- Adaptarse a los
avances tecnológicos y a los cambios.
4.- Formar a los empleados
para ajustar los conocimientos a las nuevas demandas y potenciar su desarrollo.
5.- Mantener el ritmo
exigido por los cambios.
6.- Atraer y retener el
talento.
7.- Determinar un
propósito social para la organización, que vaya más allá del negocio para
buscar hacer algún bien.
8.- Liberarse del apego
excesivo a lo que funcionó en el pasado.
9.- Asegurarse de que
la organización se mantiene “humana”.
Todos estos retos,
según Jacob, se pueden encuadrar en dos
categorías, según se centren en el futuro o en las personas:
A).-
MIRANDO AL FUTURO
Implica llevar a
nuestra organización hacia el futuro. En ella encontramos los siguientes desafíos:
1.-
Pensar a corto plazo versus pensar a largo plazo
Todos hemos sido
condicionados para pensar en el corto plazo. Esperamos resultados
cuatrimestrales de nuestras organizaciones, si entrenamos unos pocos meses
queremos ser considerados atletas, si construimos nuestra marca personal esperamos ser famosos
en poco tiempo y si estudiamos algo rápidamente asumimos que ya somos expertos en el tema, por ejemplo. Vivimos en
un mundo de gratificación instantánea que ha hecho que descuidemos uno de los
aspectos cruciales del éxito: la paciencia.
Como un líder que
trabaja para el futuro debemos ser capaces de variar nuestra perspectiva desde
una que se centra exclusivamente en el corto plazo a otra en la que el foco se
ponga en alcanzar el éxito a largo plazo de la organización y de las personas
que en ella trabajan.
3.-
Adaptarse a los avances tecnológicos y a los cambios
5.-
Mantener el ritmo exigido por los cambios.
Uno de los mayores desafíos
al que se tendrán que ir enfrentando los líderes en el futuro, todavía más que
en la actualidad, es el de tratar de mantenerse al día del ritmo de los cambios
y el de adaptarse a los avances tecnológicos según van surgiendo. Justo cuando
parece que hemos captado todo lo que está ocurriendo alrededor nuestro el
paisaje puede cambiar y nos podemos encontrar en lo que puede parecer un
entorno desconocido. Michael Neidorff, CEO de Centene, compañía de asistencia
sanitaria con más de 50000empleados en todo el mundo, afirma que: “El reto de la
incertidumbre es el mayor desafío al que nos tenemos que enfrentar, por lo que
incorporar la innovación y el cambio tecnológico es clave para continuar
evolucionando en el entorno actual. En lugar de considerar esto como un
obstáculo debemos verlo como una ventana hacia el futuro”.
Por tanto, los líderes
deben comenzar a abrazar la idea de que el cambio no es algo contra lo que
debamos luchar o rebelarnos. Es una certidumbre que existe en un mundo
incierto. Muchas personas se asustan ante el cambio, lo que supone una reacción
natural ya que no sabemos bien qué es lo que va a pasar una vez se materialice.
Pero si consideramos el cambio no como algo que tiene un comienzo y un final
sino como algo que va a ser continuo nos daremos cuenta de que no hay que
sentir tanto temor.
Los líderes deben ser
capaces de pensar en “los poderes del diez”, lo que implica que deben poder
mirar al entorno global pero al mismo tiempo tienen que poder entender los detalles
de lo que ese entorno significa. En términos de tecnología, por ejemplo, el
líder debe comprender las implicaciones potenciales que va a tener esa
tecnología en sus organización, en su sector y hasta en el mundo, al tiempo que
cómo puede influir esa tecnología en un profesional o tarea dentro de su
compañía. Los líderes deben ser capaces de hacer zoom hacia fuera y hacia dentro.
Al hacerlo podrán poner las cosas en perspectiva para no encontrarse de repente
el nuevo “juguetito” que aparezca en su camino. Practicar los “poderes del diez”
les ayuda a entender y decidir a donde deben ir los recursos y su tiempo.
8.-
Liberarse del apego excesivo a lo que funcionó en el pasado
Como líderes con
frecuencia sentimos la tentación de aplicar en situaciones actuales aquello que
ha funcionado en el pasado y nos podemos encontrar que no obtenemos el mismo
resultado. Solo porque algo funcionase en el pasado no podemos esperar que
funcione en el presente o en el futuro.
Los líderes deben
aprender del pasado, pero también, deben adaptarse y desarrollar nuevos
enfoques para el futuro si quieren tener éxito.
B).-
HUMANIZAR
Cualquier organización
en el mundo puede existir sin tecnología pero no puede existir sin las personas. Los CEOs de todo el mundo
reconocen que las personas son y van a continuar siendo en el futuro el activo
más valioso de cualquier organización. El reto de humanizar implica varias
cosas:
2.-
Liderar equipos caracterizados por su diversidad
En algún momento de
nuestra vida profesional todos hemos formado parte de un equipo en el que todos
tenían características similares, creían en las mismas cosas, poseían
antecedentes muy parecidos y hacían el mismo tipo de trabajo, pero ha llegado
el momento de intentar que los equipos dejen de ser tan homogéneos.
Un equipo en el que
domine la diversidad no está solo compuesto por personas que no se parecen
entre sí, sino por profesionales de distintas generaciones, culturas,
procedencias académicas, religiones, orientaciones sexuales o localizaciones,
por ejemplo. Liderar un equipo homogéneo es sencillo, el reto como líderes está
en asegurarnos que creamos equipos con diversidad y en adaptar nuestros
patrones mentales y competencias para poder liderar de forma eficaz estos
equipos.
4.- Formar a los empleados
para ajustar los conocimientos a las nuevas demandas y potenciar su desarrollo.
Nuevas tecnologías
están surgiendo continuamente y permiten que aparezcan nuevas formas de trabajo
hasta ahora desconocidas. El reto para los líderes del futuro no consiste solo
en asegurarse de que los nuevos profesionales cuenten con las competencias
adecuadas, sino también que los empleados ya existentes puedan optar a estos
nuevos roles.
Hasta ahora se asumía
que lo aprendido en las instituciones educativas sería suficiente en casi toda
nuestra carrera profesional y la mayoría de las organizaciones no tienen ni
idea de los trabajos, carreras, competencias o patrones mentales van a
necesitar en su fuerza laboral del futuro por lo que no saben con qué criterios
contratar o formar a sus profesionales.
Amazon, por ejemplo, ha puesto en marcha un programa “Upskilling 2025”
con el que van a formar a 100.000 empleados ( un tercio de su plantilla) para
adaptarse a trabajos más cualificados, lo que va a facilitar la movilidad de
estos profesionales dentro de la compañía si deciden optar por otro rol.
6.-
Atraer y retener el talento
En la actualidad y en
el futuro el mayor valor, como hemos mencionado, que tiene una organización son
sus personas. Éstas son las que diseñan los productos y servicios, construyen
relaciones con los clientes, imaginan y crean el futuro y lideran a las demás. Son
las personas las que determinarán el éxito futuro de las organizaciones.
Cada año que pasa
resulta más difícil para las compañías retener y atraer a los profesionales con
más talento. Las organizaciones están, por ello, invirtiendo activamente en aspectos
como la experiencia del empleado para crear
empresas más atractivas para trabajar. Las competencias necesarias están
cambiando y muchos líderes están ya teniendo dificultades para cubrir roles
existentes ya que los empleado cada vez tienen una mayor voz para manifestar
qué es lo que les preocupa y desean y lo que esperan ver en sus organizaciones.
Actualmente el
escenario ha cambiado y ya no se trata de que el candidato logre convencer a la
organización de que le contrate dando
razones de por qué debe hacerlo, ahora las organizaciones deben convencer a las
personas para conseguir que trabajen en ellas.
Un estudio de McKinsey
Global Institute estimaba que las compañías en Europa y Norteamérica
necesitarían 16 a 18 millones de profesionales con educación universitaria más
de los que estaban disponibles en 2020.
7.-
Determinar un propósito social para la organización, que vaya más allá del
negocio para buscar hacer algún bien
Como individuos nos importa
ser parte de una organización o hacer transacciones con una que se preocupe por
algo más que los beneficios económicos. Queremos formar parte de organizaciones
que se centren en conseguir un impacto positivo en la sociedad, la comunidad y el mundo en
general. Supone un reto porque no solo los líderes tienen que encargarse de
este cambio sino que necesitan guiar y enseñar a los demás para este cambio de mentalidad,
incluyendo a todos los agentes de interés.
Los líderes del futuro deben
ser capaces de demostrar y articular cómo el trabajo que la organización está
realizando está ayudando a que el mundo sea un lugar mejor y no solo alcanzar
grandes retornos financieros y desempeño..
9.-
Asegurarse de que la organización se mantiene “humana”
El conseguir que una
organización sea más “humana” significa que los líderes deben considerar a los
que trabajan con y para ellos como algo más que solo empleados o recursos, por
tanto, como individuos que tienen familias y amigos, temores y factores de
estrés, esperanzas y sueños, corazones y mentes, metas y aspiraciones y que
sobre todo son seres humanos como ellos. En un mundo dominado por la tecnología
con frecuencia perdemos de vista nuestra humanidad, por lo que el líder debe
recordar que él es el faro guiando sus profesionales hacia el futuro y hacia la seguridad, no hacia
las rocas.
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