W.Chan Kim y Reneé Mauborgne en INSEAD Knowledge del pasado 22 de junio plantean que el impacto de
la pandemia por Covid – 19 ha sido importante en los negocios y en la economía.
La crisis ha afectado gravemente a unas compañías y ha presentado oportunidades
para otras. En ambos casos us directivos han tenido que adaptarse a un mundo
cambiado.
De hecho la
pandemia al forzar determinados cambios puede convertirse en una bendición
disfrazada ya que nos ha hecho salir de nuestra zona de confort y cuestionarnos
creencias largo tiempo asumidas. Por ejemplo pensábamos que las reuniones cara
a cara eran imprescindibles para llegar a acuerdos o que la mejor forma de
apreciar una obra de arte era verla directamente aunque por la saturación de muchos
museos lo más que podíamos hacer era vislumbrarla a lo lejos ahora vemos que con una app de realidad
virtual es posible apreciar todos los detalles.
El reto está en
determinar cuáles de estas nuevas prácticas se van a mantener y cuáles eran
soluciones subóptimas que los consumidores van a descartar una vez superemos la
crisis.
Los autores proponen,
para ello, que los directivos utilicen una herramienta del modelo del “océano
azul”: el marco de las cuatro acciones. Basado en cuatro preguntas clave este
enfoque ayuda a los managers a tomar decisiones estratégicas.
Las dos primeras
preguntas van dirigidas a que los directivos encuentren formas de disminuir sus
costes estructurales encontrando aquellos aspectos que no dan ya valor o que
incluso lo reducen.
1.- ¿Qué
factores que en la organización se dan por sentado deben ser eliminados?
Esta pregunta
fuerza a encontrar aquellos elementos que aumentan los costes aportando pocos
beneficios para eliminarlos.
2.- ¿Qué
factores deben ser reducidos?
La pregunta
busca que los directivos determinen si productos o servicios han podido ser
sobrediseñados en la carrera para igualar o vencer a la competencia,
incrementando los costes estructurales sin ninguna ganancia´
Las dos últimas
preguntas mueven a los directivos a incrementar el valor del producto o
servicio.
3.- ¿Qué
factores deben ser incrementados y potenciados?
Esta pregunta va
dirigida a inspirar a los managers a erradicar los compromisos que los
consumidores se ven forzados a hacer normalmente causados por el fallo de la
organización para considerar que éstos buscan algo más que la oferta estándar y
básica.
4.- ¿Qué factores
que la organización nunca ha ofrecido deben ser creados?
La pregunta
supone un desafío para que los directivos ofrezcan nuevos tipos de valor para
los clientes y creen una nueva demanda al llegar a nuevos consumidores.
Durante la
pandemia muchas compañías han recurrido a soluciones digitales y ahora que parece que comienza a remitir es
el momento en que los directivos deben reflexionar sobre si las soluciones
digitales ofrecen mejoras en el valor para los clientes o si solo tratan de
replicar lo que se ofrecía tradicionalmente offline. Si éste es el caso pensar
si la organización va a poder sobrevivir a la competencia online y offline en
un mundo postcrisis y contestar a las cuatro preguntas anteriores para ofrecer
un valor diferenciado y alejarse de la competencia, utilizando las cuatro
acciones para recombinar lo mejor de los mundos digital y físico para crear ese
valor diferencial a un coste bajo para los consumidores.
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