Peter Bregman en hbr.org del pasado 14 de febrero plantea que a todos nos gusta recibir feedback siempre que sea positivo, pero no si es negativo. En este último caso hasta le hemos cambiado el nombre y le llamamos feedback constructivo.
El feedback lo tenemos que considerar como un valioso regalo irremplazable ya que
necesitamos saber cuándo estamos haciendo cosas que no salen como se esperan y
su resultado no responde a nuestras intenciones y frecuentemente la única forma
de que seamos conscientes de ello es a través del feedback.
Pero en muchas ocasiones no queremos aceptarlo o lo
rechazamos porque no nos gusta que nos digan que no estamos haciendo bien algo
o descubrir nuestros “puntos ciegos” cuando creemos que estamos realizando un
trabajo bueno, por lo que nos cuesta estar de acuerdo con lo que nos dicen
inmediatamente. Esta situación se presenta de forma más clara en los líderes
los cuales debido a su rango y poder con frecuencia no reciben información
clara y verdadera sobre sus actuaciones, por lo que no es inusual que los
líderes se pongan a la defensiva si reciben críticas sobre su liderazgo.
Bregman recomienda que si en alguna ocasión vemos que
reaccionamos de alguna de las formas recogidas en el listado siguiente seamos
conscientes de que nuestro ego está interfiriendo negativamente en nuestro
aprendizaje. Son:
1.- Sentirnos víctimas: “Si es verdad, pero no es mi
culpa”.
2.- Sentirnos orgullosos: “Si es verdad pero es algo
bueno”.
3.- Minimizar: “Realmente no tienen tanta importancia”.
4.- Negar: “ Yo no he hecho eso”.
5.- Evitar: “Yo no necesito realmente ese trabajo”.
6.- Culpabilizar: “El problema reside en las personas
que me rodean. Me equivoqué al contratarlas”.
7.- Neutralizar: “ Existen muchos casos en los que he
actuado de forma diferente”.
8.- Atacar: “He podido hacer esta cosa horrible pero
tu has hecho estas otras cosas horribles”.
9.- Rebatir: “ Tú no sabes nada sobre el tema”.
10.- Desviar: “Ese no es el verdadero problema”.
11.- Invalidar: “He preguntado a otros y nadie
coincide con tu feedback”.
12.- Bromear: “
No sabía que yo era tan impresentable”.
13.- Exagerar: “Esto es terrible. Soy realmente
horrible”.
Si queremos recibir bien el feedback y el ego parece
que está interviniendo lo mejor es optar por una respuesta del tipo: “
Agradezco sinceramente que hayas dedicado tiempo y esfuerzo para darme feedback.
Muchas gracias”.
De esta forma estaremos aceptando el regalo que nos
dan, estaremos escuchando y nos mostraremos agradecidos. Esta respuesta
comunica los demás que es seguro ofrecernos feedback con lo que conseguiremos
que se muestren más dispuestos a darnos su opinión directamente y no a hablar
de nosotros a nuestras espaldas.
Otra ventaja consiste en que una vez que dejemos de
defendernos del feedback de manera externa lo iremos haciendo a su vez
internamente.
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