lunes, 28 de julio de 2025

EL CAMINO DEL LIDERAZGO : ALTRUISMO

 


Dana MaorHansWerner KaasKurt Strovnik y Ramesh Srinivasan, asociados senior en McKinsey & Company, en"The journey of leadership. How CEO,s learn to lead from the inside out”, presentan el enfoque “paso a paso” que siguen en la compañía para ayudar a transformar a los líderes, tanto desde una óptica profesional como personal, para tener éxito como CEO,s.

Este proceso de liderazgo centrado en las personas de “dentro a fuera”,  se caracteriza por tener dos partes principales, la primera se centra en los aspectos emocionales, psicológicos y humanos de liderarnos a nosotros mismos (podemos llamarla: “Comienza contigo”) .

En esta primera parte el líder va a aprender a escuchar a su ser interior y a superar sus barreras y prejuicios, así como a tener claro qué es lo que desea alcanzar. Esto va a requerir que examine su situación sin prejuicios, centrándose en 6 características:  las dos primeras humildad y  seguridad y confianza en uno mismo las hemos comentado en una entrada anterior.  La tercera es:

III.-SENCILLEZ, ABNEGACIÓN Y ALTRUISMO (DEJA DE INTENTAR DEMOSTRAR QUE ERES EL MEJOR)

En ciertos casos el líder se siente inseguro sobre su posición y piensa que tiene que probar su superioridad ante los demás. Esto le puede llevar a que en lugar de abrirse a las distintas opiniones y a cambiar su mente cuando sus colaboradores tengan una idea mejor que la suya, mantenga un patrón mental de que él tiene que tener siempre la razón.

Es un problema muy frecuente ya que nuestro ego nos da un falso sentimiento de superioridad, que abre un boquete entre nosotros y nuestro equipo. Debemos dejar de pensar en intentar probar que somos los mejores a pensar en lo que es mejor para nuestra organización. En lugar de tener un patrón mental rígido, tener uno flexible por el que cuando los datos lo demuestren podamos cambiar de opinión y poner a nuestra organización por delante de nuestro ego. No tenemos que intentar demostrar a los demás lo grandes que somos. Si queremos conseguir que nuestro equipo y nuestra compañía sean más eficaces debemos dejar nuestro ego a un lado.

Tener ego no es malo. Todos los líderes necesitan poseer una auto imagen bien desarrollada. Pero los problemas surgen cuando los líderes tienen un ego inflado, que les lleva a la necesidad de sentirse grandiosos. Un ego excesivo en ocasiones procede de la necesidad de demostrar algo a alguien, sean nuestros padres, parejas, compañeros o hasta a nosotros mismos. Es una fuerza poderosa que puede evitar que demos lo mejor de nosotros mismos. En el trabajo el ego puede desencadenar malos comportamientos, como la arrogancia y autopromoción que pueden hacer que los demás no quieran trabajar con nosotros. El objetivo es desarrollar un ego sano, anclado en una autoestima sana.

Este tercer elemento del liderazgo  el altruismo implica aprender a reconocer cuando estamos actuando con un sentimiento inflado sobre nosotros mismos  y si lo estamos haciendo aplastar esa tendencia poniendo los intereses de la organización por encima de nuestra gloria personal.

Los líderes excelentes cuando toman decisiones importantes piensan primero en los valores. se dicen a si mismos que están aquí para crear valor para la organización o sistema al que sirven, no para ellos. Esta idea de liderazgo de servicio hace que se pregunten si la decisión que piensan tomar es la mejor para la organización, para el propósito de ésta y para sus profesionales o es el ego el que está dominando y hace que se centre en lo que es mejor para él.

Los mejores líderes, también, tienen la seguridad en si mismos adecuada para poder escuchar a los demás sabiendo que el hacerlo no pone en cuestión su credibilidad. De hecho tiene el efecto contrario y habiendo escuchado a todos los grupos de interés y conocido sus perspectivas, tienen la seguridad para tomar la decisión correcta, aunque no sea la más popular, ni la obtenida por consenso o para agradar a los grupos de interés Están dispuestos a cambiar de opinión si es lo apropiado una vez que han escuchado a los demás.

La historia está llena de personas que fueron capaces de olvidar su ego persiguiendo un bien mayor, como por ejemplo podemos destacar las figuras de:

a).- Mahatma Gandhi que con frecuencia rechazó poder y riqueza y hasta puso su salud y vida en riesgo por liderar la resistencia no violenta al gobierno británico en la India.

b).- Nelson Mandela que, a pesar de ser encarcelado durante veintisiete años por el gobierno sudafricano nunca perdió de vista su meta de acabar con el apartheid y eventualmente consiguió su fin y liderar la nación.

 c).- Abraham Lincoln es en el caso de Estados Unidos el más notable ejemplo de líder altruista y de servicio Estuvo dispuesto a poner las necesidades de su país sobre la acumulación de poder personal, lo que le permitió acabar con la esclavitud y preservar la unión en Estados Unidos. En su libro “Team of Rivals” la historiadora Doris Kearns Goodwin explica cómo durante la guerra civil norteamericana Lincoln, poniendo su ego a un lado,  fue capaz de reclutar el mejor equipo de colaboradores, aunque fuesen sus  oponentes más destacados y fieros, en lugar de contar con personas que siempre le diesen la razón. . Sabía que no podía él solo sacar al país de la crisis que estaba experimentando si no contaba con las opiniones diversas, teniendo la humildad de fomentar el debate y las discusiones, de escuchar y de cambiar de opinión si lo consideraba necesario.

En contraste con esta actitud, muchos CEO,s dedican demasiada energía a tratar de probar lo grandes que son, en lugar de procurar hacer su trabajo de la manera más eficaz y productiva posible, al estar más obsesionados en su glorificación que en crear valor para su organización.

Cuando la estrategia de una organización debe cambiar, con frecuencia no es muy fácil acometer esta modificación ya que muchas veces el líder ha dedicado mucho tiempo, recursos y prestigio personal a la antigua estrategia y, de repente admitir que la organización necesita una nueva dirección no es fácil de asimilar.  Podemos pensar que al abandonar o ajustar el plan actual perderemos influencia a los ojos de nuestros empleados o que nos considerarán indecisos o pensarán que estamos muy confundidos y dubitativos. A pesar de todo es mejor para los líderes que dejen sus egos a un lado y abracen el nuevo plan. Un líder altruista no se preguntaría cómo puede construir su reputación en el rol que desempeña, por el contrario, se preguntaría qué tipo de organización iba a dejar atrás, qué lideres había desarrollado e impulsado y si había llevado la organización hacia delante y tomado las decisiones adecuadas, aunque en ocasiones pudiesen haber tenido un coste para él.

Para suavizar y hacer menos doloroso el hecho de cambiar de curso de acción ayuda el contar con un método para tomar decisiones que asegure que los valores de nuestra organización se mantienen y que justifique la necesidad del cambio. De esta forma, si es necesario un cambio de rumbo y la nueva decisión encaja con los valores culturales de la organización las personas estarán más dispuestas a entenderle y aceptarle.

Por tanto, los buenos líderes no solo aprenden a ser altruistas y a vencer a sus egos, también procuran  institucionalizar el proceso para hacerlo, por ejemplo, a través dela definición de principios éticos que sirvan de guía para  sus comportamientos y decisiones.

Los autores recomiendan que nos hagamos las siguientes preguntas para averiguar si estamos actuando movidos por nuestro ego, en lugar de por la búsqueda de lo que es bueno para la organización:

1.- ¿Qué parte de mí está tomando la decisión? ¿Es la parte creativa, valiente, apasionada y arriesgada  o la que evita el conflicto y busca la aprobación?

2.- ¿Estoy tomando una  decisión que tiene más que ver con mi propia reputación y ego o con la organización que voy a dejar atrás?

3.- ¿Cómo y cuándo voy a estar dispuesto a cambiar de opinión, basándome en lo que escucho de los demás?

4.- ¿Tengo la confianza en mí mismo suficiente para escuchar a los demás sin sentir que mi credibilidad está siendo cuestionada?

5.- ¿Tengo la seguridad en mí mismo suficiente para, una vez escuchados todos los grupos de interés y a sus perspectivas , tomar la decisión adecuada, no la más popular, ni la movida por consenso ni diseñada para agradar a los grupos de interés?

6.- ¿Cómo y cuándo estoy dispuesto a cambiar mis opiniones e ideas basándome en lo que escucho de los demás?

7.- ¿Cómo puedo saber si mis creencias y presunciones son equivocadas y deben modificarse o si  necesito buscar  de forma objetiva opciones mejores y diferentes?

Tomar decisiones basadas en el bien de la organización, centrándonos en los objetivos o prioridades que van a impulsar el éxito de nuestra organización, es la muestra definitiva de altruismo. Ser capaz de ir más allá de nuestro propio interés y ego para conseguir alcanzar lo que es mejor para nuestro equipo, organización y sociedad que nos rodea es crítico para tener éxito y es la mejor definición de un liderazgo altruista. Pero, para poder asegurarnos de que estamos teniendo los mejores pensamientos y perspectivas de los compañeros consejeros y amigos tenemos que introducir la vulnerabilidad como elemento importante del liderazgo.

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario