I.-
GENERAR COMPRENSIÓN Y DESPERTAR CONCIENCIA DE LA SITUACIÓN.
Con estas habilidades
se pretende ayudar a la persona que recibe el coaching “el “jugador”, según
Downey), a entenderse mejor a sí mismo y a su situación para que pueda tomar
mejores decisiones, que las que hubiera tomado previamente. Son:
1.-
ESCUCHAR PARA COMPRENDER. Si queremos lograrlo debemos evitar
que nos distraigan una serie de interferencias, entre las que destacan:
a).- Las conversaciones
de otras personas.
b).- Lo que pensaba que
iba a decir el “Jugador”.
c).- Lo que pensaba que
debía decir.
d).- La sensación de
aburrimiento.
e).- Ya he decidido lo
que tiene que hacer.
f).- Ya he pensado yo
en lo que está diciendo.
g).- Lo que yo pienso
es más interesante.
h).- Estoy pensando en
mi respuesta.
g).- Estoy pensando en
la siguiente pregunta.
Existen tantas cosas en
nuestra mente que es difícil dejar un espacio para escuchar al otro. Para
conseguirlo podemos empezar por ser conscientes de cuándo no estamos escuchando
e intentar que nuestra atención vuelva al orador. Esta táctica tiene el
inconveniente de que puede ser que cuando nos demos cuenta sea demasiado tarde.
En este caso lo que debemos hacer es reconocer nuestro fallo. Normalmente el
orador no se va a sorprender porque lo habitual es que hubiese percibido que no
estábamos escuchando.
Otra estrategia
consiste en utilizar una disciplina que consiste en “gestionar los ciclos de comunicación” y que
se usa para gestionar conversaciones que necesitan un alto nivel de
entendimiento. La primera parte del ciclo se llama iniciación y en ella el
coach hace alguna pregunta o da alguna instrucción al “jugador”. La segunda
parte es la de la respuesta en la que el “jugador” habiendo entendido la
Iniciación responde de forma congruente con lo planteado en la fase previa. El
ciclo se completa cuando el “jugador” está seguro de que ha sido entendido, por
lo que la última etapa se llama de reconocimiento. Ésta se presentará como una
síntesis de lo expuesto por el “jugador”, para que el coach se cerciore de que
ha entendido lo que quiere decir el “jugador” y éste se asegura de haber sido
entendido completamente. El ciclo se completa y comienza uno nuevo.
2.-
REPETIR, PARAFRASEAR, RESUMIR. Cuando lo hacemos puede
suceder que el “jugador” al escucharnos pueda generar nuevas ideas, ya que al
oír de nuevo lo que proponemos de forma externa es posible distanciarnos y
poder apreciar otras perspectivas. Este fenómeno es la razón por la que cuando
encontramos que tratar de solucionar los problemas de los demás es más
sencillo que hacerlo con los propios.
a).-
Repetir transmite al “jugador” el mensaje de que al menos
hemos escuchado sus palabras. Lo que no implica que las hayamos entendido.
Tiene su lugar en el proceso de coaching cuando una palabra o una determinada
serie de palabras tienen un significado especial para el “jugador”. Esto es todavía más importante cuando subyace
un tono emocional, ya que si hemos sido capaces de captarlo es una demostración
de que hemos entendido.
b).-
Sintetizar es otra muestra de que hemos entendido al ser
capaces de presentar las ideas de forma resumida o de extraer la esencia de las
mismas.
c).-
Parafrasear. Difiere de la anterior en que
conscientemente escogemos sustituir nuestras palabras por las del “jugador”. Lo
podemos hacer para comprobar nuestra comprensión o porque creemos que esas
palabras expresan mejor lo que el “jugador” quiere transmitir.
En coaching estas
herramientas se utilizan, sobre todo, en los casos en que el “jugador” ha
mencionado diversos puntos. Otra forma de utilizarlas es hacer que el “jugador”
sea el que sintetice o parafrasee. Sirve para aclarar lo que es verdaderamente
importante para éste. Es también un truco si hemos perdido el hilo de la
conversación y no queremos reconocerlo.
3.-
AGRUPAR. Es la habilidad de identificar los temas principales
en una conversación y de comunicarlo al “jugador”. En ocasiones éste se
enfrenta a problemas muy complejos y el coach puede identificar varios
elementos para facilitar la comprensión y el análisis, por ejemplo “Hasta el
momento has mencionado en la categoría de vegetales a los guisantes y a las
zanahorias y en la de frutas a las manzanas, naranjas y peras”.
4.-
CALLAR. Los coaches noveles temen los silencios en el
transcurso de las conversaciones de coaching y siguen preguntando para
evitarlos, con lo que se pierden valiosas reflexiones. El silencio es muy
importante en el proceso de coaching porque suele implicar que el “jugador” está
ocupado pensando o procesando la información y que cuando esté preparado
hablará.
Existe, naturalmente,
otro tipo de silencio que se produce cuando el “jugador” no sabe lo que se
supone que tiene que estar haciendo, en cuyo caso el coach es el responsable de
hacer que la sesión avance. Es relativamente fácil saber cuando alguien está
pensando algo, ya que el “jugador “ va a estar concentrado y va a tener muchos
movimientos oculares y cuando no lo hace ya que estará distraído y tendrá una mirada
vacía. Por tanto, es conveniente observar las señales físicas.
5.-
HACER PREGUNTAS SOBRE LOS INTERESES. Otra táctica para
profundizar en nuestra comprensión es la de hacer preguntas que se centren en
los intereses del “jugador”.
6.-
HACER PREGUNTAS PARA ACLARAR. Son aquellas que
comienzan por qué, quién, dónde y cuándo, así como a las que hacen referencia a
cómo o cuánto.
Preguntas
Qué. Son útiles cuando el “jugador” utiliza un término:
a).- Desconocido para nosotros:
“Jugador”: No contaron
conmigo para el protocolo de TCA
Coach: ¿Qué significa
TCA?
“Jugador”: Trastornos
de la conducta alimentaria.
b).- Confuso, por lo que no tenemos claro lo que quiere decir.
“Jugador”: En esta
empresa no me reconocen nada.
Coach: ¿A qué te
refieres cuando hablas de reconocimiento?
“Jugador”: A que de vez
en cuando me digan que lo estoy haciendo bien.
En una sesión de
coaching el coach no puede permitirse el lujo de no entender una palabra o
confundir el significado de la misma.
Preguntas
Quién. Son útiles de dos formas:
a).- Cuando el
“jugador” utiliza un pronombre (el, ella, ellos, ello,…), pero no tenemos claro
a quién se está refiriendo.
“Jugador”: Le dijo a
ella que debían hacer las cosas juntos.
Coach: Déjame
verificar: ¿Quién lo dijo específicamente? ¿A quién se lo dijo? ¿Qué es lo que
debían hacer juntos?
b).- Para conseguir una
lista completa de todas aquellas personas que pueden tener un impacto en el
tema que estamos tratando en la
conversación de coaching.
Coach: ¿Quién está
involucrado? ¿Quiénes son los otros miembros del equipo?
Preguntas
Dónde y Cuándo. Facilitan la localización espacial y
temporal.
“Jugador”: Estoy
completamente atascado con este informe.
Coach: ¿Exactamente
en qué parte del mismo te has atascado?
“Jugador”: Bueno, la
mayor parte de él ya lo tengo preparado, pero estoy teniendo dificultades para
redactar las conclusiones.
En este caso al
identificar el coach la causa específica del problema puede continuar la sesión
de coaching con mayor eficacia.
“Jugador”: Hablaré
pronto con Pablo.
Coach: ¿Cuándo
exactamente?
“Jugador”: Mañana,
antes de las 12 horas.
En este caso un
compromiso superficial, que puede ocasionar malentendidos, ya que pronto se
puede referir a pocos minutos o a unas semanas, se convierte en un compromiso
firme.
Preguntas
Cómo. Siempre se sutilizan en conexión con verbos de
acción. Facilitan con rapidez información de alta calidad.
“Jugador”: Necesito
aprender a dirigir mejor a mi equipo.
Coach: ¿Cómo piensas
aprender?
“Jugador”: No estoy
seguro. Creo que les observaré y leeré algo sobre el tema y luego lo pondré en
práctica.
El “jugador”, en este
ejemplo, prácticamente ha definido un plan de acción.
Preguntas
Cuánto. Añaden claridad cuando se están considerado asuntos
que tienen que ver con cantidad, tamaño
o escala.
“Jugador”: Nos vamos a
quedar cortos en nuestras previsiones de ventas.
Coach: ¿Por cuánto?
“Jugador”: Un 10%,
Otra versión que sirve
para concienciar puede ser:
“Jugador”: Estoy muy
preocupado por la estrategia que Carlos presentó ayer.
Coach: ¿Define tu preocupación
en una escala del uno al diez?
“Jugador”: Es una buena
pregunta. Creo que realmente sólo en un nivel 3 o 4
Coach: ¿Crees,
entonces, que debemos hablar de ello ahora?´
“Jugador”: No creo que
es mejor que abordemos el tema de mi presentación la semana que viene.
Si la respuesta hubiese
sido un ocho, por ejemplo, indudablemente en la sesión de coaching se habría
abordado el tema.
El autor señala que ha
excluido las preguntas Por qué de la
lista de preguntas que sirven para clarificar porque frecuentemente desembocan
en razones, justificaciones y excusas que no sirven para despertar la
conciencia. Es mejor utilizar preguntas tipo: ¿Cuál es tu propósito con esto?,
¿Cuáles fueron las razones para tomar esa decisión? O ¿Qué es lo que hace que
eso sea importante para ti?
Downey propone otra
serie de preguntas que pueden ser muy útiles en una conversación de coaching y
que van dirigidas a conseguir que el “jugador”:
a).- Sea específico.
“Jugador”: Esta ha sido
una conversación muy útil. Pondré en práctica en las dos próximas semanas
alguna de las cosas que hemos analizado.
Coach: Muy bien. Díme
específicamente ¿qué cosas vas a hacer y cuándo?
b).- Se comprometa.
“Jugador”: Creo que
intentaré dar feedback a María..
Coach: Pareces un poco
dubitativo. ¿Qué es lo que vas a hacer realmente?