Patrick Lencioni, en “The 6 types of working genius. A
better way to understand your gifts, your frustrations, and your team”, plantea
que los trabajos son con frecuencia una fuente de frustración par a las personas
y que las causas se pueden encontrar, por ejemplo, en los malos jefes, un
liderazgo pobre en la organización, relaciones rotas con los compañeros y el
hecho de tener que realizar tipos de trabajos que no coinciden con sus talentos
naturales.
En la mayor parte de
nuestras horas despiertos tenemos que realizar algún tipo de trabajo, ya sea,
por ejemplo, poner en marcha una
compañía, atender a los clientes o planificar unas vacaciones, en solitario o
con mayor frecuencia en compañía.
Lencioni defiende que
todo trabajo debe ser digno y satisfactorio, tanto en términos de la
experiencia en sí como de los resultados que produce y aunque cada trabajo
implica realizar tareas que no nos apasionan y, en ocasiones, encontramos tediosas
o frustrantes, debemos procurar saber sacar el máximo partido al trabajo.
El primer paso, y el
más importante, consiste en entender que cada uno de nosotros disfrutamos en
distintos tipos de trabajo, para ver cuál es el que se adapta mejor a nosotros.
para poder hacerlo el autor ha definido un modelo que llama: “los seis tipos de genios en el trabajo”
que integra 6 capacidades generales que mostramos en el trabajo. Éstas son:
1.-
EL GENIO DEL CUESTIONAMIENTO
Se relaciona con la
habilidad de especular, meditar y
cuestionar el estado de las cosas, haciendo las preguntas que provoquen
respuestas y acción. Las personas que poseen este “genio” se muestran
naturalmente inclinadas a hacer esas cosas. Encuentran fácil el perderse en la
observación del mundo que les rodea, para, posteriormente, preguntarse si las
cosas podrían ser diferentes o si existe un potencial oculto que debe ser
descubierto.
2.-
EL GENIO DE LA INVENCIÓN
Se relaciona con las
nuevas ideas y soluciones. Las personas que poseen este “genio” son creativas y
originales y muchas de sus ideas parece que vienen de la nada.
3.-
EL GENIO DEL DISCERNIMIENTO
Se relaciona con la
intuición, el instinto y los juicios insólitos. Las personas que poseen este “genio”
tienen una capacidad natural para evaluar una idea o situación, aunque no
tengan muchos datos o conocimientos y experiencia sobre el tema. Utilizando
patrones de reconocimiento y su instinto son capaces de ofrecer consejos
valiosos y feedback sobre los temas en una forma que trasciende sus niveles de
información o conocimientos específicos.
4.-
EL GENIO DE LA MOVILIZACIÓN
Se ocupa de motivar,
unificar y provocar a las personas para que actúen en relación a una idea o
iniciativa. La personas con este “genio” tienen la capacidad natural para
inspirar y captar a los demás para
involucrarse en un empeño. No tienen problemas y no les importa persuadir a los
demás a que cambien o revisen sus planes para embarcarles en algo que merece la
pena.
5.-
EL GENIO DE LA FACILITACIÓN
Implica ofrecer a las
personas apoyo y asistencia de la forma que necesiten. Las personas que poseen
este “genio” suelen responder a las necesidades de los demás sin condiciones o
restricciones. Sienten una inclinación natural a ayudar a los otros a alcanzar
sus metas y con frecuencia pueden anticipar lo que los demás vana a necesitar
antes de que éstos lo pidan. Los individuos con este “genio” con frecuencia no
son conscientes de que éste es un genio.
6.-
EL GENIO DE LA TENACIDAD
Se relaciona con la
satisfacción por completar las cosas. Las personas que poseen este “genio” no
son solo capaces de terminar los proyectos, sino que tienen una inclinación
natural hacia ello y a asegurase de que
se han completado de acuerdo a las especificaciones. Incrementan su energía
superando los obstáculos y viendo el impacto de su trabajo y sienten placer al
tachar las tareas de su lista por estar finalizadas.
Ninguna persona puede
considerar que destaca en todos los genios. Todos poseemos áreas o categorías en
las que destacamos, áreas en las que tenemos problemas y otras que están entre
éstas:
a).-
Area de genialidad. Cada uno de nosotros tienen dos áreas
en las que destacamos en el trabajo. Éstas están compuestas por las actividades
que nos aportan alegría, pasión y energía. Como resultado solemos ser muy
buenos en estas áreas, por lo que lo mejor para nosotros y para nuestra
organización es que podamos realizar gran parte de nuestro trabajo, si no puede
ser todo, en estas áreas.
b).-
Área de competencia. La forman dos de los 6 “genios” y son
las actividades que consideramos que nos son completamente agradables ni
desagradables por lo que podemos hacerlas bastante bien o muy bien. La mayor
parte de las personas pueden operar en ene área de competencia suficientemente
bien por un tiempo, pero eventualmente nos cansaremos si no podemos ejercitar
nuestros verdaderos “genios”.
c).-
Área de frustración. Finalmente, todos nosotros solemos
enfrentarnos en nuestra vida laboral a dos tipos de trabajo que pueden
arrebatarnos nuestra energía y disfrute y nos frustran. Normalmente nos cuesta
realizar estas actividades y aunque nadie puede evitarlas completamente en
algunas ocasiones, si dedicamos mucho tiempo a este tipo de actividades nos
sentiremos mal en el trabajo y podremos terminar fracasando.
Los “genios” se pueden
clasificar, también, en función de si primariamente son disruptivos o receptivos. Los segundos tienden a responder a un
estímulo externo para comenzar una acción, mientras los primeros, por otro
lado, provocan o inician los cambios cuando ven la necesidad de ello, aunque
nadie no esté pidiendo. Son más proactivos en la forma en la que interactúan
con un proyecto o iniciativa.
Algunas personas
tendrán dos “genios” receptivos, lo que significa que pueden mostrarse más
cautos a la hora de iniciar una actividad. Otras tendrán dos “genios”
disruptivos por lo que tendrán a provocar la acción y otras tendrán uno de cada
tipo.
Entender esta mezcla de
receptividad y disrupción puede servirnos de ayuda para confirmar cuáles son
nuestras áreas de "genialidad" cuando no estamos seguros. También resulta
útil para ayudarnos a entender por qué las personas interactuamos con el
entorno de una manera determinada, lo que sirve para evitar que efectuemos
valoraciones o juicios inexactos sobre su actitud o aptitud.
Los tres “genio”
receptivos incluyen el del cuestionamiento, discernimiento y facilitación. Las
personas con el “genio” del cuestionamiento responden a su entorno observando
la organización, industria o mundo que les rodea para poder generar preguntas,
sin necesariamente pretender cambiar el mundo alrededor. Las que tienen el “genio” del discernimiento
responden a las ideas o propuestas de los inventores, ofreciéndoles feedback o
consejos. Tienen un papel muy importante en el proceso de innovación pero no
suelen necesariamente provocarlo. Aquellas personas con el “genio” de la
facilitación responden a los requerimientos de otros, con frecuencia de un “movilizador”
pidiendo ayuda. Están preparados para facilitar lo que se necesite, pero no suelen
iniciar el apoyo hasta que es necesario.
Los tres “genios” disruptivos
incluyen el de la invención, movilización y tenacidad. Las personas con el “genio”
de la invención ven un problema y aportan una solución que desafía el estatus
quo. Las que tiene el de la movilización inician los cambios movilizando a los
demás, pidiéndoles que se incorporen a un proyecto o programa. Reclutan,
organizan e inspiran a los demás, lo que ocasiona la disrupción suficiente para
que cambien sus prioridades hacia lo que necesita hacerse. Las personas que poseen
el “genio” de la tenacidad son disruptivas al identificar los obstáculos o
barreras y superarlos. Están decididas a finalizar un proyecto
independientemente de lo que encuentren en el camino. Generan los cambios que
sean necesarios para alcanzar el éxito, independientemente de las disrupciones
que ocasionen en el proceso.
Es frecuente que las
personas valoren más los “genios” disruptivos que a los receptivos, lo cual resulta
incorrecto y peligroso. Ambos deben alternarse en el curso del trabajo, creando
una especie de equilibrio y de sinergia que es necesario.
Considerar los
distintos tipos de “genios” es importante para los profesionales que lideran equipos,
proyectos y organizaciones. Lencioni ha identificado tres fases en el trabajo
de la que surgen los seis tipos. Éstas son:
a).-
Ideación. Incluye tanto el cuestionamiento como la invención.
Esta es la parte del trabajo asociada con la identificación de las necesidades
y la propuesta de soluciones. La innovación suele estar conectada en esta
etapa. Antes de que la invención tenga lugar alguien debe hacerse una gran
pregunta o identificar una necesidad. Este es el primer paso crítico en
cualquier tipo de trabajo y facilita el contexto para la invención.
b).-
Activación. Incluye el discernimiento y la
movilización. En esta parte del trabajo se deben evaluar los méritos de las
ideas o soluciones propuestas durante la ideación, para después, movilizar a
las personas alrededor de las ideas o soluciones sobre las que merece la pena
actuar. La mayor parte de las organizaciones no suelen ser conscientes de que
esta etapa existe lo que ocasiona que salten de la primera fase o de ideación a
la tercera y última.
c).-
Implementación. Incluye la facilitación y la tenacidad
y se ocupa de que las cosas se hagan. Ya sea respondiendo a una llamada a la acción
o consiguiendo que esa acción llegue a las etapas finales de finalización estos
“genios” son los que aseguran que las grandes ideas, aquellas que han sido
discernidas y movilizadas, lleguen a materializarse.
El aspecto más
importante de comprender las tres fases es el reconocer que la de activación
existe y que podemos evitar pasar directamente de la ideación a la
implementación. Cuando las organizaciones se saltan la etapa intermedia con
frecuencia se preguntan las razones por las que suelen fracasar ya que lo que
suele ocurrir es lo siguiente:
Las personas que
realizan la ideación se sienten frustradas cuando sus ideas no se materializan
y culpan a los implementadores, preguntándose cómo no pueden ejecutar su
fantásticas invenciones. Al mismo tiempo, los implementadores también s e
sienten frustrados por la falta de éxito y se preguntan por qué los que ideaban
no les ofrecieron mejores ideas para implementar en primer lugar.
Sin una activación
adecuada hasta las buenas ideas no son apropiadamente revisadas, modificadas y
mejoradas (discernimiento) y las personas no serán adecuadamente formadas e
inspiradas (movilización). Simplemente entendiendo la naturaleza e trascendencia
de la activación muchos equipos son capaces de realizar importantes y
significativas mejoras para el éxito de sus iniciativas.