Madsen Pirie, presidente del
Instituto Adam Smith, en su libro “How to win every argument. The use and abuse of logic” (“Cómo ganar todos los debates. El uso y el abuso de la lógica”), facilita una guía
completa de cómo se puede usar y desde
luego abusar de la lógica en las discusiones.
El autor
plantea que un razonamiento sensato es la base para ganar un debate. Las falacias lógicas minan los argumentos.
El conocimiento de las mismas es útil, tanto para detectar las que los demás
pueden estar utilizando involuntariamente o voluntariamente y saber cómo
defendernos de ellas como para emplearlas en determinadas ocasiones. Las
clasifica en 5 tipos:
I.- FORMALES. Presentan algún error en su
estructura lógica. Aunque con frecuencia se asemeja a formas válidas de
argumentación la cadena de razonamiento es defectuosa (“la escalera nos lleva
de A a B a través de escalones ausentes o rotos”).
Las falacias
informales, por el contrario, a menudo utilizan razonamientos válidos, pero lo
hacen en términos que no ofrecen la suficiente calidad. Pueden ser:
II.- INFORMALES LINGUÍSTICAS. Permiten ambigüedades en el lenguaje
para inducir a errores.
III.- INFORMALES DE OMISIÓN. Omiten algo necesario para apoyar
un argumento.
IV.- INFORMALES DE INTROMISIÓN. Introducen factores irrelevantes
para que tengan peso e influyan en las conclusiones.
V.- INFORMALES DE PRESUNCIÓN. Favorecen que suposiciones sin justificar alteren las
conclusiones.
Vamos a ir
analizándolas:
I.- FALACIAS FORMALES:
Entre ellas
tenemos:
1.- Confirmación de las consecuencias. Vemos un hecho y pretendemos que es
consecuencia de una sola causa Por
ejemplo: “Si dejo caer un huevo se
rompe. El huevo está roto por lo que he debido dejarlo caer”. No contemplamos
las distintas razones por las que se ha podido romper. Si queremos utilizar la
lógica de forma válida debemos afirmar la primera parte para deducir la segunda.
En esta falacia afirmamos la segunda parte en un intento de deducir la primera.
No considera que un hecho se puede producir por diversas causas. Mirando una
situación no podemos asegurar que se haya visto involucrada exclusivamente una
sola causa: “Si los chinos buscan la paz apoyarían los intercambios culturales
y deportivos. Como apoyan estas acciones sabemos que quieren la paz.” Esta
conclusión puede ser la más plausible, pero pueden existir otras muchas razones
que favorezcan estos intercambios internacionales.
2.- Conclusión que deniega sus
premisas. Es una
falacia
del tipo:” ¡Que despiste,
he olvidado lo que he empezado a decir….¡ Comienza manteniendo que ciertas
cosas son verdades y finaliza con una conclusión que claramente las contradice.
Si una conclusión no es consistente con
los argumentos utilizados para llegar a ella, tenemos que pensar que existe un
agujero en el razonamiento a través del
cual la lógica se ha deslizado silenciosamente. Un ejemplo puede ser:
“Hijo, como
no existe la certeza de nada en este mundo, tenemos que aferrarnos a lo que la
experiencia nos dice”
“¿Estás
seguro, papá?”
“Si, hijo,
estoy seguro”.
Esta falacia se puede identificar por su
inconsistencia. Si la conclusión contradice su fundamento quiere decir o que
ésta es falsa o derivada de falsa información.
3.- Premisas contradictorias. Independientemente de lo lógico que
pueda ser un razonamiento, no podemos confiar en un argumento que tiene algún
elemento falso. Para que éste pueda ser consistente se necesita además de una
lógica válida premisas que sean ciertas. El problema con las premisas
contradictorias es que ambas no pueden ser verdaderas. Si una es cierta la otra
debe ser falsa y viceversa. Resulta complicado utilizar esta falacia en la vida
cotidiana porque la audiencia detectará fácilmente la contradicción: “Es un
verdadero profesional, pero a veces se puede mostrar como ligeramente amateur”.
4.- Negación de los antecedentes. Esta falacia no admite la
posibilidad de que distintos eventos produzcan las mismas causas: “Si como
mucho enfermaré. Como no he comido mucho (aunque haya bebido mucho, me haya
cortado con un instrumento oxidado o cualquier otra circunstancia que pueda
poner en peligro la salud) no enfermaré”. Descarta cualquier otra alternativa
que la que propone. Suele presentarse cuando estamos preparando un plan
determinado. Genera la creencia de que
si evitamos determinadas cosas que pueden tener consecuencias nocivas,
obtendremos unos resultados positivos y placenteros: “Si fumo acorto mi vida, si dejo de fumar viviré
hasta los cien años”.
5.- Premisas exclusivas. Un silogismo está compuesto de dos
premisas y una conclusión. Las premisas son la evidencia y la conclusión se
deduce de ellas. Si ambas premisas son negativas no se puede extraer de ellas
una conclusión válida y se considera que es una falacia de premisas exclusivas:
“Ningún fontanero es funcionario y
ningún funcionario puede ser evasor de
impuestos por lo que ningún fontanero es evasor de impuestos”. Tiende a
producirse porque algunas personas creen que cuando a un grupo se le excluye de
algo y luego se le excluye de algo más, al primer grupo del que se le ha
excluido también se va a haber afectado: “Los que comen muchas patatas no están
delgados, algunos fumadores no comen patatas, por lo que algunos fumadores
están delgados” (los fumadores pueden estar delgados por muchas otras
causas.Dos afirmaciones negativas no nos dicen nada sobre los fumadores).
6.- La falacia existencial. Surge cuando llegamos a una
conclusión que implica existencia de premisas que no insinúan este hecho. Si
los argumentos en los que nos basamos son universales centrándonos al todo o nada relativos a un hecho, si nuestra
conclusión se refiere a una parte habremos cometido una falacia: “Todos los objetos
voladores no identificados son naves espaciales y todas las naves espaciales
son extraterrestres, por lo que algunos objetos voladores no identificados son
extraterrestres”. La falacia consiste en introducir en la conclusión algo de lo
que no existe evidencia de que existe. Suele ser utilizada sobre todo por
aquellas personas que quieren presentar un discurso racional sobre fuerzas
astrales o diversas entidades no visibles (demonios, …), pero tienen la
desventaja de que no existe evidencia de su existencia. Las afirmaciones se
realizan contando cómo serían estas fuerzas y entidades ocultas si existiesen.
7.- Falsa conversión. Se produce cuando, por ejemplo,
deducimos del hecho de que todos los gatos son animales la información
adicional de que todos los animales son gatos. El cambio de una afirmación
consecuencia de intercambiar el sujeto y el predicado es cierto en ocasiones
pero falso en otras.
8.- Proceso ilícito. Utiliza un argumento falaz para
hacer declaraciones sin evidencias suficientes. Aunque las premisas se refieren
a una parte de un grupo, las conclusiones introducen por primera vez al resto
del mismo. Un ejemplo puede ser: “todos los recaudadores de impuestos son
funcionarios y todos los recaudadores de impuestos actúan con dureza, por lo que
los funcionarios actúan con dureza”. La falacia se produce porque se habla en
la conclusión de todos los funcionarios, mientras en la premisa sólo nos
estamos refiriendo a los recaudadores de impuestos que representan un pequeño
colectivo dentro del total de funcionarios.
9.- Conclusión positiva de una
premisa negativa. Un argumento
que extrae conclusiones de dos premisas no puede tener dos premisas negativas,
pero si se acepta que tenga una, siempre que la conclusión vaya a ser negativa.
Se comete una falacia cuando se presenta una conclusión positiva consecuencia
de dos premisas que incluyen una que es negativa: “Algunos gatos no son
estúpidos y todos los gatos son animales, por lo que algunos animales son
estúpidos”.
II.- FALACIAS INFORMALES LINGUÍSTICAS:
Podemos destacar:
1.- Falacia por acentuación. El significado de las afirmaciones puede variar
dependiendo del acento que se pone en las palabras. Resaltar algunas palabras o
frases puede transmitir un significado diferente del que originalmente
podríamos pretender y añadir implicaciones que no son parte del significado
literal.
2.- Construcción ambigua. Esta falacia se produce cuando la redacción del texto
se presta a más de una interpretación, debido a una estructura gramatical
descuidada: “Me encontré al embajador montando su caballo. Estaba
resoplando por lo que le di un terrón de
azúcar”. Se observa con frecuencia en
los titulares de prensa.
3.- Unificación. Esta falacia
ocurre cuando afirmamos que lo que es cierto para los miembros individuales de
un grupo lo es para el grupo considerado en su totalidad: “Debe ser una buena
orquesta porque cada uno de los músicos que la integran tiene mucho talento
musical”. Cada individuo puede ser un virtuoso pero puede que no sea capaz de
tocar tan bien como miembro de una orquesta. La falacia surge porque no somos
capaces de reconocer que un grupo es una entidad del que se pueden decir cosas
que no corresponden a las personas individuales.
4.- División. Es la
contraria de la anterior y se produce cuando atribuimos a los individuos que
forman un grupo algo que es cierto si
nos referimos a éste como una unidad: “los que hablan galés están
desapareciendo. Dafydd Williams habla galés, por lo que está desapareciendo”.
Se utiliza para otorgar a un individuo algo del prestigio o desprestigio que
está ligado al grupo al que pertenece.
5.- Equivocación. Implica la utilización de las palabras de forma ambigua, con frecuencia con
intención de engañar. Se produce cuando se emplean palabras con más de un
sentido:
“No se encuentran elefantes en
Inglaterra, así que si tienes uno ten cuidado porque si lo pierdes no lo
encontrarás nunca”
“Mi perro no tiene olfato” “¿Cómo
huele?” “Terrible”
“¿Qué piensas de la ejecución del
cantante?”
6.- “Reificación”. Esta falacia consiste en la suposición de que las palabras deben significar
cosas reales y palpables: “Hemos extraído el azul del cielo de verano y lo
hemos incorporado a una pastilla de delicioso jabón”. El azul del cielo no es
un objeto que se pueda procesar. Nuestras palabras no tienen que ser evidencias
de la existencia de las cosas, son medios para hablar de lo que experimentamos.