Horton define el poder
como la habilidad de conseguir lo que queremos contando o no con el apoyo de la
parte contraria e independientemente de que sea justo. Considera que no es
recomendable utilizar la fuerza de esa manera ya que podemos forzar a la otra
parte a firmar un acuerdo pero eso no implica que ésta vaya a actuar de la
forma que nosotros queremos.
El poder puede ser útil
en respuesta al de la parte contraria si están intentando presionarnos podemos
responder empleando el que poseemos o simplemente mostrándoles el que tenemos
capacidad de ejercitar sin llegar a hacerlo como medida disuasoria.
En su forma más primitiva
el poder se relaciona con la fuerza bruta. En la edad de Piedra si éramos más
fuertes que el vecino ganábamos todas las discusiones. En la época de los
vikingos si teníamos un ejército mayor podíamos robar las riquezas de los
pueblos de alrededor. En algunos aspectos las cosas no han evolucionado mucho y
se sigue utilizando el poder de la fuerza en determinadas situaciones. En las
negociaciones puede parecer que esto ocurre, también, como por ejemplo si
nuestro jefe nos dice que tenemos que quedarnos a trabajar fuera de nuestro
horario laboral parece que no podemos negociar y que no tenemos alternativa.
John French y Bertram Raven, en 1959, identificaron 6 fuentes de poder que hay
que tener en cuenta en cualquier negociación:
1.- Poder legítimo. Es el
que tiene un individuo en función de su estatus o posición. Por ejemplo por ser
el jefe.
2.- Poder de referente. Consiste en el que se posee en
función del carisma o de la habilidad para generar lealtades. Mientras el poder
legítimo se basa en un estatus éste último se apoya en las cualidades
personales y en las habilidades interpersonales.
3.- Poder de experto. Es
el que procede de los conocimientos y habilidades en un campo o proceso
determinado. Por ejemplo si se trata de una disputa legal los abogados van a
tener este poder.
4.- Poder de la
información. Es una variante del anterior y procede de la capacidad de acceso a
información útil, independientemente de que la persona sea experta o no en el
tema.
5.- Poder de coacción.
Consiste en la habilidad de castigar o
de provocar consecuencias negativas en la otra persona. Es un tipo de poder
basado en el miedo.
6.- Poder de recompensa.
Es el contrario del anterior y es la capacidad de conceder beneficios a la otra
persona.
Otras fuentes de poder
además de las descritas por Raven y French
son:
a).- El poder de las
ideas. Supone una fuerza inmensa, ya que sea una idea religiosa, de pertenencia
a una nación o raza o un valor tal como la libertad, siempre nos encontraremos
con personas dispuestas a dar sus vidas por ella. Por tanto, desde el punto de
vista de una negociación, se puede incrementar nuestro poder si somos capaces de transmitir a la otra
parte una idea inspiradora como hizo George Mitchell en las negociaciones por
la paz en Irlanda del Norte recordando a los negociadores constantemente la
naturaleza histórica del proceso en el que estaban inmersos.
b).- El poder de la
persuasión. Nuestra habilidad de persuasión es una fuente clave de poder. Por
lo que si queremos incrementar nuestro poder debemos escuchar porque de esta
forma seremos capaces de descubrir cómo podemos persuadirles. Si escuchamos
entre líneas podremos identificar cuáles son sus motivaciones, lo que nos
permitirá proponer un acuerdo en los términos que les pueden interesar,
mostrándoles los beneficios de aceptarlo y los costes de no hacerlo.
c).- El poder del acceso
a los recursos. Si la definición de poder incluye el impacto en el mundo,
cualquier recurso, sea económico, número de personas, expertos, tecnología,
etc, que pueda aumentar ese impacto
incrementará nuestro poder. Si ese acceso es único o al menos complicado para
los demás nuestro poder será mayor. En el caso en que estemos negociando en
nombre de una organización nuestro poder será función del poder de la
organización.
d).- El poder de la marca
o de la reputación. En el caso de los individuos la marca es su reputación. Si
ésta es de persona coherente y de confianza el poder se incrementará.
e).- El poder de la
creatividad. Es un elemento esencial en las negociaciones y puede hacer que
varíe el equilibrio de poder de forma significativa al permitir definir una
solución ganar-ganar que sea
beneficiosa. Por ejemplo si la otra parte ejerce su poder en una variable clave
como puede ser el precio podemos ser creativos y no luchar en sus términos
incrementando el número de variables para encontrar otras formas de incrementar
el valor para ambas partes.
f).- El poder de la disponibilidad a abandonar la
negociación. El poder está en función de nuestras posibilidades de retirarnos
de la negociación. Si la otra parte capta nuestra posible desesperación por
llegar a un acuerdo normalmente no
estarán dispuestos a hacer concesiones. Por otro lado si empezamos a hacer
maniobras de retirada enseguida procurarán acercarse a nosotros si realmente
desean llegar a un acuerdo.
Por tanto, antes de
iniciar una negociación debemos procurar contar con alternativas que nos puedan
permitir retirarnos si el acuerdo no va a ser favorable para nosotros o sea
inaceptable.
g).- El poder de elegir
el marco de la negociación. El poder va a depender, también, del marco de la
negociación. Si lo modificamos podemos cambiar la distribución del poder. Por
ejemplo, al elegir si el acuerdo va a centrarse en ganancias a corto o a largo
plazo, si va a intervenir el orgullo, la venganza, si se trata de una cuestión
de imagen y marketing, etc.
Como hemos visto existen
muchas formas de poder y debemos escoger en cada situación la que mejor se
adapte a nuestras necesidades en función del contexto.
En 1865 el canciller
Bismarck desafío a su rival político el Dr. Rudolf Virchoff a un duelo que
debería seguir el protocolo marcado para los duelos por lo que Virchow podía
elegir las armas que se iban a emplear. Éste sabía que no tenía ninguna
posibilidad si utilizaba un arma tradicional por lo que escogió a las
salchichas como instrumento del duelo. Una estaba fresca y la otra infectada
con cólera y Bismarck tenía que elegir una de ellas y comérsela, por lo que
decidió cancelar el duelo. Si seleccionamos bien las reglas conseguiremos
revertir posibles equilibrios de poder.
Independientemente de las
fuentes de poder éstas van a estar influidas por nuestra percepción y la de la
otra parte sobre nosotros, por lo que es importante cuidar la forma en que nos
presentamos ante ellos de manera que muestre mejor nuestro poder, sin pretender
engañar.
Otro aspecto fundamental
que no podemos olvidar es que tenemos que estar dispuestos a utilizar el poder
que tengamos si es necesario porque en caso de no hacerlo perderemos
credibilidad. Debemos estar preparados pero sólo debemos recurrir a él como
último recurso y cuando lo hagamos hay que presentarlo de forma que resulte
sencillo a la otra parte decir sí y difícil responder con un no.
En la crisis de los
misiles cubana los rusos dieron marcha atrás porque el presidente Kennedy
demostró de una forma creíble que estaba dispuesto a ir a la guerra. Pero al
tiempo que lo hacía estaba proponiendo una oferta de forma visible que daba una
salida digna a los rusos. Tenemos que utilizar nuestro poder con habilidad
porque si no puede resultar contraproducente. Si ejercitamos nuestro poder de
forma innecesaria la otra parte como respuesta empleará el suyo y puede surgir
un conflicto.
Es importante usarlo,
también, de forma justa para evitar que la parte contraria se considere
agraviada y busque dañarnos como respuesta, aunque al hacerlo se perjudiquen ellos.
Horton plantea que,
desgraciadamente, en algunas ocasiones nos encontraremos ante situaciones en
las que parece que no tenemos ninguna posibilidad ya que la otra parte está
utilizando la fuerza porque puede. En estos casos recomienda:
a).- Prepararse bien para
procurar obtener cualquier ventaja que pueda surgir.
b).- Conocer cuáles son
nuestras fortalezas y debilidades y si podemos convertir estas últimas en
fortalezas o utilizar las fortalezas en todas sus posibilidades.
c).- Alinear nuestras
metas con las suyas todo lo que podamos.
d).- Intentar generar un
clima de confianza con la otra parte para de esta forma conseguir que sean más
benevolentes con nosotros.
e).- Procurar presentar
la mejor imagen posible, sin engañar.
f).- Arriesgarnos. Si es
un caso perdido, qué tenemos que perder,
seguramente no nos puede pasar nada peor.
g).- Intentar contemplar
los resultados desde otra perspectiva para ver si de esta forma éstos no son
tan malos como nos parecen.
h).- Retirarnos
discretamente y centrarnos en pelear en luchas que pensemos que podemos ganar.
En ocasiones debemos aceptar la derrota. No podemos esperar ganar todas las
batallas a las que nos enfrentamos en nuestras vidas. Pero debemos recordar que
no se trata de ganar la batalla sino de triunfar en la guerra.
Los negociadores hábiles,
pues reconocen que existen muchas dimensiones del poder y por tanto:
1.- No aceptan sin
realizar un buen análisis el poder que parece tener la parte contraria.
2.- Identifican sus
propias fuentes de poder y definen una propuesta de marco para el acuerdo.
3.- Se preocupan de ir
construyendo, con el tiempo, sus fuentes de poder para poder recurrir a ellas
cuando sean necesarias.
4.- Son creativos.
5.- No tienen miedo y se
muestran dispuestos a retirarse de la negociación si lo consideran conveniente.