Ashwin Acharya, Roni Lieber, Elizabeth Seem y Tom Welchman expertos en soluciones organizacionales en McKinsey,
plantean que a lo largo del siglo XX muchas organizaciones han intentado
encontrar el “ámbito de control” ideal para los directivos, esto es el número
mágico de profesionales que un directivo puede supervisar para obtener la
eficiencia óptima. Pero no existe ese número mágico que sea el adecuado para
todo tipo de directivos, ni el que se adapta a una industria o sector
determinados.
Los autores
proponen una nueva vía para identificar dicho ámbito basada en la comprensión
de la complejidad y naturaleza del trabajo que deben realizar tanto los
directivos como sus colaboradores directos. Estudiando miles de trabajos
directivos diferentes han podido categorizarlos en 5 arquetipos distintos que
representan a los tipos más típicos de trabajo directivo: jugador/coach, coach,
supervisor, facilitador y coordinador.
Cada rol en
la organización puede ser incluido en uno de estos cinco arquetipos dependiendo
de 4 aspectos:
a).-
Distribución del tiempo. ¿Cuánto tiempo dedica el directivo a su propio trabajo
en relación con el que emplea en dirigir a otros?
b).-
Estandarización de los procesos. ¿Grado de estructurización y estandarización
de los procesos en el trabajo?
c).-
Variedad del trabajo a realizar. ¿El trabajo a realizar por cada uno de los
colaboradores directos es muy parecido o diferente?
d).-
Habilidades requeridas de los miembros del equipo. ¿Qué nivel de experiencia o
de formación/entrenamiento requieren los trabajos a realizar por los miembros
del equipo? ¿Qué grado de autonomía tienen los colaboradores directos?
Teniendo en
cuenta estos aspectos tenemos que el:
1.- Jugador/coach, cuenta con un nivel significativo
de responsabilidad individual. El trabajo no dispone de recomendaciones o procesos estandarizados.
Los equipos realizan diferentes tipos de trabajo y esas actividades raramente
se repiten. La autosuficiencia puede ser alcanzada solo después de muchos años
porque el trabajo requiere habilidades que se desarrollan tras un aprendizaje
amplio y extenso. Un ejemplo puede ser el rol de vicepresidente funcional que
necesita una gran experiencia en el sector y que debe facilitar el aprendizaje de
los miembros de su equipo a través de la
transmisión de sus conocimientos y de actuar como coach y guía.
El número de
colaboradores que puede controlar los directivos que pertenecen a este arquetipo
es de tres a cinco.
2.- Coach, tiene un nivel apreciable de
responsabilidad individual. Sus subordinados suelen realizar más de un tipo de
trabajo. La autosuficiencia puede obtenerse en el periodo de un año porque el
trabajo requiere de habilidades desarrolladas durante un periodo de aprendizaje
de forma estructurada. Como ejemplo tenemos el rol de responsable de analíticas
de clientes en una empresa de marketing, ya que tiene un nivel significativo de
responsabilidad individual pero y debe desarrollar nuevas analíticas basadas en
buenas prácticas, Sus subordinados deben contar con alguna experiencia pero
necesitan apoyo y aprendizaje para familiarizarse con el tipo de negocio,
estrategia y clientes de la empresa para poder ser eficientes en su trabajo.
El número de
colaboradores directos que puede controlar los directivos que pertenecen a este
arquetipo es de seis o siete.
c).-
Supervisor, goza de un nivel moderado de responsabilidad individual y necesita
del liderazgo de otros para la ejecución. Existe un proceso de trabajo estandarizado y los
colaboradores directos realizan el mismo tipo de trabajo pero las actividades
se pueden abordar de forma distinta. La autosuficiencia se puede adquirir más
rápidamente ( por ejemplo en seis meses) porque el trabajo requiere de
habilidades desarrolladas a través de un aprendizaje moderado de forma
estandarizada. Un rol de este tipo puede ser el responsable de contabilidad,
cuyos subordinados tienen ya los conocimientos básicos pero necesitan de un
aprendizaje para entender y conocer los procedimientos específicos de la
empresa.
El número de
colaboradores que puede controlar los directivos que pertenecen a este arquetipo
es de ocho a diez.
d).-
Facilitador. Este arquetipo tiene limitada responsabilidad sobre las
actuaciones individuales, ya que su responsabilidad fundamental es gestionar el
trabajo cotidiano de los demás. El a está muy estandarizado y loe equipos
realizan trabajos y actividades similares. La autosuficiencia se puede alcanzar
en un periodo que oscila entre uno y dos meses porque las habilidades
requeridas se pueden adquirir con rapidez o los colaboradores ya contaban con
la mayoría de ellas antes de comenzar a trabajar. Ejemplo de este rol es el de
responsable de equipos de ventas.
El número de
colaboradores que puede controlar los directivos que pertenecen a este arquetipo
es de once a quince.
e).-
Coordinador. Emplea casi todo su tiempo en gestionar el día a día. El trabajo
está altamente automatizado o estandarizado. Sus colaboradores realizan el
mismo trabajo y la autosuficiencia se puede adquirir en dos semanas porque el
trabajo requiere de pocas habilidades específicas. Como ejemplo de rol tenemos
a un manager en un call center.
El número de
colaboradores que puede controlar los mandos intermedios que pertenecen a este arquetipo es de quince o
más personas.
Los autores
plantean que si se incrementa el “ámbito de control” de los mandos intermedios se
puede disminuir el nivel de microgestión en la organización, creando una mayor
autonomía, una toma de decisiones más ágil y un desarrollo más profesional para
los miembros de los equipos, así como reducir el número de niveles en una
organización disminuyendo la distancia entre los líderes y la primera línea y
hasta con los clientes.
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