I.- AUTOMATICIDAD.
Utilizar
señales sensoriales como colores, símbolos y sonidos para captar la atención
basándose en la respuesta automática que experimentamos ante este tipo de
estímulos.
Tenemos
la tendencia inconsciente de movilizar nuestra atención hacia las imágenes, sonidos
y otros estímulos sensoriales que son importantes para garantizar nuestra
seguridad y supervivencia. El amarillo brillante de los nidos de avispa o el
sonido de un disparo activa nuestra atención de forma automática porque debemos
responder con rapidez a las amenazas potenciales.
Este
tipo de detonante puede captar nuestra atención de dos formas distintas:
a).-
A través del contraste. Un estímulo sensorial captura nuestra atención porque
destaca sobre lo que le rodea. Explica, por ejemplo, la razón por la que
nuestra mirada es atraída por una luz en la oscuridad o por qué el sonido de
algo que explota en una tarde tranquila nos llama la atención.
b).-
A través de la asociación. Cuando un estímulo sensorial capta nuestra
atención inmediata por la asociación
mental que nos produce. Por ejemplo el rojo profundo de la sangre nos atrae
porque asociamos este color con peligro, aunque sea a nivel subconsciente.
Entre
los estímulos sensoriales que más influencia tienen tenemos:
1.- El COLOR. Es
el más potente. Si queremos captar la atención utilizándolo debemos seleccionar
el contraste adecuado. Por ejemplo,
si tenemos un producto que queremos que sobresalga, diseñar un envoltorio con
colores que destaquen entre los colores de los productos que normalmente van a
estar colocados a su lado en los expositores (si son azules, utilizar el
naranja,….). Si buscamos que algo resalte debemos asignarle el color que
contraste más con lo que le rodea. En la mayor parte de los casos los colores
brillantes con alta saturación y los tonos cálidos funcionan.
Existen
varias herramientas en la web que ayudan a comprobar los contrastes entre
colores, como la de Das Plankton o Web AIM.
El
contraste es un elemento a considerar al utilizar el color. Otro aspecto
fundamental son las asociaciones.
Por ejemplo diversos estudios han encontrado que los individuos expuestos a los
colores rojo y amarillo puntuaban alto cuando se les sometía al State Trait
Anxiety Inventory, un test psicológico
para medir la ansiedad, pero mucho más bajo si los colores eran el verde o el
azul.
Otra
teoría mantiene que el azul, color que
se asocia con frecuencia a la policía y a las fuerzas de la ley, puede servir
de freno inconsciente al crimen. En numerosas culturas el azul es el color de la
tranquilidad.
Tenemos
que considerar las asociaciones que un color tiene con nuestra audiencia si
queremos captar la atención adecuada. Por ejemplo, el color rojo se asocia, en
muchas culturas, con romance y sexo, pero en India simboliza la pureza, la
buena suerte en China o la muerte o vitalidad en determinadas partes de áfrica.
El verde les sugiere a los occidentales la naturaleza y serenidad pero en
cambio representa la infidelidad en China, por lo que no es conveniente cubrir
los productos dirigidos a ese mercado con
envoltorios color verde.
Existen
unas reglas generales para utilizar el color que se pueden aplicar de forma
universal:
2.-
Los colores cálidos aumentan los estímulos y la excitación. Científicos de la
Universidad de Amsterdam encontraron que la reacción de un paciente ante un
fármaco, aunque sea un placebo, se veía afectada por el color de éste. Las
pastillas de color rojo, naranja o amarillo tenían efectos más estimulantes,
mientras que las azules y verdes ejercían un efecto más sedante en los
pacientes.
Las
asociaciones que producen los colores no sólo afectan a nuestro estado de ánimo,
sino también a las percepciones que tenemos sobre una marca o producto. Por lo
cual el tener en cuenta el significado de cada color para la mayoría de las
personas es vital en las campañas publicitarias. En un estudio publicado en “
Journal of the Academy of Marketing Science” los investigadores encontraron que
la percepción de la sinceridad, atractivo
y familiaridad de una marca, en el caso de estudiantes norteamericanos, variaba dramáticamente simplemente manipulando
el color de un logo imaginario. Hallaron las siguientes correlaciones positivas
(de mayor a menor):
a).-
Sinceridad: blanco, rosa, amarillo (el naranja se consideraba el color que
transmitía menos sinceridad).
b).-
Excitación: rojo, naranja, negro (el marrón era el que presentaba una
correlación menor).
c).
- Competencia: azul, rojo ( el amarillo el que menos se asociaba).
d).-
Sofisticación: negro, púrpura, rosa (el naranja era el menos sofisticado).
e).-
Fortaleza: marrón (el púrpura y el amarillo los que menos).
No
existe un método seguro para escoger los colores adecuados. David Mc Candless en
su libro “Information is beautiful” incluye numerosos gráficos con las
correlaciones entre los colores y sus asociaciones emocionales en las distintas
culturas.
El
tercer elemento a tener en cuenta, para captar la atención de forma
automática, es el brillo
y la saturación del color. Por ejemplo el estudio de Valdez/Mehrabian, que
hemos mencionado más arriba, sobre las relaciones entre los colores y las
emociones encontró que los incrementos en la saturación del color
correlacionaban con un aumento de la excitación y la dominancia, a través de
emociones como la ira. Por el contrario los incrementos en el brillo se
asociaban con aumentos en los sentimientos de placer y una disminución
significativa en los de dominancia. El estudio de “Academy of Marketing
Science” llegaba a conclusiones similares: la alta saturación incrementaba la
percepción de la competencia, fortaleza y excitación de una marca pero
correlacionaba negativamente con la sofisticación y la sinceridad.
2.- LOS SÍMBOLOS
Los
colores no son los únicos estímulos visuales que intervienen para captar la
atención existen otras señales visuales que tiene el poder de simplificar un
mensaje complicado a través del poder de la asociación, como los SÍMBOLOS.
Éstos
captan nuestra atención a través de las asociaciones que nos producen. Por
ejemplo, un estudio realizado en las
Universidades de Duke y de Waterloo demostró este fenómeno. Los investigadores mostraron
a un grupo de participantes el logo de Apple y a otros el de IBM y luego les
pidieron que escribiesen el número mayor de utilidades que puede tener un
ladrillo. Los que habían visto el logo de Apple plantearon un 33% más de usos
de un ladrillo que los que fueron expuestos al logo de IBM. Este fenómeno lo
describe Daniel Kahneman en su libro “Thinking fast and slow”. Nuestro cerebro
es una “máquina asociativa” que atribuye significados y asociaciones de forma
inconsciente a diferentes palabras, ideas, imágenes y colores.
Existen
dos formas para captar la atención por medio de símbolos:
a).- Utilizar
asociaciones preexistentes.
b).- Desarrollar nuevas asociaciones a través de la
consistencia y de la utilización, por ejemplo de la marca. Por ejemplo el logo
de Apple en sus comienzos no se asociaba a creatividad y buen diseño pero con
el paso de los años se fue identificando al ir creando productos novedosos.
3.- EL TACTO.
Es
el estímulo más personal que se puede utilizar para captar la atención.
Diversos
estudios, entre ellos el publicado recientemente en la revista “Journal of Evolutionary Psychology han
llegado a la conclusión de que sujetar
un objeto caliente hace que surjan en nosotros sentimientos emocionales cálidos
que conducen a una atención positiva y a mayor cooperación.
La
clave para captar la atención por medio del tacto se encuentra en perfeccionar
las asociaciones positivas que genera.
Es muy útil para construir confianza, intimidad y conectar con los
demás, evidentemente sin descartar el
contexto social.
4.- EL SONIDO.
Diariamente
estamos expuestos a miles de sonidos
pero la mayoría de ellos no los registramos. Por ejemplo en muchas clases de
defensa personal los instructores recomiendan que ante un ataque es mejor
gritar ¡Fuego¡ que ¡Ayuda¡ si queremos llamar la atención. La razón es que si
pedimos ayuda puede significar cosas distintas, desde orientación porque nos
hemos perdido, colaboración para encontrar nuestras llaves o que estamos en una
situación peligrosa y necesitamos que alguien nos ayude. En este último caso,
también en muchos casos las personas no quieren arriesgarse ante el peligro que
puede suponer prestar ayuda. En el caso del fuego, por el contrario, pensamos
que es más difícil que nos podamos dañar y tendemos a ayudar más fácilmente.
Nuestra
mente reacciona instantáneamente ante dos tipos de estímulos.
a).-
Inesperados y novedosos. Como un petardo
en una noche tranquila.
b).-
Sonidos prominentes y semánticos. Por ejemplo la corteza frontal media y la
temporal superior del cerebro se activan inmediatamente cuando alguien dice
nuestro nombre.
Los
sonidos altos o de frecuencias únicas captan nuestra atención porque destacan
sobre los otros sonidos que nos rodean, con frecuencia alertándonos sobre
posibles peligros. Otros sonidos como un nombre, la sirena de un coche policía
o las primeras notas de nuestra canción favorita sobresalen debido a las
asociaciones mentales que tenemos con cada uno de esos sonidos.
El
hecho de que estemos continuamente procesando los sonidos que nos rodean hace
que la atención auditiva sea fundamentalmente diferente de otros tipos de
atención. Por ejemplo, no sólo somos
capaces de escuchar nuestro nombre cuando alguien lo dice sino que
automáticamente intentaremos localizar el lugar desde el que lo dicen. Aunque
estemos en una habitación ruidosa tenemos la habilidad de identificar un solo sonido
o una conversación y captarla.la capacidad de centrarnos en una sóla
conversación en un entorno ruidoso se conoce como el efecto “cocktail party”.
En
la década de los cincuenta del siglo pasado, Edward Colin Cherry, el científico
cognitivo que descubrió este efecto encontró que las personas no mostramos
ninguna dificultad para desechar conversaciones no queridas cuando intentamos
centraros en una específica.
Si
queremos utilizar los sonidos para captar la atención tenemos que considerar
cuáles son las ideas preconcebidas sobre algunos sonidos por parte de la
audiencia así como las peculiaridades de los mismos y el contraste. Los sonidos
inesperados son los que captan mejor nuestra atención, pero también,
necesitamos tener una asociación positiva con ellos.
Los
sonidos que realmente atraen la atención van a depender de lo que estemos
haciendo en cada momento y de lo que consideremos importante o destacable.