Dan Cable, profesor de comportamiento organizacional en London Business School, en el boletín del 7 de marzo de London Business School Review, del pasado 7 de marzo, recomienda que, antes de abordar grandes planes de cambio los líderes se detengan y planteen las siguientes 7 preguntas sobre:
1.- EL TAMAÑO DEL CAMBIO.
Actualmente se sabe que el cambio se basa en pequeños cambios en el
comportamiento, en lugar de en grandes cambios organizacionales. Es una
cuestión de que cientos o miles de individuos, por ejemplo, actúen de forma
nueva y de esta forma producirán los cambios en la organización que pueden ser
visibles para los clientes y a los que pueden responder éstos.
2.- LA RESPUESTA DE LOS
PROFESIONALES.
En la actualidad éstos se muestran más escépticos, cínicos y están más
preparados que en tiempos anteriores. Son mucho más conscientes del mundo que
les rodea y de la importancia de su vida fuera del trabajo. Les gusta sentir
que lo que hacen tiene un sentido y conocen mejor a la competencia, queriendo
que su organización tenga éxito, tanto por razones personales como por motivo
de orgullo.
3.- LA FORMA DE CREAR UN
CAMBIO ARMÓNICO.
Es fundamental que las distintas formas de pensar y las diversas
perspectivas se unan. Tiene que existir una sincronía entre los distintos
patrones de comportamiento de los profesionales para poder alcanzar un cambio
organizacional relevante. Esta es la parte complicada porque muchos cambios pequeños que no se
muevan en la misma dirección y que no son coherentes, acaban generando
confusión. Es necesario contar con el liderazgo que consiga que los cambios
tengan un efecto beneficioso.
4.- LA MANERA EN LA QUE SE VA
A LIDERAR EL CAMBIO.
Los profesionales actuales, conectados y alerta, demandan nuevos tipos de liderazgo. El
jerárquico de arriba abajo, típico de la época de la revolución industrial no
es el más adecuado en este momento. Los cambios tienen que producirse
rápidamente y en constante sucesión. Con frecuencia las ideas de cambio
proceden de individuos que trabajan en todos los niveles de la organización. El
cambio puede ser una actividad grupal que va de abajo a arriba. Esto significa
que se necesita un distinto modelo de liderazgo para entender los nuevos
valores y para estimularlo y dirigirlo.
5.- LA FORMA DE FORMULAR EL
CAMBIO.
La fuerza laboral actual ha estado expuesta a tantas iniciativas de cambio
que rechaza esta palabra. Los líderes deben ofrecer a sus profesionales
esperanza, sentido y estímulo para que prueben nuevas alternativas. Deben
prepararles para la lucha, ya que puede que necesiten tiempo y en ocasiones los
resultados no sean perfectos.
6.- LAS HISTORIAS A COMPARTIR
SOBRE EL CAMBIO.
Los líderes pueden transmitir el sentido de propósito compartido con
historias de cómo sus esfuerzos colectivos pueden crear un mañana mejor. Estas
narraciones deben ser esperanzadoras, centrándose en cómo los profesionales
como colección de individuos son capaces con su esfuerzo de mejorar sus vidas,
la organización en que trabajan y hasta la sociedad. Es conveniente animarles
enfatizando reiteradamente que tienen que visualizar el objetivo final, que va
a merecer la pena.
7.- LA IMPORTANCIA DE LOS
PROFESIONALES PARA DESARROLLAR LA ESTRATEGIA DE CAMBIO.
La única forma de construir una organización que esté preparada para el
cambio, con capacidad de adaptación y resiliente es a través de un enfoque
psicológico y no estratégico. Las organizaciones trabajan mejor cuando sus
profesionales se esfuerzan diariamente de encontrar formas para conseguir un
futuro mejor.
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