William Ury en “Possible. How
we survive (and thrive) in an age of conflicts” plantea que, para transformar
conflictos difíciles debemos ser audaces y construir un puente dorado. Éste es
un resultado integral que debe satisfacer las necesidades esenciales de todas las
partes. Va más allá del clásico acuerdo ganar-ganar, ya que busca transformar
las relaciones.
Construimos un puente
dorado si desplegamos tres poderes naturales. Cada uno de ellos es una capacidad
humana innata, algo que sabemos hacer pero que necesitamos desarrollar. EL
PRIMER PODER ES ESCUCHAR EN PROFUNDIDAD y lo hemos comentado en la entrada anterior. El segundo poder es
II.-
CREAR
La creatividad es una
capacidad humana innata con la que nacemos. Debemos a la creatividad la mayor
parte de los logros de los humanos.
Crear, en una
negociación o conflicto, significa generar opciones concretas que satisfagan
los intereses de todas las partes. El acto de crear convierte un dilema “uno u
otro” en un resultado “ambos”.
Por medio, por ejemplo, de sesiones de brainstorming la creatividad fluye y las ideas surgen. Cada
persona puede ofrecer unas pocas ideas, pero junto el grupo consigue presentar muchas
más. Si aprovechamos la creatividad para profundizar en lo que las personas realmente
quieren podemos descubrir que aunque las posiciones de las partes parece que son
rígidamente opuestas, sus intereses puede que no lo sean. Esto nos da la oportunidad de “ampliar
el pastel antes de dividirlo”. A través de la creatividad y de la aplicación de
las ideas que ofrece puede haber más “pastel” para dividir y aprovechando la
inteligencia colectiva y la creatividad podemos transformar un conflicto aparentemente
imposible en uno que tiene una solución.
Si pensamos en qué es
lo que detiene el flujo de la creatividad en nuestras vidas cotidianas, tanto
en el trabajo como en el hogar, observaremos que es la voz crítica que
escuchamos durante las reuniones y con frecuencia en nuestras mentes cada vez
que surge una idea creativa y que nos dice , por ejemplo: “esto no va a
funcionar nunca”, “se serio”, “hemos probado esto antes”, “no hemos probado
esto nunca”, “es una idea ridícula”, etc. Estas son frases y pensamientos
asesinos que van a eliminar ideas potencialmente creativas.
El sencillo secreto
para evitarlo consiste en separar el proceso de generar ideas del de
evaluarlas. La evaluación es vital pero es mejor que se realice después de que
las personas hayan tenido una oportunidad de presentar ideas creativas. Una vez
que las personas hayan elaborado una lista inicial de ideas se puede pedir que hagan
una crítica constructiva, en la que en lugar de atacar a una sugerencia
creativa se puede comenzar por encontrar algo de la misma que nos guste. Los
participantes en la reunión pueden ir construyendo sobre las ideas de otros y
las propuestas irán mejorando al aprovechar la inteligencia colectiva del grupo.
Excediendo la inteligencia del grupo la del individuo aislado.
Las ideas creativas
emergen más fácilmente cuando las personas van "al balcón", donde tienen la
oportunidad de hacer una pausa, para luego hacer zoom hacia dentro para averiguar
lo que realmente desean y un zoom hacia fuera para tener perspectiva. Surgen
cuando las personas son capaces de escucharse profundamente unos a otros. Estos
pasos previos son los que crean las condiciones para la creatividad. La
secuencia importa.
El conflicto si se
aprovecha, puede desencadenar una búsqueda creativa que puede producir mejores
ideas y finalmente, mejores relaciones. Puede ser nuestro amigo si liberamos el
poder de la creatividad.
La transformación
esencial consiste en cambiar un patrón mental de uno u otro por el de ambos, en
ir de un patrón de escasez a uno de abundancia, es transformar las posiciones
opuestas en opciones creativas de ganancia mutua.
En el mundo actual
muchas cosas parecen estar limitadas, pero el único recurso ilimitado que todos
poseemos es el de nuestra innata creatividad. La creatividad nos ofrece la mayor
oportunidad para abrirnos a posibilidades cuando ninguna parece obvia. La
creatividad es la llave para hacer lo imposible posible.
III.-
ATRAER
No resulta suficiente
presentar ideas creativas para llegar a un acuerdo en un conflicto. No es
suficiente centrarse en los temas en disputa ( la sustancia). Tenemos que crear
un proceso atractivo , un camino que atraiga a las partes para que lleguen a un
acuerdo y para que mantengan una mejor
relación.
En este sentido a Ury
le gusta recordar la siguiente fábula de Esopo sobre la persuasión:
En el cielo surge una
pelea entre el Viento del Norte y el Sol que discuten sobre quién es más
poderoso. Después de argumentar durante mucho tiempo las dos partes resuelven
responder a la pregunta mediante una prueba. Miran hacia abajo, a la Tierra y ven a un niño pastor. Deciden que quien sea
capaz de lograr que el pastorcito aparte su capa de su espalda ganará la
discusión.
El Viento del Norte
empieza a actuar y sopla y sopla, pero sin resultado. Cuanto más sopla el
viento más se envuelve el pastorcito en su capa y más la aprieta sobre sus
hombros.
Finalmente es el turno
del Sol. Éste pacientemente baña al niño en su cálida luz. Transcurrido un
tiempo el pastorcito se dice a sí mismo: “¡Que día más bonito¡ Creo que me voy
a tumbar en el prado un rato y disfrutar de los rayos del sol”. Al hacerlo se
quita su capa.
El Sol gana la disputa.
En esta fábula el Sol y
el Viento del Norte representan dos formas muy distintas de persuasión. El
Viento del Norte utiliza la fuerza y trata al niño como si fuese un objeto
inanimado, intentando arrebatarle su capa, contra los deseos del
pastorcito. El Sol adopta el enfoque
opuesto. Ejercita su poder natural para atraer. Respeta que el niño tiene una
voluntad propia y crea un entorno en el que el niño, por su decisión propia ,
eventualmente escoge quitarse la capa. El proceso puede ser más largo pero
funciona.
Lo que suele ocurrir en
los conflictos es que creemos que nuestra posición es la correcta, por lo que
solemos ira a por ella y cuanto más lo intentamos la otra parte empuja en sentido
contrario y así continuamos y salvo que una de las partes sea mucho más fuerte
que la otra nos encontraremos atascados sin solución posible.
Los negociadores
experimentados lo que hacen es lo contrario de empujar o forzar, lo que
intentan es atraer.
En un conflicto
complicado y beligerante lo que más nos puede apetecer es procurar ponérselo muy
difícil al contrario. Esto es lo que hace el Viento del Norte, intentando que
el niño no pueda mantener su capa para
que ésta salga volando. El Sol, por el
contrario, hace que le resulte fácil y atractivo al pastorcito quitarse su
capa. Aprendiendo de la lección del Sol, nuestro trabajo, ante situaciones
complicadas, es facilitar y hacer más atractiva la toma de decisiones (que
deseamos) a la otra parte.
Y, para atraer nada es
tan importante como la confianza. El autor sugiere que para conseguir
establecer confianza podemos desarrollar un “menú de confianza” o un lenguaje acordado previamente de buena voluntad. Éste
consiste en una lista de señales o comportamientos positivos que cada parte manda y que ya ha sido revisada antes con la otra parte para asegurarnos de que se
perciben y aprecian. No es una lista de demandas. Es un menú de elecciones.
Por ejemplo: una parte comienza
seleccionado una señal para enviar. Luego la otra parte elige otra señal para
mandar como reciprocidad. Luego le vuelve a tocar a la parte que empezó. Es como
ascender por una escalera, un paso, luego otro. Paso a paso vamos generando
lentamente confianza y saliendo del pozo de la desconfianza.
De esta forma, dando
pasos pequeños, oponentes que desconfían unos de otros pueden ir manteniendo
una conversación unos con otros. Aunque las partes puedan no estar de acuerdo
en los asuntos, normalmente estarán de acuerdo en que la falta de confianza
puede ser un gran obstáculo a vencer. Un
menú de confianza puede ser el primer paso para transformar una relación
complicada o rota.
Otra técnica que se
puede utilizar para atraer es crear una historia atractiva en la que ambas
partes puedan quedar bien ante los demás.
La atracción es lo que
hace que el puente que queremos construir sea dorado.
Para apreciar el poder
de atraer, un poder disponible para cada uno de nosotros puede ser útil que lo
apliquemos en un conflicto que estemos padeciendo y nos preguntemos por los
pasos que debemos dar para generar confianza y cuáles son los pasos que la otra
parte debe dar, así como cómo debería ser un “menú de confianza” que nos
pudiese ayudar a empezar a transformar relaciones que están torcidas.
Tras estos pasos
llegaremos a la última de las victorias a alcanzar en el camino hacia lo
posible. Si queremos tener éxito en transformar los polarizados conflictos que
vivimos en la actualidad deberemos ir más allá del balcón y del puente. Necesitamos
la participación de los miembros de la tercera parte (cada uno de nosotros
trabajando juntos).